sábado. 21.09.2024

Salvador Illa, secretario de Organización del PSC, será el nuevo ministro de Sanidad, que sustituye a María Luisa Carcedo.

Illa es licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona (1989) y MBA en el IESE Business School, de la Universidad de Navarra (1993). También es profesor asociado de la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna.

Tiene experiencia en la gestión local, como alcalde de La Roca del Vallés entre los años 1995 y 2005. Desde el año 2005 hasta el 2009, fue director General de Gestión de Infraestructuras del Departamento de Justicia de la Generalidad de Cataluña. Tras un breve paso por el sector privado, se encargó de la Gestión Económica del Ayuntamiento de Barcelona (2010-2011), fue coordinador del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Barcelona (2011-2016) y jefe de Gabinete del concejal socialista Jaume Collboni (2014-2016).

En mayo de 2016, coincidiendo con la incorporación del PSC al gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, pasó a ser Gerente de Empresa, Cultura e Innovación.

Promesas sanitarias del Gobierno de Sánchez

Pedro Sánchez adelantó algunas de sus líneas de acción durante el debate de investidura. El presidente del Gobierno anunciaba una medida reclamada por muchos agentes sanitarios: aumentar hasta el 7 por ciento del PIB la inversión en Sanidad.

Además de este anuncio, Sánchez ya recordaba a lo largo del periodo electoral algunas de sus propuestas en materia sanitaria, que no pudo cumplir debido a la no aprobación de los presupuestos, como era la eliminación de los copagos.

Por otra parte, otras de las medidas sanitarias a las que el Gobierno de Sánchez prestará atención esta legislatura serán el potenciar la investigación en enfermedades raras y un plan de lucha contra el suicido y de atención a la salud mental.

Asimismo, tal y como exponía el propio Sánchez en el debate de investidura, se pretende avanzar en el diseño del marco estratégico de actualización de la Atención Primaria. Igualmente,  en su último discurso se mostraba claramente contrario a la gestación subrogada, defendiendo en cambio una “maternidad libremente decidida con una política de educación, prevención de embarazos no deseados, la facilitación de los últimos métodos anticonceptivos, la anticoncepción de urgencia y la interrupción voluntaria del embarazo a todas las mujeres y garantizando los tratamientos de reproducción asistida a todas las mujeres a través del Sistema Nacional de Salud”.