jueves. 19.12.2024

En España, según los últimos datos presentados durante la celebración de la última Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), padecen esclerosis múltiple unas 46.000 personas, se detectan cada año 1.800 nuevos casos  y sigue siendo, tras los accidentes de tráfico, la segunda causa de discapacidad más frecuente entre los jóvenes españoles y la primera en discapacidad sobrevenida.

El 18 de diciembre, es el día dedicado en nuestro país a esta enfermedad crónica, progresiva y para la que no hay cura. La esclerosis múltiple es una de las enfermedades neurológicas más frecuentes entre los adultos jóvenes, sobre todo en edades comprendidas entre los 20 y 40 años, y es más común en mujeres con una proporción de 2:1. No obstante, parece que su incidencia y prevalencia está aumentando y, "aunque también han aumentado los métodos y la eficacia para diagnosticar la enfermedad, a medida que aumentan los casos, se incrementa esta proporción en todos los países en que se ha estudiado", explica la Dra. Celia Oreja- Guevara, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Desmielinizantes de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Los trastornos visuales y la pérdida de  sensibilidad en las extremidades suelen ser los primeros síntomas de esta enfermedad entre los que también se puede incluir las alteraciones urinarias, hormigueos, pérdida de fuerza y alteraciones cognitivas.

Aunque en las últimas dos décadas se han producido muchísimos avances en su conocimiento y tratamiento, aún no existe ninguna causa conocida ni que se pueda atribuir de forma directa a la esclerosis múltiple, aunque existen tres hipótesis al respecto. Por un lado la higiene: un menor contacto con agentes infecciosos favorece las enfermedades autoinmunes; por otro lado la vitamina D: diversos estudios demuestran que en los países en los que hay más sol, y por lo tanto más vitamina D, hay menos posibilidades de tener esclerosis múltiple; y, por último, la genética porque aunque esta enfermedad no es hereditaria, existen variaciones genéticas que aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Por esa razón, "resulta importantísimo seguir profundizando en el estudio de los factores ambientales, como son la vitamina D, el virus de Epstein-Barr y las radiaciones ultravioletas para conocer su origen, así como los posibles biomarcadores de respuesta, de evolución y diagnóstico en la enfermedad", asegura la Dra. Celia Oreja-Guevara.

Este año se ha producido un avance cualitativo a la hora de evitar y retrasar las recaídas de esta enfermedad, con la aparición de un nuevo tratamiento oral que ofrecerá a los pacientes una mejor calidad de vida. "Se ha comprobado que este nuevo tratamiento reduce el número de brotes en más de un 50%. Además, se incrementa la adherencia al mismo gracias a la comodidad de la toma oral ya que hasta la fecha todos los tratamientos existentes eran inyectables y aumenta la calidad de vida de los pacientes", comenta la Dra. Celia Oreja-Guevara.

Así como con la aparición de dos nuevos tratamientos sintomáticos. "Uno de ellos reduce en un 30% la espasticidad en los pacientes y ya está aprobado en España, Alemania, Inglaterra y Canadá. El otro, aunque todavía no se comercializa en España, pero sí en Estados Unidos y en Alemania, mejora la marcha alrededor de un 30%", asegura la Dra. Celia Oreja-Guevara.

Pero además, está previsto que, en los próximos años, se aprueben más tratamientos que permitirán mejorar la calidad de vida de los pacientes así como otorgarles un tratamiento más personalizado. Ante este panorama, "una detección y un tratamiento precoz son las mejores armas con las que contamos en la actualidad para combatir los efectos de esta enfermedad", mantiene la Dra. Celia Oreja-Guevara.

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