Una boca sana y un cuerpo sano van de la mano. Por el contrario, una mala salud bucodental puede tener consecuencias desfavorables en el bienestar físico y psicosocial. Sin embargo, la alta carga de las enfermedades bucodentales ha sido un reto de salud pública subestimado por la mayoría de los países en el mundo. Pese a ello, existe una clara evidencia de que (1).
A pesar de los grandes esfuerzos por parte de los profesionales de la salud dental, los problemas bucodentales (sobre todo la caries y las enfermedades periodontales) son muy prevalentes. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las enfermedades bucodentales constituyen un problema de salud de alcance mundial que afecta a los países industrializados y cada vez con más frecuencia a los países en desarrollo, en especial entre las comunidades más pobres (2). De hecho, las infecciones asociadas a la placa dental, caries y enfermedades periodontales constituyen la patología de mayor prevalencia en los seres humanos (3).
Los métodos mecánicos utilizados de forma rutinaria han sido considerados desde siempre como la mejor manera para garantizar una correcta higiene bucodental, aunque a menudo se dejen bacterias residuales sin eliminar. Ello es parcialmente debido a la utilización inadecuada del cepillado y del hilo dental. Incluso en pacientes bien entrenados suele haber problemas de higiene en áreas de difícil acceso y en sectores posteriores. Y es que estos métodos mecánicos requieren tiempo, motivación y destreza manual. En la mayoría de casos la higiene oral diaria podría y debería ser mejorada considerablemente (2).
Herramienta preventiva y terapéutica
Dado que la experiencia clínica y los estudios de población demuestran que los métodos de higiene se utilizan de manera insuficiente por la gran mayoría de los pacientes, el uso de colutorios se considera una ayuda en el control de la placa y la prevención de enfermedades orales (4). Los colutorios pueden ser una herramienta preventiva y/o terapéutica muy útil en determinados casos, son un aliado para la prevención de patologías tan comunes como la caries, la infección de las encías y un apoyo imprescindible en múltiples procedimientos terapéuticos. Su uso estaría especialmente justificado en casos de enfermedad periodontal/periimplantaria y cuando existen evidentes limitaciones en las medidas de higiene rutinarias (cepillado + limpieza espacios entre dientes) (5).
Las ventajas del uso de este tipo de productos van calando progresivamente en la sociedad, como demuestra que en 2015 el Libro Blanco de la Salud Bucodental en España reflejaba que el 64% de la población usaba los enjuagues bucales, una cifra parecida a la registrada en 2010 (62%). El gran cambio en este periodo de tiempo se dio en la frecuencia de utilización, ya que mientras en 2010 sólo el 23% empleaba estos productos a diario, cinco años después la cifra era del 63%. Y es que los colutorios son el ejemplo más claro de que es en la utilización de los métodos auxiliares de higiene donde más variaciones se observan en los últimos años en los hábitos de higiene bucodental de los españoles (6).
Papel clave contra enfermedades
Los colutorios disminuyen la formación de placa y la gingivitis, incluso en zonas de difícil acceso, desempeñando una función antiséptica y teniendo excelentes características de seguridad y tolerabilidad. Existe evidencia científica de que los enjuagues con colutorios pueden desempeñar un papel clave y de un valor significativo como coadyuvantes de los métodos mecánicos para la prevención y tratamiento de las enfermedades periodontales. Además, la idea de utilizarlos para controlar las enfermedades periodontales como forma de tratamiento es muy atractiva debido a que son fáciles de utilizar por el paciente (2).
Un colutorio antiplaca es un agente químico antimicrobiano, vehiculizado en forma líquida para poder ser utilizado en la cavidad oral. Los agentes químicos antimicrobianos deben ser capaces de destruir microorganismos, inhibir su reproducción o su metabolismo. Muchos son bactericidas y algunos bacteriostáticos (4). Asimismo, los colutorios (que son una solución hidroalcohólica) eliminan los restos de suciedad que pudieran permanecer en la boca tras el proceso de cepillado, además de prolongar las diferentes acciones iniciadas por los activos contenidos en la pasta dental, conseguir eliminar el mal aliento y proporcionar una sensación de frescor más dilatada (7).
Ventajas de la hexetidina
El mercado ofrece una amplia gama de presentaciones, con diferentes ingredientes básicos como la hexetidina, un fármaco antiséptico y antifúngico. La concentración más utilizada es del 0,10% como colutorio en el tratamiento de infecciones locales y complemento de la higiene oral. Además, su uso puede estar indicado como coadyuvante local en el tratamiento de infecciones orofaríngeas, y ha demostrado poseer propiedades antibacterianas y antifúngicas tanto in vitro como in vivo (2).
La hexetidina presenta un amplio espectro de actividad frente a microorganismos Gram+ y Gram- así como frente a determinados hongos, además de no producir alteraciones importantes en la flora oral autóctona ni permitir un crecimiento bacteriano patógeno. Su uso diario elimina bacterias patógenas manteniendo las no patógenas con función protectora de la flora normal (2). Se usa también como coadyuvante para la cicatrización de heridas, a lo que se une que es retenida en la placa dental y en las membranas mucosas, actuando durante 8-10 horas (8).
Los colutorios se han convertido en un elemento clave para la prevención, que es el pilar fundamental de los cuidados bucodentales. Y actualmente, con la declarada pandemia de coronavirus, las medidas profilácticas en la cavidad oral aún adquieren una mayor importancia y dimensión. En este contexto, se recomienda que los enjuagues bucales se usen puros, sin diluir (9). Y es que la rutina de higiene bucodental de cualquier persona evita que la carga viral de su boca y de sus utensilios de higiene bucal sea muy alta (10).
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Referencias
1. Federación Dental Internacional (FDI). El desafío de las enfermedades bucodentales. Una llamada a la acción global. Atlas de salud bucodental. 2015.
2. Enrile de Rojas, F.J. y Santos-Alemany, A. Colutorios para el control de placa y gingivitis basados en la evidencia científica. RCOE. 2005. Vol. 10; Núm. 4, jul./ago.
3. Bascones, A. y Morante, S. Antisépticos orales. Revisión de la literatura y perspectiva actual. Avances en Periodoncia e Implantología Oral. 2006. Vol.18; Núm.1, abr.
4. Naverac Aznar, M., et al. Uso de colutorios en la clínica periodontal. Periodoncia y osteointegración. 2007. Vol. 17; Núm. 1, ene./mar.
5. Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA). Colutorios orales: un recurso útil y necesario para completar la higiene bucal óptima. Nota de prensa. Abril 2020.
6. Organización Colegial de Dentistas de España. La salud bucodental en España 2015. Libro blanco. 2016.
7. Bonet, R. y Garrote, A. El consejo farmacéutico en la salud bucodental. Offarm. 2002. Vol. 21; Núm. 11, 82-88.
8. Colutorios, enjuagues y elixires bucales. Higiene completa. Farmacia Profesional. 2001. Vol. 15. Núm. 9, 83-91.
9. Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA). Consejos de salud e higiene bucodental en tiempos de coronavirus. Abril 2020.
10. Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA). Una boca sana para cerrar el paso del coronavirus. Abril 2020.