Un equipo de investigadores de Queen’s University Belfast (Reino Unido), dirigido por el profesor Ryan Donnelly, ha desarrollado un parche cutáneo que administra directamente fármacos al torrente sanguíneo, a través de microagujas que penetran “sin dolor” en la capa superior de la piel, y que podría evitar la resistencia a los antibióticos, una de las mayores amenazas para la salud a nivel mundial.
“Uno de los mayores problemas es que la gran mayoría de los medicamentos se toman por vía oral, lo que significa que una pequeña cantidad del compuesto se introduce en el colon, creando el caldo de cultivo perfecto para las bacterias resistentes a los fármacos”, ha comentado Donnelly.
No obstante, prosigue, es “difícil” hacer que los pacientes se inyecten en casa, especialmente si se tiene en cuenta que más del 20 por ciento de las personas tiene fobia a las agujas, al igual que hacer que acudan al hospital cada vez que necesiten tomar un antibiótico, lo cual también colapsaría los servicios médicos.
Por ello, el experto, junto a su equipo, están desarrollando este parche para lograr que los medicamentos eludan las bacterias intestinales y, por ende, prologuen la vida útil de los antibióticos. Para ello, en la parte superior del parche se han colocado unas pequeñas agujas que perforan la piel para administrar el fármaco directamente al torrente sanguíneo, evitando así el contacto con las bacterias.
Los parches con placebo ya se han probado con éxito en diez voluntarios en un estudio publicado en el ‘International Journal of Pharmaceutics’, por lo que el siguiente paso va a ser mostrar que pueden administrar la dosis correcta de antibióticos.