domingo. 19.05.2024

El yodo es un micronutriente esencial que ha demostrado tener relevancia en las mujeres embarazadas, ya que puede estar relacionado con baja fecundidad, bajo peso del neonato hasta partos prematuros. Sin embargo, los efectos potenciales de la deficiencia de yodo de leve a moderada no se conocen bien. Abundando en este aspecto, un estudio ha puesto de manifiesto la asociación de la baja ingesta de estas cantidades de yodo en las gestantes con un mayor riesgo de preeclampsia y un crecimiento fetal restringido.

Así lo demuestran los datos de un análisis prospectivo basado en una amplia población de 78.318 mujeres embarazadas de una cohorte noruega MoBa con información detallada sobre la alimentación, los suplementos alimenticios y otros resultados obstétricos en el que se valoraron los niveles de yodo consumidos y los resultados de la gestación.

Para calcular la ingesta de yodo de cada una de las mujeres, se desarrolló un cuestionario de frecuencia alimentaria que se realizó aproximadamente hacia la mitad de los nueve meses. Además, se tuvieron en cuenta los resultados de las muestras de orina analizada de 2.795 del total de las mujeres.

Los resultados, publicados en la revista científica BMC Medicine, concluyen que una ingesta insuficiente de yodo (inferior a ~ 150 μg / día) se asoció a un crecimiento del feto bajo. Además, tanto la ingesta baja en yodo a través de los alimentos (menos de ~ 100 μg / día) como el no uso de suplementos de yodo se asociaron a un mayor riesgo de preeclampsia.

En el estudio se analizaron otras variables y se apunta a que una ingesta baja de yodo por la vía de los alimentos se asoció con un mayor riesgo de parto prematuro y de subfecundidad. Asimismo, otras consecuencias definidas en el estudio como consecuencia de esta baja ingesta es el menor peso al nacer de los lactantes.

En definitiva, “los resultados indican que la deficiencia de yodo debería prevenirse en todas las mujeres en edad fértil, y que el inicio del uso de suplementos de yodo durante el embarazo puede ser demasiado tarde”, rezan los investigadores en las conclusiones del estudio.

Micronutriente esencial

Durante el embarazo, los requerimientos de yodo por parte del organismo son más elevados debido al aumento de la síntesis de hormonas tiroideas, la transferencia del yodo al feto y el aumento de la filtración glomerular a causa de las pérdidas urinarias. Además, durante el periodo de la lactancia, las necesidades de yodo también aumentan, ya que se secreta en la leche materna la principal vía de administración de este micronutriente al bebé.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda suplementar con yodo a las gestantes con una ingesta inadecuada. En las mujeres con una deficiencia grave de este mineral, dicha suplementación ha conseguido reducir el riesgo de una baja función de la glándula tiroidea. Por otro lado, otros estudios recientes han relacionado la ingesta subóptima de yodo materno durante el embarazo con un desarrollo infantil deficiente, especialmente en el área de las habilidades lingüísticas.

Hay que recordar que el yodo es un micronutriente esencial para el organismo humano en el que está presente en muy escasa cantidad (15 a 20 mg) y su principal función es contribuir como elemento esencial en la síntesis de las hormonas tiroideas. Algunas de estas hormonas (como la T4 y T3) son esenciales e indispensables en el crecimiento y la regulación del metabolismo para el desarrollo del Sistema Nervioso Central y en la etapa del desarrollo embrionario-fetal.

Referencia:

  • Abel, M.H., Caspersen, I.H., Sengpiel, V. et al. Insufficient maternal iodine intake is associated with subfecundity, reduced foetal growth, and adverse pregnancy outcomes in the Norwegian Mother, Father and Child Cohort Study. BMC Med 18, 211 (2020). https://doi.org/10.1186/s12916-020-01676-w