sábado. 21.09.2024

Un año más, la Organización Farmacéutica Colegial se ha sumado a la celebración, este 29 de septiembre, del Día Mundial del Corazón, que en esta ocasión tiene como lema “Usa el corazón para combatir las enfermedades cardiovasculares”.

Con el fin de visibilizar el impacto global de las ECV, y de la cardiopatía isquémica en particular, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos ha elaborado un Punto Farmacológico ofreciendo información científica rigurosa a los profesionales sanitarios con el objeto de mejorar la asistencia a los pacientes. Este informe técnico revisa en profundidad el conocimiento actual sobre las ECV y su tratamiento, poniendo especial atención en las funciones asistenciales que puede desarrollar el farmacéutico para reducir tanto la aparición de estas enfermedades como sus efectos.

18 millones de fallecimientos

Cada año se producen 18 millones de fallecimientos–se estima que serán 23 millones en 2030, siendo la primera causa de muerte en todo el mundo. En España, aunque hace 40 años comenzó una tendencia descendente, las enfermedades cardiovasculares (ECV) también son la primera causa de muerte (un 28,3 por ciento del total), alcanzando las 120.859 en 2019. Entre las principales ECV se incluyen: la cardiopatía coronaria isquémica, la más mortal; la insuficiencia cardiaca; las cerebrovasculares, como el ictus; la cardiopatía reumática; las cardiopatías congénitas; las arritmias; o las trombosis venosas profundas y las embolias pulmonares.

Evitables el 80%

A pesar de las altas tasas de mortalidad y de que la lista de factores de riesgo es amplia, mediante un control eficaz de los principales factores de riesgo podría reducir hasta en un 80 por ciento las muertes por ECV. Por su parte, la Agenda 2030 de Naciones Unidas ha apostado por reducir en un 33 por ciento las muertes prematuras para ese año.

En este sentido, el farmacéutico comunitario, por su cercanía y accesibilidad, ocupa una posición privilegiada para transmitir a los ciudadanos información rigurosa sobre el riesgo cardiovascular y las buenas prácticas para prevenirlos, como el abandono del hábito tabáquico y del consumo excesivo de alcohol, la realización regular de ejercicio físico, llevar una dieta sana y variada, evitar el sobrepeso y controlar periódicamente parámetros como el índice de masa corporal, la presión arterial, la glucemia o la colesterolemia.

Los 54.000 farmacéuticos comunitarios cobran especial relevancia en la consecución de los objetivos del proceso terapéutico, en la prevención de factores de riesgo, o en la detección de signos de alerta.

En el caso de pacientes de una ECV, una vez diagnosticada y prescrito el tratamiento por el cardiólogo, la intervención del farmacéutico es fundamental para obtener los mejores resultados terapéuticos, ya sea en el entorno hospitalario en situaciones de Síndrome Coronario Agudo (SCA) o en el ámbito comunitario. La mayoría de estos pacientes van a estar en tratamiento crónico ambulatorio mediante tratamientos dispensados a través de la red de 22.104 farmacias comunitarias.

Además, dentro de la labor asistencial del farmacéutico está el combatir tópicos erróneos que asumen muchos pacientes de ECV que inundan las redes sociales, como que el ácido acetilsalicílico es un remedio antiguo, cuando sigue siendo uno de los fármacos más eficaces en la prevención de nuevos episodios coronarios y reduce el riesgo de otros eventos vasculares. También, que llevar permanentemente un parche de nitroglicerina les protege, cuando su función no es preventiva ya que solo es efectiva en ataques agudos.