jueves. 19.12.2024

En la actual situación de crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, los profesionales farmacéuticos son, en muchas ocasiones, los únicos agentes sanitarios con los pueden contar los ciudadanos de nuestro país. Ejemplo de ello son, entre otras, aquellas zonas rurales que no cuentan con médico ni enfermera. En estos casos, la farmacia rural ofrece seguridad a sus habitantes, vertebra el territorio, es garantía de cercanía, de accesibilidad al medicamento, de servicio profesional y de compromiso social.

Raquel Casado, farmacéutica y vocal de Farmacia Rural del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, es un claro ejemplo. Desde las 7 de la mañana, atiende y recorre los municipios cercanos a Buitrago de Lozoya (Somosierra, Horcajo, Horcajuelo de la Sierra, Prádena…) para atender a los pacientes, hacerles seguimiento de sus tratamientos y llevarles la medicación que necesitan. Hilario y Juana, María, Ana, Isabella o Daniel son algunas de las personas para las que la atención de Raquel es imprescindible para mantener su salud.

Con una jornada que supera las 15 horas, poco es el tiempo del que dispone para ver a su familia. “Desde las 7 de la mañana hasta las 22:00 horas, algunos días no subo siquiera a casa y así todos los días desde que empezó esto”, señala, y añade: “Esta es la vida que llevamos en las farmacias rurales de Madrid y seguiremos así hasta que todo esto pase. Espero que las personas que nos han infravalorado sean capaces de darse cuenta de que estamos haciendo todo lo que podemos, y que, algún día, rectifiquen y nos den las gracias”.

De todo ello da cuenta en un vídeo, grabado por ella misma a modo de diario durante una de sus duras jornadas recorriendo varios municipios, para que la población y las autoridades sanitarias comprueben lo imprescindible que es su labor.   

“Se están olvidando de los centros de salud, la primera barrera para no saturar los hospitales. Sin medios, ¿cómo van a trabajar?”, se pregunta en voz alta. “También me preocupan las residencias. Nos piden mascarillas, geles, guantes… No tienen medios para cuidar a nuestros mayores”, lamenta mientras coge el coche para acudir a otro municipio. Y piensa… “No me puedo permitir caer enferma. ¿Quién ayudaría a todas estas personas?”, apunta.

En la actualidad, la red de 5.267 farmacias rurales abiertas en España presta un servicio básico a miles de ciudadanos. En la Comunidad de Madrid existen 94 farmacias rurales, y 17 municipios de menos de 400 habitantes no cuentan con el servicio que presta una oficina de farmacia en el mismo municipio.

Cerca de un millar de farmacias en España están subvencionadas para no cerrar sus puertas. El 90 por ciento en el entorno rural. Cinco farmacias de la Sierra norte madrileña presentaban incluso ingresos inferiores a 1.000 euros y algunas oficinas no alcanzan ni las 300 recetas dispensadas al mes.

Puede acceder al vídeo en este enlace