sábado. 21.09.2024

La edad es un factor fundamental en la diabetes 2, dado que el deterioro de la función pancreática es progresivo y lleva años de evolución. El sexo per se no es un factor determinante de desarrollar diabetes, pero sí se asocia a otros factores como son la obesidad o el sedentarismo si podría ser un factor de riesgo.

Con respecto a la raza, se sabe que hay una mayor prevalencia de diabetes en los afroamericanos y en los hispanoamericanos, lo que refuerza la importancia de la genética y la susceptibilidad individual.

También hay que tener en cuenta que la diabetes 2 se acompaña de una gran predisposición genética. Aquellos individuos con un padre diabético tienen un 40% de posibilidad de desarrollar la enfermedad, si ambos padres son diabéticos el riesgo se eleva a un 70%. Además, hay una concordancia del 70% en gemelos idénticos.

La diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad causada por una combinación de factores genéticos, ambientales y conductuales. Es necesario identificar a las personas con alto riesgo de DM2 para poder ofrecerles intervenciones que han demostrado retrasar o evitar la enfermedad. La hipertensión, dislipemia, tabaquismo y obesidad son factores modificables en la aparición de diabetes tipo 2. Para evitar en lo posible su aparición, es aconsejable el control periódico de estos factores y la concienciación de la población de seguir hábitos saludables, tanto en aumentar el ejercicio como realizar una alimentación correcta.

Vida saludable

Para controlar la DM2 una vez diagnosticada, es preciso incidir en los hábitos saludables, en la educación diabetológica, tratamiento farmacológico de la diabetes, y en la prevención secundaria de los factores mencionados si es preciso, con una presión arterial de 135/85, colesterol total < 200 y LDL-C<100.

Es importante la recomendación para perder peso en pacientes obesos para disminuir la resistencia a la insulina. En ocasiones, el diagnóstico de la DM2 se acompaña del diagnóstico de HTA. Por eso, el control de las cifras de HTA en sí mejora significativamente el control de la diabetes y en este sentido existen ensayos clínicos que así lo han demostrado.

Con respecto a la dislipemia, el aumento de cifras de colesterol y triglicéridos es otro factor comúnmente asociado a la DM2. El aumento de triglicéridos a menudo se acompaña al mal control metabólico de la diabetes, cifras que mejoran, al mejorar los controles de glucemia. El aumento de colesterol LDL debe tratarse la mayoría de veces con fármacos, además de medidas dietéticas para lograr los objetivos adecuados.

El tabaco también se asocia a un aumento de riesgo de DM2. Según un metanálisis de 25 estudios que analizan esta relación, dejar de fumar puede reducir el riesgo de DM2. El beneficio es evidente después de 10 años de abandono y a los 20 años se equipara al de los que nunca fumaron.

La obesidad y el sobrepeso aumentan el riesgo de intolerancia a la glucosa y diabetes 2 en todas las edades, puesto que actúan induciendo resistencia a la insulina. Más del 80% de los casos de DM2 se pueden atribuir a la obesidad y su reversión disminuye el riesgo y mejora el control glucémico en DM2 ya establecida.

Riesgo modificable

Por tanto, el abordaje de todos estos factores de riesgo mayores modificables se basará en modificaciones de estilos de vida, mediante dieta, ejercicio físico regular y moderado más tratamiento farmacológico. Esta es una labor fundamental por parte del personal sanitario de forma multidisciplinar especialista, médico de familia, enfermero, farmacéutico y por supuesto la propia vinculación del paciente y el apoyo de su entorno familiar.

La diabetes es una enfermedad crónica que puede causar morbimortalidad. El tratamiento es complejo y sus resultados dependen en gran medida del nivel de comprensión y motivación del paciente para afrontar las exigencias terapéuticas (dieta, ejercicio, tratamiento farmacológico y auto cuidado). Para ello, hay que identificar el nivel de conocimiento que tiene de inicio el paciente y educarlo, motivarlo, potenciar el auto cuidado a el y su familia/entorno, para que asuma su propia responsabilidad. En este aspecto tiene un papel fundamental enfermería.

En cuanto a los factores de riesgo menores modificables, tienen influencia en el control del paciente diabético, y sobre todo en la aparición de eventos cardiovasculares, ictus, y el resto de complicaciones. Por eso, hay que evitar el sedentarismo, proponiendo aumentar el ejercicio especialmente el aeróbico; caminar, bicicleta,...; abandonar el consumo alcohólico, con grupos de apoyo si es preciso, y disminuir el estrés siempre que sea posible, aconsejando además del ejercicio, actividades relajantes.

También hay que tener en cuenta que la ingesta de calorías vacías a expensas de bebidas alcohólicas no tiene sentido en ningún paciente, pero menos si cabe en la DM2. Mantener una dieta pobre en hidratos de carbono es importante. La colaboración con enfermería para recomendar hábitos dietéticos. En pacientes con bajo nivel educativo se observa una mayor dificultad para su buen control. Es complicado que se sepan controlar las glucemias a domicilio, por lo que es preciso un mayor control en consulta.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Ángel Gregorio Higon Rodríguez, Vicente Sabater Amat, Carlos Cid Cerdán, José Juan Vidal Piqueras y José Joaquín Oriente Pérez, del Centro de Salud Sax; Miriam López Marín, Alexandra Cnejavici, María Pilar Beguiristain Goñi, Madalina Beatrice Morna y Esther Juanola Torrent, de Barcelona; Miguel Ángel Martínez Vergara, Juan López Abril, José Manuel Lorenzo Lorenzo y María Isabel López Abietar, de Albacete, y Ramón Ruiz Sales, Eloi Martínez Isern, Peter Uneken y Josep Murria Salaet.