viernes. 17.05.2024

María Pilar Riaza Aznar

Gerente de Calidad y Actividades Técnico-Profesionales. Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid

Promover la sensibilización y facilitar la comprensión de los impactos medioambientales derivados de la oficina de farmacia es un tema de interés y actualidad

Existen diferentes zonas, dentro de la farmacia, en las que hay que tener en cuenta la gestión de los residuos.

a) En la zona de atención al público

Actividades cotidianas como tirar medicamentos en el contenedor de casa o el uso prolongado de recursos como agua o energía provoca unas repercusiones negativas en el medio ambiente al generarse contaminación y/o residuos.  

b) En la zona de almacenamiento de medicamentos y productos sanitarios

La necesidad de conservar los medicamentos termolábiles y mantener el almacén a una temperatura inferior a 30ºC o en aquellas condiciones indicadas específicamente por el fabricante tanto en el embalaje como en el prospecto de los medicamentos con el fin de garantizar el buen estado de estos obliga a disponer de una nevera y un sistema de calefacción y refrigeración. La elección adecuada de los equipos y el uso adaptado a las necesidades de la oficina de farmacia contribuye al aumento de la eficiencia energética y a la disminución del impacto ambiental del consumo de energía.

c) En el laboratorio de formulación magistral

Al elaborar fórmulas magistrales y preparados oficinales la oficina de farmacia se convierte en un pequeño productor de residuos peligrosos. El almacenamiento y la gestión de estos residuos por un gestor autorizado es determinante para proteger la salud del medio ambiente.

d) En la zona de atención individualizada al paciente

Los residuos generados en la determinación de los parámetros físico-químicos son residuos biosanitarios. La correcta gestión y almacenamiento de estos residuos es de gran importancia teniendo en cuenta que son objetos cortantes (tubos capilares, lancetas) que en algunos casos pueden estar contaminados y ser causa de infección.

e) En la rebotica

En la oficina de farmacia se usan de forma continuada los equipos informáticos y las actividades administrativas son variadas, al igual que las repercusiones ambientales: uso ineficiente de la energía, residuos contaminantes, consumo de materia, etc.

Desde hace poco el farmacéutico de oficina de farmacia cuenta con una “Guía de Buenas Prácticas Ambientales”, que es una iniciativa de COFM Servicios 31, patrocinada por el COFM y que cuenta con la colaboración de la Consejería de Medioambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid y la empresa SRCL Consenur.

Los contenidos de la guía están organizados por actividades, sugerencias y recursos necesarios en las distintas zonas de la oficina de farmacia: atención al público, almacenamiento de medicamentos y productos sanitarios, laboratorio de formulación magistral y zona de atención individualizada al paciente. En unos casos, las sugerencias de buenas prácticas ambientales no requieren de ninguna inversión económica o material, mientras que en otros se proponen actuaciones que sí precisan de tecnología o inversión. Al elaborar, por ejemplo, fórmulas magistrales y preparados oficinales o en la zona de atención individualizada al paciente, la farmacia se convierte en un pequeño productor de residuos químicos y biosanitarios que son tóxicos y peligrosos. El almacenamiento y la gestión de estos residuos por un gestor autorizado son determinantes para proteger la salud del medio ambiente. La guía incluye además un apartado legislativo con la normativa aplicable a las oficinas de farmacia o los pictogramas o etiquetado energético, así como consejos prácticos sobre el ahorro de energía, agua o la gestión de residuos peligrosos.

Claves principales

• Se pretende con esta guía poner en manos de las oficinas de farmacia un instrumento de reflexión que les permita hacer de su actividad, entre otras cosas, un instrumento para la preservación del medio.

• Como resultado de la implantación de las buenas prácticas ambientales se conseguirá en la oficina de farmacia:

         • Reducir el consumo y el coste de los recursos (agua, energía, etc.).

         • Disminuir la cantidad de residuos producidos y facilitar su reutilización.

         • Reducir las emisiones a la atmósfera, los ruidos y los vertidos de aguas.

         • Mejorar, como fin último, la competitividad de las oficinas de farmacia

• Por último, hay que destacar que la credibilidad de la que goza la oficina de farmacia en su entorno, la labor de servicio que presta juntamente con su función profesional y la amplísima presencia en todo el territorio español le confiere la posibilidad de generar y/o apoyar –como viene haciendo con SIGRE, por ejemplo- campañas de sensibilización ambiental en su ámbito de influencia.