La Fundación Salud 2000 publica un nuevo Informe del Experto bajo el título "Implicación de los profesionales sanitarios, Administración y compañías farmacéuticas en la mejora de la adherencia terapéutica", donde se pone de manifiesto la necesidad de avanzar en el uso racional de los medicamentos.
El documento tiene como objetivo sensibilizar a los profesionales sanitarios y a los ciudadanos de la importancia de una buena adherencia terapéutica, difundir información para que se investigue en este campo y establecer estrategias que mejoren el cumplimiento terapéutico.
Según José Manuel Ribera Casado, presidente del Observatorio para la Adherencia Terapéutica (OAT), hay múltiples razones que sostienen la necesidad de conseguir una correcta adherencia, como puede ser la perspectiva económica, pero "las que más peso adquieren son la mejora en términos de salud y de calidad de vida para el paciente".
Se estima que un tercio de los enfermos no utiliza la medicación como se les prescribió, otro sólo lo hace a veces y el restante es el que la toma de forma adecuada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la adherencia al tratamiento a largo plazo se sitúa en torno al 50% en los países desarrollados.
Un estudio de la consultora IMS Health destaca que el mal uso de los fármacos provoca aproximadamente un 8% del gasto sanitario en el mundo y, de esa cifra, el 57% se corresponde a problemas de no adherencia.
Por eso, la Administración sanitaria tiene que tomar conciencia de la importancia de medir la adherencia a los tratamientos y favorecer el cumplimiento terapéutico.
Una de las claves para que funcione el seguimiento del control de la adherencia es la coordinación y colaboración entre los distintos profesionales sanitarios: médicos, farmacéuticos y enfermeros.
En esta mejora, los mecanismos complementarios a ciertos fármacos, como pueden ser los kits de biomarcadores, los sistemas electrónicos de administración y medición objetivo del cumplimento, los call center de apoyo para el recordatorio automatizado de las tomas, tienen un papel destacado.
Así, en la mejora de la adherencia terapéutica deben estar implicados desde los profesionales sanitarios hasta las compañías farmacéuticas. Estas últimas pueden contribuir a reducir los problemas de adherencia facilitando, junto con sus fármacos, sistemas de apoyo y medición del cumplimiento, que deben ser valorados por las comisiones de farmacia de los hospitales y por la Administración pública cuando se planifique el arsenal farmacológico.