Los últimos días se han publicado en diferentes medios noticias relacionadas con la divulgación de los resultados del estudio RECOVERY, centrado en el uso de dexametasona en pacientes ingresados con COVID-19.
La dexametasona es un glucocorticoide que se ha usado comúnmente desde la década de 1960 en el tratamiento de una amplia gama de afecciones con componente inflamatorio y autoinmune–entre ellos, por ejemplo, la artritis reumatoide, el asma o procesos alérgicos o neoplásicos–, por sus propiedades antiinflamatorias, inmunosupresoras y antialérgicas. Está disponible en España en numerosas presentaciones de medicamentos para diversas vías de administración.
El estudio RECOVERY es un amplio ensayo clínico aleatorizado que ha incluido a más de 11.500 pacientes ingresados con COVID-19 en más de 175 hospitales de Reino Unido. En uno de los brazos del estudio, hasta 2.104 pacientes fueron tratados con dexametasona a dosis bajas (6 mg una vez al día por vía oral o intravenosa) durante 10 días, y sus datos fueron comparados con los de 4.321 pacientes que recibieron los cuidados de mantenimiento estándar.
Los resultados muestran que la dexametasona fue capaz de reducir en aproximadamente un tercio la mortalidad entre los pacientes que necesitaban ventilación mecánica y en un quinto entre los pacientes que recibían oxígeno; se estima, por tanto, que dexametasona podría evitar la muerte de 1 de cada 8 pacientes con ventilación mecánica y 1 de cada 25 pacientes que requieren oxígeno. Es importante subrayar que no se identificó, sin embargo, ningún beneficio significativo entre aquellos pacientes que no necesitaban asistencia respiratoria.
Tras la publicación de estos resultados, desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos se han hecho públicas una serie de consideraciones.
Consideraciones desde la farmacia*
La dexametasona es el primer fármaco capaz de demostrar una reducción significativa de mortalidad en un estudio amplio y bien diseñado, pero solo ha mostrado eficacia en los pacientes más graves: aquellos que requieren asistencia respiratoria (ventilación mecánica o administración de oxígeno).
Por ahora, no ha demostrado beneficio clínico en pacientes con síntomas leves de COVID-19 que no requieren asistencia respiratoria, quienes en principio seguirán siendo manejados con los tratamientos sintomáticos habituales. Tampoco se ha demostrado su eficacia en la profilaxis pre-exposición o posexposición al virus SARS-CoV-2.
La utilización de dexametasona no está recomendada para la población general sin causa justificada.
No se pueden adquirir medicamentos con dexametasona en las farmacias sin su correspondiente receta médica. Se reitera la importancia de extremar el cumplimiento de las condiciones de dispensación de estos medicamentos.
*A la espera de la información que se pueda emitir al respecto desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).