Tras la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, seis de cada diez españoles acudirán antes a la farmacia que a su médico de Atención Primaria para consultas relacionadas con dolores articulares o resfriados comunes. En concreto, un 45 por ciento de los españoles tiene la intención de consultar a su farmacéutico más en el futuro para dar consejos sobre cómo tratar problemas de salud. Son datos de una encuesta llevada a cabo por GSK Consumer Healthcare, en colaboración con Ipsos MORI, en la que han participado 4.000 personas de entre 16 y 75 años y que ha contado con ciudadanos de España, Italia, Gran Bretaña y Alemania.
En la encuesta se refleja también que los españoles estamos muy concienciados sobre la importancia de no colapsar el sistema sanitario, preocupación derivada de estos meses de crisis, y así lo demuestra la encuesta, donde un 84 por ciento de los encuestados afirman que antes de ir a una cita con el médico, tomarán medidas de autocuidado.
En general, casi la mitad de los encuestados españoles, italianos y británicos (45 por ciento en el caso de España) se plantean consultar a un farmacéutico de forma más frecuente ante pequeños problemas de salud. Estos datos contrastan con los alemanes, donde solo un 27 por ciento de los encuestados haría lo mismo.
Para de Helen Tomlinson, directora general de GSK Consumer Healthcare para España y Portugal, “aquí entran en juego dos factores: el farmacéutico es considerado de manera general como lo que es, un profesional de la salud, y por tanto un punto de referencia. Y tampoco podemos obviar la solidaridad de la población, evitando visitas innecesarias que sobrecarguen el sistema médico. Apoyarse en el farmacéutico libera recursos”.
Medicamentos sin receta
Algo en lo que coinciden la mayoría de los europeos es que tienen previsto tomar precauciones sanitarias para reducir el riesgo de caer enfermos. Y lo que es más importante, pretenden quedarse más tiempo en casa cuando estén enfermos para evitar infectar a otros. Así lo reflejan el 80 por ciento de los españoles encuestados, el 82 por ciento de los italianos, el 78 por ciento de los británicos y el 68 por ciento de los alemanes; que evidencian que el autocuidado se ha posicionado como un beneficio que no incide solo en uno mismo, sino en nuestros seres queridos y en la sociedad.
El 18 por ciento de los españoles afirma que tiene la intención de aprovisionar su botiquín con medicamentos sin receta. En este sentido, se sitúan a la cola de Europa, donde el 34 por ciento de los británicos, el 25 por ciento de los alemanes y el 24 por ciento de los italianos se muestran conformes con esta afirmación. En cuanto al uso de productos vitamínicos y multivitamínicos que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, cuatro de cada diez españoles encuestados (39 por ciento) reconocieron estar planteándose consumirlos en su día a día. En el caso del resto de los europeos encuestados, el 47 por ciento de los italianos, el 35 por ciento de los alemanes y el 34 por ciento de los británicos aprobaron esa declaración.
En opinión de Tomlinson, “la misión que asumimos como compañía es promover estas actitudes positivas y empoderadas hacia el autocuidado, especialmente cuando esta amenaza del Covid pierda relevancia. La responsabilidad que como individuos tenemos de cuidar de nuestra salud es empoderadora, solidaria y acorde a los tiempos que vivimos. Como compañía, esta responsabilidad se transforma en obligación, la de estar a disposición de la ciudadanía con las mejores marcas y ofrecerles confianza y eficacia”.
España, a la cabeza de concienciación
La llegada del COVID-19 ha enseñado a los ciudadanos a ser más conscientes de la importancia del autocuidado animándoles a hacer cambios positivos en su vida que repercutan directamente en la mejoría de su salud. El 74 por ciento de los españoles encuestados declaró que tenía más en cuenta su salud al tomar decisiones cotidianas que antes de la pandemia. Detrás se sitúa Italia (69 por ciento) y, muy por detrás, Gran Bretaña (donde el 62 por ciento estaba de acuerdo con esta declaración) y Alemania (donde solo el 54 por ciento la aprobó). Además, dos de cada tres españoles (66 por ciento) confirmaron que ahora entienden mejor qué impacta en su salud, al igual que el 62 por ciento de los italianos. Sin embargo, solo alrededor de la mitad de los participantes en Gran Bretaña (56 por ciento) y en Alemania (52 por ciento) afirmaron lo mismo.
Por otro lado, los resultados de la encuesta también desprenden que el 65 por ciento de los españoles afirman que los profesionales médicos son sus primeros contactos con respecto al dolor de movimiento y los dolores de cabeza, erupciones cutáneas o resfriados. Este porcentaje es muy similar en el caso italiano (66 por ciento), y en el alemán (56 por ciento), Sin embargo, los británicos se alejan bastante de esta afirmación, ya que sólo el 28 por ciento de ellos se pone en contacto con profesionales médicos en primer lugar cuando se enfrentan a cualquiera de las enfermedades mencionadas. Así, mientras que el 44 por ciento de los españoles pasa más tiempo investigando sobre temas relacionados con la salud, solo el 4% busca asesoramiento médico en Internet. En Gran Bretaña, esta cifra asciende al 17 por ciento.
La encuesta
En palabras de Tomlinson, los resultados de la encuesta “han servido para constatar que la salud es hoy por hoy un elemento de suma importancia para las personas. La prevención y la adopción de medidas a nivel personal para cuidar de esa salud propia y también la de los demás juega un papel decisivo en esta salud”.
Para llevar a cabo este estudio, Ipsos – a petición de GSK Consumer Healthcare - contó con 1.095 españoles de entre 16 y 65 años de edad, 1.095 italianos de 16 a 70 años, 1.108 británicos de 16 a 75 años y 1.065 alemanes de 16 a 75 años. La encuesta tuvo lugar entre el 29 de mayo y el 1 de junio de 2020, y se centró en la aprobación de los participantes con respecto a varias declaraciones (cinco niveles), así como en cualquier cambio de comportamiento antes y después de que se establecieran las normas de distanciamiento social. Para clasificar los datos se tuvieron en cuenta las proporciones - de edad, sexo, región, nivel de estudios, situación laboral y situación familiar - en la población total.