jueves. 19.12.2024

Una nueva investigación de la Universidad de Manchester (Reino Unido) muestra que el conocimiento que tenemos sobre cómo la contaminación daña los corazones de las especies marinas se puede aplicar a los humanos, ya que los mecanismos subyacentes son similares, según publican en la revista 'The Journal of Physiology'.

En otras palabras, el conocimiento obtenido del ecosistema marino podría ayudar a proteger el clima y la salud de nuestro planeta, al tiempo que ayuda a la salud humana.

Una buena parte de las muertes por enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular son atribuibles a la contaminación del aire, específicamente debido a partículas (PM) o pequeñas partículas en el aire que causan problemas de salud. PM2.5 es uno de los PM más finos y peligrosos.

Los investigadores de este estudio analizaron todos los vertebrados y se centraron particularmente en un conjunto de compuestos que se unen a la superficie de PM, llamados hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), ya que la cantidad de HAP en PM está asociada con el efecto perjudicial que la contaminación del aire tiene en el corazón.

Si bien se sabe que la contaminación del aire es peligrosa para los humanos, en realidad solo se convirtió en un tema ampliamente investigado en los últimos cinco años más o menos. Sin embargo, en las especies marinas, el mecanismo de cómo la contaminación por HAP causa problemas cardíacos se entiende bien.

Los estudios posteriores al derrame de petróleo de Exxon Valdez en 1999 mostraron que el ecosistema aún no se ha recuperado 20 años después. En 2010, la investigación sobre peces después del derrame de petróleo de Deepwater Horizon, que liberó grandes cantidades de HAP en el medio marino, mostró que la capacidad del corazón para contraerse se vio afectada.

La doctora Holly Shiels, autora principal del estudio, de la Universidad de Manchester, recuerda que "la contaminación nos afecta a todos los que vivimos en el planeta Tierra. Debido a la naturaleza conservada de la función cardíaca entre los animales, los peces expuestos a HAP por derrames de hidrocarburos pueden servir como indicadores, proporcionando información importante sobre los impactos en la salud humana de los HAP y la contaminación del aire por partículas".

Por su parte, el doctor Jeremy Pearson, director médico asociado de la Fundación Británica del Corazón (BHF), que financió en parte la investigación, admite que se sabe "que la contaminación del aire puede tener un efecto enormemente perjudicial en la salud cardíaca y circulatoria, y esta revisión resume los mecanismos que potencialmente contribuyen a la función cardíaca deteriorada. La reducción de la contaminación del aire es crucial para proteger la salud de nuestro corazón, por eso la BHF está pidiendo el próximo gobierno que se comprometa a reducir la contaminación del aire dentro de los límites de la OMS".