La violencia requiere de una atención específica por parte de todos los agentes y autoridades sanitarias. La Organización Mundial de la Salud recalca que cada año alrededor de 1,4 millones de personas pierden la vida a causa de la violencia -3.800 muertes al día-. Asimismo, las estimaciones mundiales indican que alrededor de una de cada tres mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.
“Como responsables de esta situación, los datos publicados nos indican que debemos resaltar, por una parte, la no suficiente formación y motivación de los agentes (sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad, judicatura, fiscalía, etc.) que participan en la detección y en la prevención de estos hechos, y por otra parte, la falta de coordinación entre los agentes mencionados”, ha explicado el Dr. Carlos Gómez Canga-Argüelles, presidente de la Academia de Farmacia de Castilla y León, durante la jornada ‘El maltrato a las personas: Un problema de Salud Pública’, celebrada en Valladolid, con la colaboración de GSK.
María Boado Olabarrieta, fiscal delegada de violencia de género de Castilla y León, ha moderado la jornada en la que han participado Clara del Rey, inspectora de Contactos Ciudadanos de Valladolid de la Policía Nacional, quien ha hablado del maltrato infanto-juvenil, ciberacoso y la violencia contra mayores; el Dr.José M. Eiros, del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, que ha generado debate con su ponencia ¿No vacunar también es maltratar?; y Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF); y Raquel Martínez, presidenta del Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León (Concyl); quienes han presentado la campaña ‘Primeros signos del maltrato: Papel del farmacéutico en la detección precoz de la violencia de género’.
En relación con la intervención del Dr. Eiros, el presidente de la Academia de Farmacia de CYL ha subrayado que la definición de maltrato infantil implica una valoración social en relación a lo que es peligroso o inadecuado para el niño. “Aquí reside, precisamente, la gran dificultad para definirlo, ya que hay una falta de consenso social respecto a lo que constituyen formas de crianza peligrosas e inaceptables. Resulta difícil establecer la raya de separación entre lo que es un maltrato y lo que no lo es”, ha remarcado.
En cuanto al maltrato a las personas mayores, “esto implica una mayor vulnerabilidad e indefensión que puede provocar que la persona sea víctima de malos tratos con más facilidad", añade Gómez Canga-Argüelles.