“En el ADN de las profesiones sanitarias está ser los mejores”. Son palabras de Julio Zarco, director del área de personalización y RSC del Hospital Clínico San Carlos y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, que ha participado en la sesión “Recertificación: presente y futuro de la formación continuada”, en el marco de Infarma Barcelona 2019.
Desde su punto de vista, la recertificación refuerza el modelo de formación español, potencia la atención farmacéutica, la iguala al resto de las profesiones sanitarias, tiende a la excelencia y genera competitividad. “Debería visualizarse un modelo de recertificación de las competencias del farmacéutico voluntario, cada cinco años, sustentado en un mapa competencial, entrando en un proceso de desarrollo profesional continuo supervisado y monitorizado por el colegio y sin lugar duda donde el control directo lo tiene el propio profesional”, ha explicado.
El médico ha expuesto que la Administración debe velar por sus profesionales de la salud y que, por ello, “tendrá que hacer una encomienda a los colegios para que puedan llevar a cabo este proceso”. En este sentido, ha recordado que España son los consejos provinciales o autonómicos los que deben encargarse de ello. Por lo que respecta a su financiación, ha dicho que el peso debería recaer, “como en el resto de Europa sucede con la medicina, en la industria farmacéutica, la Universidad y la Administración”.
Objetivos de la recertificación
Julio Zarco ha señalado que toda recertificación ha de cumplir tres objetivos: proporcionar un sistema profesional sanitario responsable, velar porque se cumplan unas mínimas normas de actuación profesional y promover mejoras continuas en la actuación del profesional sanitario.
Durante su intervención, ha hecho referencia a otras experiencias a nivel internacional donde se recertifican los médicos, como Estados Unidos, Canadá, México, Argentina o Perú. Sobre el caso concreto de Estados Unidos, ha explicado que cada cinco años deben pasar un proceso y, si no lo superan, les quitan la licencia y no pueden ejercer.
Sobre el caso europeo, ha incidido en que igual que se ha creado un espacio común de educación (Bolonia), tiene que existir un espacio común de profesiones sanitarias. “Si un médico se va a Francia o Alemania, tiene que haber cierta homogeneidad en las bases de las profesiones, ejecución y roles”, ha concretado. Y ha añadido: “En Europa existe esta tendencia e idea determinante de llevarlo a cabo”.
Europa, habituada al learning
En Europa, cuando un profesional entra en ese ciclo de continua mejora de su calidad, puede optar por un modelo basado en el learning (formación) o el assesment (evaluación). Zarco ha dicho que el modelo assesment es más novedoso e innovador (utiliza entrevistas clínicas, exámenes orales, revisiones de artículos, informes reflexivos...), pero que en el espacio europeo el más común es el moderno learning de aprendizaje.
El COFM, colegio profesional farmacéutico preparado para la recertificación
Pilar Varela, vocal de docencia del COF de Madrid, ha explicado que la Junta de Gobierno, el 25 de enero de 2018, tomó un acuerdo para crear la comisión técnico-científica del COFM para desarrollar el proceso de recertificación profesional. El modelo de recertificación del COFM propone que sea de carácter voluntario (en Europa es voluntario y en Estados Unidos es obligatorio) cada 5 años y con aval de universidades y/o sociedades científicas.
Los mapas de competencias del COFM son los siguientes: farmacéutico de salud pública, farmacéutico de hospital, farmacéutico de Atención Primaria y farmacéutico de oficina de farmacia.
Mapa competencial de la oficina de farmacia
El mapa competencial del farmacéutico de oficina de farmacia proporciona conocimientos para competencias básicas como gestionar la adquisición, custodia, conservación, caducidades y eliminación de residuos de medicamentos, productos sanitarios y de parafarmacia; elaborar fórmulas magistrales y preparados oficinales; dispensar garantizando la seguridad y efectividad de los medicamentos, productos sanitarios y de parafarmacia; y aplicar y observar las obligaciones, disposiciones y recomendaciones establecidas en la legislación vigente, códigos ético y deontológico que rigen el ejercicio profesional.
Por lo que respecta a las competencias transversales, se centran en habilidades y actitudes para manejar fuentes de información científica rigurosas y bibliografía básica contrastada; aplicar técnicas de gestión, administración empresarial y nuevas tecnologías; e implantar objetivos de calidad en el desempeño de la profesión.
También saber comunicar e informar adecuadamente a los pacientes, usuarios de la oficina de farmacia y otros profesionales sanitarios; ser capaz de trabajar en equipo y colaborar con otros niveles asistenciales; mostrar creatividad, iniciativa y espíritu emprendedor; ejercer la docencia dirigida a estudiantes de grado, personal técnico y otros profesionales y sanitarios; participar en investigación.
Acciones puestas en marcha por el COFM
Finalmente ha presentado las acciones puestas en marcha por el COFM. La primera es un curso en formación en comunicación y habilidades interpersonales. La segunda acción es una prueba de ECOE para el farmacéutico de oficina de farmacia. “Consiste en que vamos a poner a una serie de compañeros en una farmacia virtual, los vamos a enfrentar a actores y los vamos a evaluar”, ha avanzado.