El País Vasco va a poner en marcha un programa piloto con el fin de que sean las farmacias de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) quienes lleven a cabo el control del tratamiento de los pacientes crónicos. Inicialmente el Plan de Seguimiento Farmacoterapéutico (SFT), que contará con el apoyo de facultativos y enfermeros de los centros de Atención Primaria (AP), irá dirigido a diabéticos de cierta edad y se llevará a cabo en tres áreas de la CAV. En concreto, en Bizkaia lo iniciarán los despachos de Durango; en Vitoria-Gasteiz lo harán en Zaramaga; y en Gipuzkoa en Eibar. Desde la Administración sanitaria vasca confían en los buenos resultados de la iniciativa para poder extenderla al resto del sistema sanitario público vasco.
El programa, dirigido a personas mayores con dificultades para seguir la terapia prescrita por su médico se enmarca en la estrategia de cronicidad, vejez, dependencia y espacio sociosanitario que se lleva a cabo en el País Vasco. En esta primera fase se hará un seguimiento a los pacientes mayores con diabetes. Lo que persiguen desde el Departamento de Salud del Gobierno vasco es tener controlados a estos enfermos, no solo desde el punto de vista de la revisión de la medicación, sino también de la adecuación de la terapia así como conciliar los fármacos que ingieren y la adherencia a los mismos, y observar los posibles problemas que pudieran tener.
En España la única comunidad autónoma que cuenta con un plan de estas características es Cataluña. Mientras los colegios de farmacéuticos catalanes son los que corren con el coste del plan, en el País Vasco el programa está financiado por el Ejecutivo de Iñigo Urkullu desde el principio, ya que tiene designada una partida económica que ayudará a los farmacéuticos a llevar a buen fin el proyecto.
Control de la medicación
La falta de adherencia a los tratamientos por parte de los pacientes crónicos es un grave problema de salud pública que ocasiona no sólo serias dificultades en las personas enfermas, sino que distorsiona los servicios de salud, ya que el coste económico de no seguir las terapias prescritas es muy elevado.
Muchos estudios demuestran que más el 50 por ciento de los pacientes con patologías crónicas no cumple bien las recomendaciones de los sanitarios, bien por olvido, porque el medicamento es complicado de tomar o porque se han cansado de él. “De ahí la importancia de controlar bien la medicación”, explican a EL MÉDICO INTERACTIVO especialistas en Farmacia. “Y es que en las dolencias que no presentan síntomas la gente se relaja y abandona la medicación. El caso típico es el de la hipertensión que no suele presentar molestias, pero dejar la medicación puede tener consecuencias catastróficas para el hipertenso en riesgo constante de sufrir un ictus”, añaden.
Pago de medicamentos según su eficacia
El precio de los fármacos de última generación lleva a los servicios de salud no solo en España, sino también en otros países europeos a plantear a los laboratorios que asuman el riesgo de no cobrar si no logran curar.
El departamento que dirige el peneuvista Jon Darpón cree, como otros sistemas de salud, que es el momento adecuado para abonar los nuevos medicamentos en función del resultado. Sostienen los expertos del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza que es clave una evaluación independiente, profunda y objetiva, previa a la introducción de nuevos fármacos; una evaluación que deje claro que los beneficios para los pacientes sean reales.
El consejero de Salud en más de una ocasión se ha mostrado partidario en profundizar en la colaboración en la corresponsabilización con la industria farmacéutica. Los responsables sanitarios persiguen resultados en salud, en lugar solo de pastillas o productos. Por ello, quieren pagar por resultados.
La propuesta que baraja el responsable la Sanidad en Euskadi se está utilizando ya en distintas dolencias, aunque el ejemplo más representativo es de distintos medicamentos para la hepatitis C crónica, ya que solo se pagan los que tienen buenos resultados. Esta misma sugerencia se intentará aplicar a la batería de innovadores fármacos contra el cáncer que en los próximos años llegarán al mercado. En concreto en especialidades como Oncohematologia, próstata, melanoma o pulmón. Y es que tratar el cáncer de pulmón con medicamentos de nueva generación cuesta cerca de 3.000 euros al mes. La fórmula del «riesgo compartido» también es aplicable a los denominados medicamentos biológicos.
Osakidetza ha ensayado ya acuerdos de estas características con distintos laboratorios. En concreto para un medicamento para el mieloma múltiple, así como para la espondilitis anquilosante. Sin embargo, Osakidetza quiere ir más allá y aplicar esta fórmula de financiación a tratamientos innovadores contra enfermedades inflamatorias intestinales y psoriasis, entre otras.