sábado. 21.09.2024

Las crisis económicas suelen ir acompañadas de un mayor nivel de estrés para gran parte de los ciudadanos. Según señala el doctor Miguel Lázaro, psiquiatra del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Son Espases, en el marco de la Jornada "Crisis: Prevención del cerebro pre-ocupado" celebrada por el Govern de les Illes Balears en Palma de Mallorca, con la colaboración de Pfizer, "es muy importante remarcar los aspectos psicosociales implícitos en la crisis que estamos viviendo, tanto a nivel individual como colectivo. Es una crisis psicosocial compleja, de largo recorrido y de difícil abordaje".

Tanto es así que algunos estudios recientes hablan de que la patología depresiva, la ansiedad, el abuso del alcohol, los trastornos del sueño y la patología psicosomática han aumentando entre un 20 y un 40% durante los últimos años debido al crecimiento del estrés negativo, que según el experto es "el principal depredador del cerebro. Es un estrés acumulativo que poco a poco va desgastando los mecanismos cerebrales adaptativos y que, según la idiosincrasia y el contexto de cada individuo, va a provocar un aumento de los trastornos de ansiedad y de otro tipo de patologías psiquiátricas".

Es fundamental acudir al médico de Atención Primaria o al especialista para un diagnóstico precoz para este tipo de trastornos, ya que hoy en día se dispone de tratamientos eficaces. "Algunas personas no acuden al especialista en busca de ayuda pensando que sus síntomas son solo reactivos a situaciones de estrés, lo que evidentemente es un error ya que podrán beneficiarse de un tratamiento adecuado".

La inestabilidad laboral, principal generador de estrés

La falta de trabajo es uno de los principales factores que hacen aumentar el estrés y la ansiedad en tiempos de crisis. El doctor Lázaro afirma que "el trabajo es algo más que un salario; es autoestima, independencia, autonomía y pertenencia social, que son variables psicológicas que se van a ver alteradas cuando uno lo pierde".

Igualmente, para quien tiene trabajo, la inestabilidad y la sobrecarga laboral se convierten en factores de riesgo si están predispuestas genética o biológicamente, con antecedentes psiquiátricos previos y con escaso apoyo social.

Distintas somatizaciones de la ansiedad

Este mayor nivel de estrés se manifiesta de manera muy distinta según la persona: pueden ser síntomas cardiovasculares, respiratorios, gastrointestinales, sexuales, neuromusculares y neurovegetativos (como sequedad en la boca, sudoración, zumbido de oídos, mareos, etc.). Asimismo, entre los síntomas somáticos son frecuentes las cefaleas de tensión y todo tipo de dolores, ya que están provocados por una activación anómala de los circuitos cerebrales de la ansiedad y por reacciones de tipo hormonal.

Otros síndromes que pueden estar ligados al estrés derivado de la situación económica son somatizaciones como la tensión motora, la incapacidad para relajarse, la inquietud, el temblor, la fatiga o los dolores musculares.

"Por otra parte están los pacientes somatizadores crónicos que suelen hiperfrecuentar los servicios sanitarios. Estas personas presentan síntomas físicos por los que demandan de forma persistente exploraciones clínicas con resultados negativos o que no pueden explicar suficientemente las quejas del paciente". Esta situación, señala el experto, se ve agravada porque estos pacientes no aceptan y se resisten a la explicación psicológica de sus síntomas, incluso cuando el comienzo guarda relación con el estrés o con un acontecimiento vital adverso.

En cualquier caso, señala el doctor Lázaro, la ansiedad "siempre está proyectada al futuro y es la brecha entre el ahora y el después, que se anticipa de forma temerosa y negativa; se manifiesta a través de nuestra conducta, de nuestro cuerpo y de nuestros pensamientos. Por ello el médico debe estar atento a los síntomas de ansiedad en la consulta y posteriormente indagar para diagnosticar los diferentes subtipos de ansiedad que existen".