Durante el XXIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), que se ha celebrado del 24 al 26 de octubre en Valencia, los farmacéuticos de AP han dado la señal de alarma sobre el incremento del consumo de opioides como “piedra angular” del tratamiento del dolor, muchas veces fuera de indicación y sin el seguimiento necesario.
José Manuel Paredero Domínguez, farmacéutico de atención primaria del Servicio de Salud de Castilla la Mancha (SESCAM), ha señalado que lo más preocupante de la situación es que la mayoría de pacientes que hoy en día toman opioides los usan para hacer frente al dolor crónico no oncológico, un uso para el que la eficacia de los opioides “es muy cuestionada”.
Los que más han aumentado: tramadol y fentanilo transmucoso
En el Informe de utilización de medicamentos opioides en España durante el periodo 2008-2015, elaborado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), se observa como el tramadol (solo y en combinaciones) y el fentanilo son dos de los opioides en los que más ha aumentado el consumo en los últimos años.
“Los opioides no se deben utilizar de entrada, porque no están indicados para ningún tipo de dolor como primera línea de tratamiento. Solo deben utilizarse cuando el dolor es moderado o severo y no ha respondido a otras opciones de tratamiento, incluidas las técnicas poco invasivas. Ahora, sin embargo, el tramadol se utiliza para todo. Donde antes se pautaban ibuprofeno o paracetamol ahora se receta muchas veces el tramadol. Y no tenemos que olvidar que es un opiáceo y que, sobre todo, en dolor crónico no oncológico se utiliza en dosis muy altas y durante mucho tiempo, con lo cual el potencial adictivo es importante”, ha reflexionado Ana Henche Ruiz, médico responsable de la Unidad de Conductas Adictivas de Toledo.
En cuanto al fentanilo transmucoso, Ana Henche considera que el uso del fentanilo transmucoso para otro tipo de dolores diferentes al indicado en su ficha técnica puede generar “una dependencia física muy fuerte” en los pacientes, que cada vez requieren dosis más altas, lo que puede acabar en última instancia en “una sobredosis incluso con resultado de muerte”.
Papel del farmacéutico en opioides
“El farmacéutico de atención primaria tiene un papel importante en el uso correcto de los opioides porque va a identificar a los pacientes, puede hacerles un seguimiento y puede ayudar al médico prescriptor a tomar las medidas oportunas, a seguir los protocolos y a no abandonar a ese paciente”, ha sostenido José Manuel Paredero, que ha destacado también la labor del FAP como “nexo” entre los distintos profesionales médicos “a nivel de conciliación de medicamentos”.