Algunos pacientes con COVID-19 moderada o grave parecen experimentar una inflamación de la glándula tiroidea diferente de la causada por otros virus, según un estudio presentado virtualmente en ENDO 2021, la reunión anual de la Sociedad Endocrina de Estados Unidos.
Las personas con tiroiditis, o inflamación de la glándula tiroides, desencadenada por otros virus suelen recuperar la función tiroidea a corto plazo. Sin embargo, existe un mayor riesgo a largo plazo de una reducción permanente de la función tiroidea, causada por los efectos tardíos de la infección viral o por el ataque del sistema inmunitario a la glándula tiroidea, explica la investigadora principal de este estudio de la Universidad de Milán.
Estudio de la función tiroidea
Los investigadores descubrieron que la tiroiditis en personas con COVID-19 de moderada a grave difiere de la tiroiditis típica en varios aspectos. Entre ellos, la ausencia de dolor de cuello, la presencia de una disfunción tiroidea leve, la mayor frecuencia entre los hombres y la asociación con la enfermedad COVID-19 grave.
Después de tres meses, la función tiroidea de los pacientes se ha normalizado, pero los signos de inflamación seguían presentes en aproximadamente un tercio de los pacientes. Seguimos vigilando a estos pacientes para ver qué ocurre durante los meses siguientes. Es importante saber si el virus del SARS-CoV-2 tiene efectos negativos de aparición tardía en la glándula tiroidea, para poder diagnosticar rápidamente, y eventualmente tratar la enfermedad.