Un nuevo estudio colaborativo de las Escuelas de Medicina y Odontología de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, revela que la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, empeora debido a la mala salud bucal.
Muchas personas posponen sus visitas al dentista e investigaciones recientes han demostrado que las consecuencias de hacerlo pueden ir más allá de las caries y los conductos radiculares. Desde enfermedades cardíacas hasta diabetes, la mala salud bucal a menudo es un reflejo de la salud general de una persona e incluso puede ser la causa de una enfermedad sistémica.
El profesor asistente de Medicina Interna en la División de Gastroenterología de la UM Nobuhiko Kamada ha estado estudiando el microbioma intestinal, debido al vínculo emergente en la literatura de investigación entre un crecimiento excesivo de especies bacterianas extrañas en el intestino de las personas con EII y las bacterias que normalmente se encuentran en la boca.
El nuevo estudio en modelos experimentales, publicado en la revista 'Cell', muestra dos vías por las cuales las bacterias orales parecen empeorar la inflamación intestinal.
En la primera vía, la periodontitis conduce a un desequilibrio en el microbioma sano normal que se encuentra en la boca, con un aumento de bacterias que causan inflamación. Estas bacterias que causan enfermedades luego viajan al intestino.
Sin embargo, esto por sí solo puede no ser suficiente para provocar la inflamación intestinal. El equipo demostró que las bacterias orales pueden agravar la inflamación intestinal al observar los cambios en el microbioma en ratones con colon inflamado.
"El microbioma intestinal normal resiste la colonización por bacterias exógenas o extrañas --señala Kamada--. Sin embargo, en ratones con EII, las bacterias intestinales sanas se alteran, lo que debilita su capacidad de resistir las bacterias que causan enfermedades de la boca".
El equipo descubrió que los ratones con inflamación tanto oral como intestinal habían aumentado significativamente la pérdida de peso y más actividad de la enfermedad.
En la segunda vía propuesta, la periodontitis activa las células T del sistema inmune en la boca. Estas células T de la boca viajan al intestino donde también exacerban la inflamación. El microbioma normal del intestino se mantiene en equilibrio por la acción de las células T inflamatorias y reguladoras que se ajustan para tolerar las bacterias residentes.
Pero, dice Kamada, la inflamación oral genera principalmente células T inflamatorias que migran al intestino, donde, eliminadas de su entorno normal, terminan desencadenando la respuesta inmune del intestino, empeorando la enfermedad.
"Esta exacerbación de la inflamación intestinal provocada por los organismos orales que migran al intestino tiene importantes ramificaciones al enfatizar a los pacientes la necesidad crítica de promover la salud oral como parte de la salud y el bienestar total del cuerpo", dice el coautor William Giannobile, profesor de Odontología y presidente del departamento de Periodoncia y Medicina Oral de la Escuela de Odontología de la UM.
El estudio tiene implicaciones para los tratamientos novedosos para la EII, necesarios porque "en demasiados pacientes siguen fallando los medicamentos, lo que lleva a una menor calidad de vida y a una eventual cirugía --añade el coautor del estudio, Shrinivas Bishu, profesor asistente de Gastroenterología--. Este estudio implica de manera importante que los resultados clínicos en la EII pueden mejorarse al controlar la inflamación oral, un concepto intrigante".