Que el paciente tenga un mayor conocimiento de su enfermedad es importante a la hora de poder manejarla y tratarla. Los pacientes con síntomas de tracto urinario inferior (STUI) tardan en acudir a su médico por vergüenza, porque piensan que su patología es propia de la edad o por falta de información sobre su problema. Por su cercanía y proximidad al paciente, el farmacéutico comunitario tiene un papel importante en este aspecto, ya que puede dar al paciente con STUI las pautas adecuadas para que acuda a su centro de salud para consultar su problema.
Muchas veces el signo de alarma puede ser la depresión y el aislamiento, ya que el paciente con STUI siente vergüenza, lo que hace que se vaya aislando poco a poco de su entorno y se encierre en sí mismo. Cualquier actividad que suponga estar varias horas fuera de casa es un gran problema y deja de hacerla.
Tal y como se recoge en el documento de Consenso Criterios de derivación y manejo integral del paciente con STUI, elaborado por 11 sociedades científicas y que ha contado con la colaboración de Astellas, existen varias situaciones por las que el farmacéutico puede sospechar la presencia de STUI en una persona, entre las que destaca que demanden compresas de incontinencia urinaria en un número superior al indicado, que el paciente tenga un fuerte olor corporal o pacientes jóvenes que no quieran acudir a la consulta porque piensan que se trata de un problema propio de la edad, pero que se sienten más cómodos hablando con el farmacéutico.
Preguntas tipo
En estos casos, teniendo siempre en cuenta hacerlo en un clima de confianza y respeto, el farmacéutico debe intentar conocer el estado del paciente y saber si tiene problemas de tracto urinario inferior. Con preguntas generales del tipo, con la edad es frecuente que aparezcan pérdidas de orina en muchas personas, ¿tiene usted una situación similar?, ¿le pasa a usted? De esta forma, el farmacéutico empieza a tener datos sobre la posibilidad de estar ante un paciente con STUI y recomendar al paciente que acuda a su médico de Atención Primaria para comentarle lo que le está sucediendo.
No obstante, desde la farmacia se puede despejar algunas dudas preguntando al paciente si relaciona sus síntomas con algún cambio en sus hábitos o en su tratamiento. Muchas veces, el paciente no consulta por miedo o por vergüenza, por lo que es necesario a la hora de sospechar la presencia de un STUI que el farmacéutico le tranquilice y le haga ver que es una patología que tiene solución. En este contexto, pueden ser de gran utilidad los cuestionarios de síntomas y de calidad de vida. El informe que pueda elaborar el farmacéutico para el médico de Atención Primaria es de gran utilidad en el diagnóstico y, según se recoge en el citado documento de consenso, contribuye a la eficiencia del sistema de salud. Está claro que, en el abordaje multidisciplinar de los STUI, el farmacéutico comunitario se tiene que integrar como parte de ese equipo para ofrecer una mejor atención a los pacientes.
Recomendaciones
En dicha atención tienen un protagonismo claro las medidas higiénico dietéticas que pueden ayudar al paciente con STUI, como evitar ciertas bebidas o ciertos alimentos antes de dormir, de las que el farmacéutico puede informar debidamente a los pacientes.
Y es que la farmacia comunitaria debe ser una de las vías de entradas al sistema de salud, propiciando la derivación de los pacientes a su médico de Primaria cuando vea claros síntomas específicos de los STUI. La confianza establecida con el paciente puede hacer que dirigirle hacia su médico sea la forma más adecuada de conseguir que el paciente tenga un diagnóstico antes y, por lo tanto, un abordaje más temprano de los STUI, lo que claramente se reflejará en un menor deterioro de la calidad de vida de estos pacientes.