Cardiólogos y odontólogos se dan la mano para luchar, unidos, en la prevención de la enfermedad cardiovascular y periodontal. Las crecientes evidencias que relacionan las enfermedades de las encías con las enfermedades del corazón invitan a cambiar los hábitos de vida, así como a replantear las estrategias de prevención y tratamiento en pacientes cardiovasculares y en personas con enfermedad periodontal.
"Si las encías están sanas, se reduce el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular", afirma Adrián Guerrero, vicepresidente de la Sociedad Española de Periodoncia. Tal y como explica, "los hábitos de vida saludables, recomendados por los cardiólogos, tienen un impacto positivo sobre el control de las patologías de la boca. Al mismo tiempo, una óptima salud oral es buena para el corazón. Además, los hábitos de vida saludables recomendados por los cardiólogos tienen un impacto positivo sobre la salud oral, de forma que todo está relacionado".
El Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), con la colaboración de DENTAID, laboratorio dedicado a la salud bucal, ha elaborado el primer documento de consenso en este ámbito, con consejos prácticos para la población, así como para los propios odontólogos y cardiólogos. Los responsables de este informe son los doctores Juan José Gómez Doblas y Gonzalo Barón (por parte de la SEC) y Blas Noguerol, Adrián Guerrero y David Herrera (por parte de SEPA), que no solo recalcan que la enfermedad periodontal es un factor de riesgo cardiovascular sino que, además, destacan la necesidad de que cardiólogos y odontólogos colaboren de forma activa y conjunta.
Un documento pionero
Este informe, como reconoce el Dr. Gonzalo Barón, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla), "aporta un gran valor y es innovador", ya que "hasta ahora en España no se había hecho nada parecido, a pesar de la evidencia existente". Además, "sienta las bases de una colaboración estrecha entre profesionales sanitarios aparentemente muy alejados en su ámbito de conocimiento, como son los cardiólogos y los odontólogos", según añade Juan José Gómez Doblas, presidente de la Sociedad Andaluza de Cardiología.
Ambos grupos de profesionales atienden al mismo paciente desde patologías distintas, pero claramente relacionadas. Por eso, aclara el Dr. Gómez Doblas, "es básico que el mensaje que cale en la población sana en riesgo o ya enferma sea un mensaje claro, único y directo y enfocado hacia la prevención de ambas enfermedades. El mismo mensaje repetido desde campos muy distintos le aporta más veracidad y convencimiento para conseguir mejorar los estilos de vida de la población atendida".
Reconocimiento internacional
Los organismos científicos y profesionales reconocen ya el impacto de la relación entre enfermedades periodontales y algunas enfermedades cardiovasculares, insistiendo en la necesidad de emprender actuaciones para la prevención de ambas patologías. Así, la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) reconoce a la enfermedad periodontal como factor de riesgo cardiovascular y, por su parte, la Federación Europea de Periodoncia (EFP) ha divulgado un manifiesto en el que se subraya que "los médicos deben ser conscientes de que la periodontitis es un factor de riesgo para desarrollar enfermedad cardiovascular aterosclerótica y deben aconsejar a los pacientes sobre el riesgo de la inflamación periodontal para la salud general, así como para la salud oral".
En este informe se demanda que los cardiólogos informen a los pacientes de esta relación entre el sistema cardiovascular y la salud de la boca, así como de los cuidados que deben seguirse; por su parte, se exige a los dentistas que valoren entre sus pacientes a aquellos que puedan tener un riesgo cardiovascular mayor, les identifiquen y recomienden unas medidas básicas.
Evidencias recientes y sólidas
De lo que ya no cabe duda es que hay una relación clara entre enfermedad periodontal y cardiovascular, como han demostrado múltiples estudios observacionales. Cardiólogos y odontólogos atribuyen, en gran parte, esta estrecha vinculación a la gran cantidad de bacterias que se sitúan bajo la encía y que pueden pasar a la sangre y afectar a otras zonas del organismo, además de aumentar el nivel de inflamación de todo el cuerpo.
Un reciente estudio, publicado en "Infection and Immunity", ha aclarado la microbiología subyacente que vincula la enfermedad de las encías y la enfermedad cardíaca mediante la identificación del efecto de una bacteria: el Porphyromonas gingivalis. Este patógeno típico de la boca es responsable del desarrollo de la periodontitis; ahora se sabe además que altera la expresión de los genes que codifican proteínas que aumentan la inflamación y la aterosclerosis en las arterias coronarias (los vasos que suministran sangre al corazón).
En concreto, este estudio revela que P. gingivalis aumenta la inflamación en células del músculo liso de la aorta, lo cual podría estar en el origen y desarrollo de la aterosclerosis. Según los propios autores, esto abre la posibilidad de identificar en un futuro próximo biomarcadores que puedan servir para diagnosticar y tratar precozmente enfermedades periodontales y cardiovasculares.