sábado. 18.05.2024

La Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma) ha coordinado una nueva alianza internacional que permitirá impulsar la investigación y desarrollo de nuevos antibióticos destinados a combatir las resistencias antimicrobianas. En la misma participarán más de una veintena de compañías farmacéuticas. Las mismas invertirán mil millones de dólares para impulsar la investigación de resistencias microbianas.

El director general de Ifpma, Thomas Cueni exponía que “a diferencia del SARS-CoV-2, las resistencias antimicrobianas constituyen una crisis sanitaria predecible y prevenible. Debemos actuar juntos para impulsar la investigación de resistencias microbianas". También para  garantizar que los antibióticos más prometedores e innovadores se ponen al alcance de los pacientes.

Bajo el nombre de AMR Action Fund, esta alianza supondría poner a disposición de los sistemas sanitarios y de los pacientes de 2 a 4 antibióticos innovadores en la próxima década.

Aunque pueda parecer una cifra menor, este cálculo es fruto de la gran complejidad que implica la salida de cualquier nuevo fármaco al mercado. Los mismos requieren una inversión media de 2.500 millones de dólares y un plazo estimado de 10-12 años.
Investigación de resistencias microbianas

A pesar de la necesidad urgente y asumida de nuevos antibióticos que tienen los sistemas sanitarios de todos los países, la realidad es que son muy pocos los medicamentos de este tipo que están en investigación. A pesar de los enormes costes sociales que implican las resistencias antimicrobianas, actualmente el mercado para estos antibióticos no es viable. Por ello existe una carencia en la investigación de resistencias microbianas.

Los nuevos antibióticos se utilizan con mucha moderación para preservar su efectividad. Por ello,  en los últimos años varias compañías centradas en este campo se han visto abocadas al cierre o han abandonado la investigación debido a la falta de viabilidad de los proyectos. Esto ha dado como resultado una importante pérdida de conocimientos y recursos valiosos, así como una carencia de productos en las fases clínicas.