sábado. 21.09.2024

Se estima que en España solamente el 40 por ciento de los hipertensos diagnosticados están correctamente controlados. Si se tienen en consideración los hipertensos existentes en la población general, que no acuden a las consultas médicas, este porcentaje cae a un 20 por ciento. En pacientes de elevado riesgo cardiovascular, como diabéticos y aquellos con cardiopatía isquémica, los criterios de control de las cifras tensionales deben ser más estrictos; de ahí, la especial insistencia en un mayor control de la HTA en estos grupos específicos.

Existen una serie de factores que influyen sobre la adherencia terapéutica en general y también en el caso de la HTA, como son los demográficos: edad, nivel cultural y renta económica. Pacientes más jóvenes, menos formados y con menor poder adquisitivo suelen ser peores cumplidores. Otros factores dependientes del propio tratamiento, como la toma de muchos comprimidos a diferentes horas del día y los posibles efectos secundarios, también influyen. A esto hay que añadir a confianza en el médico de familia y en la efectividad del tratamiento. Finalmente, hay una serie de factores que dependen del sistema sanitario, como la accesibilidad a las recetas, circunstancia que ha mejorado notablemente con la dispensación electrónica.

En este contexto, el cumplimiento puede definirse como la medida en que el paciente asume las normas o consejos dados por el médico o personal sanitario, tanto desde el punto de vista de hábitos o estilo de vida como del tratamiento farmacológico prescrito. La medición del cumplimiento no es fácil. En la práctica clínica, se recomienda la optimización de la búsqueda del incumplimiento mediante entrevista y confirmando, si es preciso, con el recuento de comprimidos. El porcentaje de incumplidores ronda el 45 por ciento lo que muestra la gran magnitud del incumplimiento, constituyendo un problema principal para la consecución de un buen control de la HTA.

También hay que considerar una serie de factores que intervienen en el incumplimiento y que son dependientes de las características personales del paciente, de las características del médico, de la relación del médico con el paciente y que tienen que ver con variables situacionales y características de la propia enfermedad y del tratamiento prescrito.

Causas de incumplimiento

Entre las causas más frecuentes de incumplimiento se encuentran los olvidos simples en las tomas de medicación, el desconocimiento de porqué debe tomarla, el miedo a presentar efectos secundarios o la aparición de éstos. Sin embargo, son conocidas numerosas causas de incumplimiento, basadas en un razonamiento lógico por parte del paciente que ocasionan el incumplimiento, como pueden ser la prescripción de tomar la medicación en un horario que dificulta su toma al coincidir con otras actividades de su vida habitual, el abandono por mejoría clínica aparente, el abandono parcial por múltiples dosis de medicación, no tomar la medicación durante un viaje, la creencia de que no es necesario tomarla, el presentar según su parecer la tensión baja, no estar de acuerdo con el diagnóstico, el alto precio del medicamento o el no poder asistir a consulta para recoger las recetas del medicamento. No existe un perfil claro del paciente hipertenso incumplidor, pero probablemente el incumplimiento es más prevalente en varones jóvenes y pacientes con incumplimientos previos.  

Medidas a tomar

Así, para mejorar el cumplimiento, el paciente debe estar informado sobre los riesgos de la HTA y los efectos beneficiosos del tratamiento. Por eso, hay que pactar los objetivos a alcanzar. Se deben proporcionar instrucciones orales y por escrito claras, adaptar el régimen terapéutico a los hábitos de vida del paciente, así como simplificar el tratamiento con combinación a dosis fijas en una sola toma. Pueden utilizarse técnicas de AMPA domiciliaria, estrategias conductuales y sistemas de recuerdo, entre otras, así como simpatizar con el paciente sobre el problema del cumplimiento e informar sobre sus efectos secundarios.

Otros especialistas apuestan por la polipíldora; es decir, la asociación de varios fármacos en un solo comprimido o cápsula, sobre todo cuando se trata de varios fármacos antihipertensivos.


Además, la receta electrónica facilita la accesibilidad y disminuye el número de visitas administrativas a la consulta del médico de familia y a la farmacia. También hay que intentar manejar los efectos secundarios, ya que cuanto menores y mejor tolerados son, hay una mayor adherencia terapéutica. Además, hay que tener en cuenta el precio del medicamento, que es factor a tener en cuenta en el actual momento social y económico. A la hora de mejorar el cumplimiento, la relación médico paciente es clave, porque cuando más óptima es, mejor cumplimiento. De esta forma, la información que el médico le suministra al paciente resulta más valiosa que la que éste puede obtener a partir de la lectura de prospectos o de información en internet.


Las visitas programadas para control en las consultas de medicina de familia y en las de enfermería de atención primaria ayudan al paciente en las dificultades que pueda manifestar el paciente, a la vez que se refuerzan otro tipo de medidas terapéuticas no farmacológicas, como el fomento de hábitos saludables.

En este contexto, los programas de información al paciente, elaborados de manera sencilla y fácil de entender, así como el desarrollo de aplicaciones informáticas destinadas a facilitar el control cotidiano de la enfermedad serían muy útiles.

De hecho, la industria farmacéutica podría colaborar poniendo en marcha programas de apoyo al paciente hipertenso que faciliten a los profesionales de la salud herramientas y mecanismos para ayudarles a alcanzar un buen control de su presión arterial y así disfrutar de una mejor calidad de vida. Una buena medida podría ser la  optimización del seguimiento y la educación de los pacientes mediante la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (páginas web especializadas  y plataformas online).

Información desde la farmacia

Tanto las oficinas de farmacia como el personal de enfermería tienen un papel fundamental en el cumplimiento por parte del paciente HTA, trabajando de forma integrada en el seguimiento y en la educación del paciente. A su vez, la implicación de la familia y del entorno del paciente constituye una red de apoyo social, tanto desde el punto de vista de apoyo afectivo como material que favorece el cumplimiento del paciente.

Así, la óptima sinergia entre médico (de atención primaria y especializada), personal de enfermería y los profesionales farmacéuticos es indispensable para que los pacientes crónicos, y en este caso los hipertensos, puedan controlar mejor su patología y cumplir con las prescripciones facultativas.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina General Miguel Ángel Abad Vila, Miguel Ángel González Rodríguez, María Montserrat Roig Valdivieso y Ana Veiga Vázquez, del Centro de Salud de Verín, en Ourense, y Rodrigo Abad Rodríguez y Higinio Bayón Gómez, del Centro de Salud Vega de Sariego; María Jesús Galán Díaz, del Centro de Salud La Corredoria, y Rocío Herrero Mendavilla, Centro de Salud La Lila.