La Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma) –a la que pertenece la española Farmaindustria y que representa a las compañías farmacéuticas innovadoras en todo el mundo- se ha unido como socio fundador a la alianza mundial liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para acelerar el desarrollo y la producción de terapias y vacunas frente al coronavirus y garantizar que estos tratamientos sean asequibles y estén disponibles para todos de manera equitativa.
La alianza, denominada Access Accelerated, fue presentada este viernes en la sede de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra y en ella participan también como socios fundadores -además de la OMS y la Ifpma-, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), la Alianza GAVI para las Vacunas, el Fondo Mundial, UNITAID, el Wellcome Trust, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), la Red de Fabricantes de Vacunas de los Países en Desarrollo (DCVMN) y la Asociación Internacional de Medicamentos Genéricos y Biosimilares (IGBA). A la alianza también se han sumado los principales gobiernos de Europa, Latinoamérica, África y Asia, entre ellos el de España.
La alianza viene a reforzar el compromiso que adquirió la industria farmacéutica desde el inicio de esta crisis sanitaria en la búsqueda junto a gobiernos e instituciones públicas de investigación de un posible medicamento o vacuna contra el coronavirus, asegurar una rápida distribución del tratamiento en cuanto esté disponible y hacerlo a un precio asequible. Ahora, al unirse a esta colaboración global, la industria biofarmacéutica innovadora puede trabajar con todas las partes interesadas para ayudar a acelerar el desarrollo de medicamentos y vacunas seguras y eficaces, compartir herramientas y conocimientos para probar posibles terapias, aumentar las capacidades de fabricación y compartir datos de ensayos clínicos en tiempo real con gobiernos y otras empresas de todo el mundo.
Así lo transmitió el director general de Ifpma, Thomas Cueni, durante el acto de presentación de esta alianza. “La industria biofarmacéutica es muy consciente de la enorme responsabilidad que tenemos con la sociedad y participamos con niveles de colaboración sin precedentes para encontrar una solución a la Covid-19. Estamos listos para aportar a esta asociación nuestro conocimiento y experiencia únicos en el descubrimiento y desarrollo de medicamentos y vacunas, así como nuestra experiencia en el desarrollo de capacidades de fabricación y redes de distribución».
Modelo colaborativo
En Europa, una docena de compañías farmacéuticas colaboran desde el inicio de la pandemia junto a organismos públicos de investigación para intentar acortar los tiempos de investigación. El marco es la Iniciativa de Medicamentos Innovadores, un programa de colaboración público-privada financiado al 50 por iento entre la Comisión Europea y la industria farmacéutica europea. Esta forma de trabajar ya tuvo éxito en la investigación frente al Ébola hace cinco años.
Como señala Iciar Sanz de Madrid, directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, “la experiencia y capacidad de la industria farmacéutica para desarrollar y producir un medicamento a gran escala será fundamental para garantizar que el tratamiento pueda estar disponible de manera casi inmediata una vez aprobado. Además, confiamos en contar con más de una solución, con lo cual será más fácil cubrir toda la demanda mundial. Con respecto al precio, tanto nuestra federación europea, Efpia, como ahora la patronal internacional Ifpma han hecho ya público su compromiso de que el medicamento o vacuna que se desarrolle llegue a todo el mundo y a coste asequible. Además, algunas compañías que están con proyectos muy avanzados se han pronunciado en la misma dirección, incluso comercializándolos sin ningún tipo de lucro”.
La solución terapéutica a la pandemia de coronavirus es un buen ejemplo -añade Sanz de Madrid- de cómo el modelo de desarrollo de medicamentos “es cada día más abierto, colaborativo y global; requiere de la cooperación entre compañías farmacéuticas y centros de investigación tanto públicos como privados, y de un gran número de expertos en todo el mundo con conocimientos pluridisciplinares y trabajando en lugares muy diversos, además de una creciente participación de los pacientes”.