jueves. 19.12.2024

En un análisis de una de las bases de datos de registros médicos electrónicos más grandes del mundo, un grupo de investigadores encontraron que los pacientes con acné tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar depresión mayor, pero solo en los primeros cinco años después de haber sido diagnosticados con acné. El estudio, que se publica en ‘British Journal of Dermatology’, incluyó datos de ‘The Health Improvement Network’ (THIN) (1986-2012), una gran base de datos de Atención Primaria en Reino Unido.

Los investigadores encontraron que el riesgo de depresión mayor era más alto dentro del primer año desde el diagnóstico de acné, un riesgo un 63 por ciento mayor en comparación con las personas sin acné, y disminuyó a partir de entonces.

Los resultados indican que es fundamental que los médicos controlen los síntomas del estado de ánimo en pacientes con acné e inicien un tratamiento rápido para la depresión o soliciten la consulta de un psiquiatra cuando sea necesario. “Este trabajo destaca un vínculo importante entre la enfermedad de la piel y la patología mental. Dado que el riesgo de depresión fue mayor en el periodo inmediatamente posterior a la primera vez que un paciente acudió a un médico por problemas de acné, muestra cuán impactante puede ser nuestra piel hacia nuestra salud mental general –subraya la autora principal, la doctora Isabelle Vallerand, de la Universidad de Calgary, en Canadá–. Para estos pacientes con acné, es más que una imperfección en la piel: puede causar importantes problemas de salud mental y debe tomarse en serio”.