La actual crisis económica mundial y la elevada deuda del Sistema Nacional de Salud (SNS) hacen que sea más necesario que nunca analizar exhaustivamente los gastos que se generan para poder llevar a cabo una planificación y gestión más eficaz y eficiente de los recursos disponibles. En el caso concreto de la Atención Primaria (AP) e incluyéndose en la misma el gasto que se produce en farmacia, ésta genera en nuestro país alrededor del 40% del total del gasto en Sanidad. Asimismo, los costes derivados del primer nivel asistencial varían en función del sexo y de la edad del paciente. Aunque ambos son, por tanto, factores determinantes a la hora de consumir más o menos recursos, es la edad la que implica mayores diferencias, según se desprende de los resultados obtenidos del estudio Distribución del gasto sanitario en atención primaria según edad y sexo: un análisis retrospectivo1 publicado en el volumen 44-número 3 de la Revista Atención Primaria de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC).
Se estima que el gasto medio por paciente en un centro de salud oscila alrededor de los 362 euros, cifra que se incrementa hasta cerca de 396 euros en el caso de las mujeres, y que en los varones supone una media de 321 euros. Por otra parte, en lo que respecta a la edad del paciente, aunque tras el primer año de vida los gastos sanitarios son mínimos, van aumentando lentamente según se va llegando a la edad adulta, dando un salto exponencial a partir de los 50 años. Aunque en nuestro país, tal y como recogen los coordinadores del estudio, no es hasta el año 2002 cuando se empieza a tener en cuenta el envejecimiento poblacional (porcentaje de mayores de 65 años) y se incluye como criterio a la hora de repartir los fondos púbicos sanitarios.
Más edad, mayor gasto sanitario
Durante los dos primeros años de vida cada visita que realizamos al centro de salud supone un coste de 410 euros, cifra que se reduce hasta la mitad, cerca de 230 euros, entre los 15 y los 44 años, para alcanzar los 1.255 euros por paciente en mayores de 75 años. Del gasto generado, en el caso de los menores de dos años, la mayor parte está asociado a las visitas, que suponen el 81% del mismo, frente al gasto en farmacia que tan sólo es del 8%. Por el contrario, a partir de los 75 años estas cifras se invierten y las visitas implican sólo el 21% del gasto, mientras que la farmacia pasa a consumir el 63%.
Teniendo en cuenta esta situación, los autores advierten que aunque en el caso de los costes por visitas, racionalizar las mismas no va a suponer una reducción inmediata del gasto que generan, si que permitiría al médico de familia disponer de más tiempo para ofrecer una mejor atención sanitaria a cada paciente.
Si bien las consultas provocan el mayor gasto en los pacientes pediátricos y la farmacia lo hace en los mayores, son las derivaciones a otros especialistas las que se llevan la mayor parte del gasto en los pacientes de entre tres y 44 años. En esta franja de edad, un 40% de los pacientes visitados se derivan al menos una vez al año, frente al 25% de los niños hasta los dos años y la mitad de los mayores de 74 años.
Resultados que como señalan los responsables de la investigación pueden extrapolarse a zonas urbanas del resto de España, pero que no son válidos en zonas rurales donde es más difícil el acceso a otros especialistas o pruebas complementarias.
Características del estudio
Este análisis se ha llevado a cabo durante el año 2008 en más de 300.000 pacientes de 14 centros de salud catalanes. El estudio forma parte de otro más amplio que está investigando la correlación entre efectividad y eficiencia.
Para obtener el gasto medio por paciente se han tenido en cuenta los costes sanitarios directos derivados de la AP como SNS. Asimismo, se han valorado los principales recursos que este servicio proporciona: visitas, laboratorio, radiología, pruebas complementarias, derivaciones a otros especialistas y farmacia.