sábado. 21.09.2024

"Las cruces verdes de las farmacias se están convirtiendo en cruces rojas de alerta por un sistema farmacéutico insostenible como consecuencia de la crisis económica actual", sentencia el farmacéutico comunitario Francisco García Cebrián, que ha realizado un pormenorizado análisis de la situación actual de la Farmacia que ha sido publicado en la revista Pharmaceutical Care España.

En concreto, García Cebrián explica en su artículo que España mantiene un sistema de remuneración farmacéutica estático, "desincentivador desde el punto de vista profesional y menor año tras año desde la perspectiva de los ingresos económicos". El sistema actual de remuneración de los farmacéuticos españoles consiste en un margen comercial sobre las ventas totales de medicamentos y productos sanitarios, un pago porcentual sobre un precio de venta al público fijado por la Administración.

El análisis destaca que, con la crisis, se ha producido una bajada continua y constante del precio de los medicamentos, precios de referencia, precios menores, etc.; se han aplicado descuentos adicionales en la factura mensual al Sistema Nacional de Salud, aplicados con criterios políticos y economicistas, y no según los servicios profesionales prestados; ha habido un cese en la financiación de medicamentos de supuesta utilidad terapéutica baja (UTB) o retirada de la farmacia comunitaria por supuesta necesidad de servicios profesionales añadidos (DH), ambos supuestos no probados y decididos unilateralmente por la Administración; retrasos en los pagos de las facturas de medicamentos; aumento de la presión inspectora en la revisión de recetas dispensadas, lo que conlleva un crecimiento de la devolución de recetas mediante interpretaciones unilaterales del concierto de prestación farmacéutica; y un mantenimiento de un sistema farmacéutico de urgencias obsoleto y excesivamente gravoso para los farmacéuticos comunitarios, especialmente los rurales.

Todos estos factores han contribuido a deprimir considerablemente el sector. "Los cambios acaecidos en la estructura política, social y económica del sistema sanitario dejan obsoleto un sistema de remuneración que frena y dificulta la implantación de servicios de salud que pueden y deben ofrecerse en las oficinas de farmacia", advierte el farmacéutico.

¿Hay solución?

Hasta ahora, los farmacéuticos han recibido respuesta por parte de los foros profesionales en forma de propuestas como reducir el número de farmacias sin especificar cómo ni dónde u ofrecer servicios adicionales a los pacientes financiados de forma privada, algo insostenible en ambos casos, pues "hay que mantener el sistema geográficamente repartido para un acceso casi total y la financiación privada no tiene cabida en un contexto laboral de paro extremo, congelación de salarios y aumento paralelo de impuestos", señala García Cebrián, que añade que "la Administración calla o amenaza con la implantación adicional de sistemas de visado o copago, medidas tremendamente injustas con la población más frágil, como los enfermos crónicos o las personas mayores".

Ante el análisis de esta situación, este experto apuesta por la implantación de un sistema mixto de remuneración, que diferencie claramente el cobro por servicios logísticos y por servicios profesionales, cuyo pago sea asumido por la Administración. "Un cambio en el modelo favorecería una actitud positiva para un ejercicio profesional responsable y eficiente", admite. Asimismo, adelanta que esto supondría que la remuneración debería distinguir también entre la farmacia comunitaria que preste servicios básicos o diferenciados de Atención Farmacéutica, para lo cual la propia farmacia debería asumir el coste de la implantación de estos servicios para poder crear valor añadido y generar demanda. Esta fórmula ya se ha llevado a cabo en otros países europeos, como Alemania, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Irlanda o Suiza.

Así, se propone la constitución de una mesa de negociaciones entre la Administración y las instituciones farmacéuticas, la creación de una plataforma reivindicativa y de apoyo para dar a conocer las experiencias de otros países, la implantación de sistemas de control de calidad que permitan verificar la trazabilidad  del ejercicio profesional y el establecimiento de un sistema efectivo de comunicación y colaboración interprofesional, integrando a todos los farmacéuticos en el actual sistema sanitario español.