El síndrome coronario agudo se puede presentar con elevación del segmento ST o sin dicha elevación. El primer caso se debe a una oclusión completa y aguda de una arteria coronaria y el objetivo del tratamiento es su apertura, para lo cual el cateterismo urgente es el tratamiento de elección. Con el objetivo de regular la actividad urgente en este caso, se ha implantado el código infarto, que es un sistema de alerta que se pone en marcha desde los centros coordinadores de urgencias y emergencias y conecta a los equipos del 061 y las unidades de hemodinámica de los hospitales, mejorando la eficacia de las terapias disponibles con el fin de mejorar la supervivencia de los pacientes con síndrome coronario agudo y agilizar el tratamiento de angioplastia primaria en aquellos casos que sea necesaria.
Sus objetivos principales son disminuir la mortalidad de los pacientes con síndrome coronario agudo con o sin elevación del segmento ST, aumentar el número de estos pacientes que reciben tratamiento de reperfusión y llevar un registro de la actividad que se realiza con estos pacientes.
Y es que la activación del código infarto conlleva la movilización de los recursos de atención urgente y traslado, la activación del cardiólogo hemodinamista y comunicación del médico de familia, la notificación al médico de la UCI o coronarios del hospital donde se vaya a realizar la angioplastia primaria y el aviso al hospital de retorno del paciente, si procede.
Actuación conjunta
Porque el código infarto es un conjunto de actuaciones, protocolos y equipos humanos, técnicos, organizativos y farmacológicos con la finalidad de reducir la mortalidad y la morbilidad de las personas con síndrome coronario agudo y mejorar su recuperación y calidad de vida con la aplicación del tratamiento más adecuado de la forma más precoz y rápida posible. Así, los médicos de urgencias extrahospitalarias son los que valoran si es conveniente la aplicación inmediata de un tratamiento fibrinolítico para disolver el coágulo que obstruye la arteria coronaria. En caso de no proceder este tratamiento farmacológico, se activa desde el centro coordinador de urgencias y emergencias la sala de hemodinámica del centro sanitario de referencia para el traslado directo del paciente para llevar a cabo una angioplastia.
Hay que recordar que la manera clásica de tratar los infartos era mediante la administración de trombolíticos para disolver los trombos de las arterias. Sin embargo, en la actualidad la angioplastia primaria mediante cateterismo e implantación de un stent se ha consolidado como el mejor procedimiento para manejar el infarto, pero no todos los hospitales disponen de laboratorio de hemodinámica para realizar esta intervención. La implantación en España de las redes del código infarto ha propiciado que los pacientes sean referidos directamente a los centros con capacidad para realizar la angioplastia primaria, optimizando los tiempos de actuación, que es la clave para un buen pronóstico del paciente con infarto.
Mejorar tiempos
Uno de los objetivos fundamentales ha sido la reducción de los tiempos de retraso en la aplicación de la estrategia de reperfusión y trámites administrativos para que el paciente acceda en las mejores condiciones al tratamiento. La implantación del código infarto ha aumentado el número de pacientes tratados mediante angioplastia primaria, con una reducción en los tiempos de actuación y una mejora en el perfil clínico a su llegada.
En Andalucía, el código infarto se ha activado, en el primer año de implantación, en 418 ocasiones desde su puesta en marcha en 2012, lo que supone un tercio de los pacientes asistidos por el 061 con diagnóstico de infarto. Por provincias, el código infarto se ha alertado en 227 ocasiones en Sevilla, donde ha aumentado el número de angioplastias primarias en más de un 40%; 74 veces en Cádiz; 34, en Almería; 32, en Huelva; 17, en Málaga; 11, en Córdoba y Jaén y 12, en Granada. En esta última, en el primer año de implantación se ha logrado una tasa elevada, del 88%, de reperfusión precoz y una tasa de angioplastia primaria por millón de habitantes muy cercana a la media nacional.
Según el Departamento de Cardiología del Hospital San Juan de Alicante, el código infarto ha supuesto la generalización de la angioplastia primaria como estrategia de elección para los pacientes con síndrome coronario agudo, de forma que se pasó de un 21% de casos tratados con trombolisis a la desaparición de esta estrategia en el hospital dos años más tarde. Además, tras el código infarto se redujo el tiempo hasta el cateterismo del paciente, que se tradujo en un aumento de pacientes revascularizados antes de las 48 horas, del 65,4 al 78,6%. También se redujo en un día de media el tiempo de estancia hospitalaria, así como una menor mortalidad hospitalaria de los pacientes de alto riesgo, del 38,8 al 22,4%. Pero el código infarto no está aún implantado en todas las comunidades autónomas.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores José María La Rubia Nieto, Alberto Pantoja Martínez, Carmen Bernal Mill, Alfredo Ortega Lopera, Lorenzo Escabias Andreu, Enrique Quesada Quesada, Benjamín Avilés Moya, Marcelo Carmona Valiente, Miguel Gutiérrez Paredes, Jesús López Ávila y Gloria Arredondo Corzo, de Jaén, y Juan Ramón Peraita Aguilar, Catalina Cárdenes Cárdenes, Fernando Urtasun Brito y Norma Hernández Oramas, de Telde.