El estudio, que ha sido publicado en ‘Nature Communications’, examina la relación entre el índice Omega-3 y el riesgo de muerte por todas y cada una de las causas. En él se observa que las personas con niveles más altos de Omega-3 EPA y DHA en sangre (es decir, índice de Omega-3) vivían más tiempo que aquellos con niveles más bajos.
Los estudios que informan una ingesta estimada de pescado u omega-3 en la dieta han informado beneficios sobre el riesgo de muerte por todas las causas, pero los estudios de “registro de la dieta” tienen poco peso debido a la imprecisión para obtener una ingesta real de EPA y DHA. Los estudios que utilizan biomarcadores, es decir, niveles en sangre, de omega-3 son mucho más creíbles porque la variable “exposición” es objetiva.
Cuando los investigadores del Consorcio de Investigación de Ácidos Grasos y Resultados (FORCE) examinaron el riesgo de muerte por cualquier causa, las personas que tenían los niveles más altos de EPA + DHA (es decir, en el percentil 90) tenían un riesgo de muerte 13% menor estadísticamente significativo que las personas con niveles de EPA + DHA en el Percentil 10.
Retraso del proceso de envejecimiento
Cuando analizaron tres causas principales de muerte (enfermedad cardiovascular, cáncer y todas las demás causas combinadas) encontraron reducciones de riesgo estadísticamente significativas (de nuevo comparando el percentil 90 frente al décimo) del 15%, 11% y 13%, respectivamente.
“Dado que todos estos análisis se ajustaron estadísticamente para múltiples factores personales y médicos (es decir, edad, sexo, peso, tabaquismo, diabetes, presión arterial, etc., más los niveles de ácidos grasos Omega-6 en sangre), creemos que estos son los datos más sólidos publicados hasta la fecha y respaldan la opinión de que, a largo plazo, tener niveles más altos de Omega-3 en sangre puede ayudar a mantener una mejor salud en general“, ha explicado el doctor Bill Harris, fundador del Instituto de Investigación de Ácidos Grasos (FARI) y autor principal en este papel.
Esta mirada exhaustiva a los estudios observacionales de los ácidos grasos Omega-3 circulantes indica que los omega-3 de cadena larga EPA, DPA y DHA, que generalmente se obtienen de los mariscos, están fuertemente asociados con la mortalidad por todas las causas, mientras que los niveles de Omega-3 vegetales el ácido 3 alfa-linolénico (ALA) lo es menos.