viernes. 27.12.2024

El Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) ha puesto en marcha una investigación que busca diseñar variantes de la proteína ACE2 con gran afinidad por SARS-CoV-2 que administradas en grandes cantidades a los pacientes actúen como señuelo inhibiendo la entrada del coronavirus a la célula.

Para ello, el CIBER ha recibido una nueva ayuda del Fondo COVID-19 concedida por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), concretamentee 125.000 euros, y el proyecto ha sido presentado en el marco de la convocatoria del ISCIII de solicitud urgente de expresiones de interés para la financiación extraordinaria de proyectos de investigación sobre SARS-CoV-2 y Covid-19.

El virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, se introduce en las células humanas gracias a un enzima denominado ACE2, muy abundante en las células pulmonares. Este enzima, que juega un papel crítico en el control de la presión arterial, se localiza en las membranas exteriores de las células. El virus utiliza una proteína que tiene en sus espículas o púas exteriores (la proteína S) como llave para unirse a la proteína ACE2 e introducirse en la célula.

ACE2 soluble como medicamento anti-COVID-19

El estudio, realizado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) en el Instituto de Biomedicina de Valencia del CSIC (IBV-CSIC), "busca diseñar variantes de la proteína ACE2 inactivas, solubles y con gran afinidad por SARS-CoV-2 que administradas en grandes cantidades a los pacientes actúen como señuelo inhibiendo la entrada del coronavirus a la célula sin producir ningún otro tipo de efecto biológico" han asegurado los investigadores.

Partiendo del conocimiento de la estructura tridimensional de ACE2 en complejo con la proteína S del SARS-CoV-2, el equipo de investigación diseñará variantes de la forma soluble de ACE2 con gran avidez por SARS-CoV-2 y por lo tanto con capacidad mejorada de bloqueo. Asimismo, el proyecto pretende que las variantes del enzima diseñadas sean catalíticamente inactivas y tengan una elevada estabilidad para evitar efectos secundarios en los niveles de tensión arterial de los pacientes tratados con ACE2.

De este modo esperan poder fabricar un "superseñuelo" que desvíe al virus de su interacción con la célula, por su abundancia, por su gran afinidad por el virus, por su estabilidad y por no estar ligado a membrana, evitando así que el virus infecte.

En paralelo se estudiará la capacidad de unión de SARS-CoV-2 a las diferentes variantes de la proteína ACE2 presentes en la población mundial. Estos estudios podrían arrojar luz sobre la diferente susceptibilidad a la infección observada entre individuos.

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