Entre las herramientas diagnosticas más fiables para el estudio de las cardiopatías que se ven en Atención Primaria se encuentra la historia clínica lo más profunda posible, con anamnesis y exploración física. Además, hay que contar con una analítica completa para detectar factores de riesgo y otras alteraciones, el fonendoscopio, el tensiómetro, conocer el peso y la talla del paciente, el glucómetro, el pulsímetro, el ECG, el INR, anticoagulación y probabilidades de Holter tensional.
Hoy en día, los profesionales tienen a su disposición un gran arsenal informativo y formativo para poder tratar este tipo de dolencias sin ningún problema. Tienen una formación suficiente, tanto de base, con la formación reglada desde la carrera y MIR, hasta los continuos reciclajes y formaciones complementarias que se ofrece desde las sociedades, administración y la industria farmacéutica.
Uno de los aspectos en los que se debería profundizar es en las actividades de formación de los profesionales de la Atención Primaria, dado que actualmente la mayoría se hace a expensas del tiempo libre de los profesionales, que en su inmensa mayoría están motivados en esta formación para aplicarla en su práctica diaria. Los hechos ponen de manifiesto que el sistema de salud no favorece que la formación se lleve a cabo en la jornada laboral. Por todo ello, los profesionales requieren más apoyo del sistema de salud para mantenerse a nivel de lo que los pacientes necesitan, dada la actual sofisticación y complejidad de las pruebas diagnósticas específicas. Por tanto, es imprescindible el que el SNS ofrezca más formación de una manera regular y sistematizada para mantener el grado de conocimiento y de diagnóstico al día.
En este sentido, las limitaciones tal vez vengan más a nivel técnico, por la falta de instrumental o aparataje adecuado, más que de la falta de formación. Se dan casos de especialistas que tienen la formación y los cursos específicos y se encuentran sin el instrumental o sin tiempo en la práctica diaria.
Mejorar la situación
Para conseguir mejorar la situación tiene que haber una implicación de todas las partes. Por un lado, la administración puede aumentar las acciones formativas y hacerlas más asequibles, más rápidas, más online en las partes teóricas y con más horas prácticas, y, por otro, está el compromiso de los profesionales a la hora de recibir dicha formación.
A día de hoy los medios, técnicos de las consultas siguen siendo los mismos que hace tiempo, es decir los esfigmomanómetros, los fonendoscopios y, no siempre, los electrocardiogramas.
Por eso, sería interesante contar en un futuro, ya que los adelantos técnicos lo permiten, con medios como ECG de forma portátil, puesto que se ganaría en versatilidad. Para el resto de pruebas se sigue contando con el hospital de referencia, con las consabidas listas de espera y el retraso en la llegada de pruebas.
Actualmente las oficinas de farmacia son uno de los principales sitios de referencia de los pacientes junto con la consulta de Atención Primaria, debido a su relación directa, con los pacientes de forma personalizada y donde se les conoce, ya que es un lugar primordial para la realización de algunas pruebas diagnósticas, tales como la toma de medidas de presión arterial. De esta forma, la oficina de farmacia puede derivar de forma correcta a los pacientes a la consulta de primaria cuando se detecten cifras de presión arterial elevadas y puede ayudar tranquilizando al paciente y explicándole las medidas de higiénico-dietéticas para controlar su enfermedad y también explicarle pautas y correcta toma de medicación prescrita por los facultativos de Atención Primaria.
Para ello, sería conveniente el mantener una relación y/o comunicación entre el médico de Atención Primaria y el farmacéutico de forma de que sería conveniente la realización de formación continuada conjunta y entre ambos profesionales, para que redunde en beneficio del paciente, para que reciba mensajes uniformes y se pueda realizar un control adecuado y valioso de los pacientes.
La farmacia es el eslabón a nivel de calle entre los médicos y los pacientes. Debido a la relación más directa con el paciente, detectan síntomas que a los médicos les pueden pasar desapercibidos por el poco tiempo que hay en las consultas.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Mª José Lougedo Calderón, Lorenzo García Haba, Enrique Van-Zuilen Souto, José Mª Tarradellas Banchs y Jose Mª Jiménez Rodríguez, del Centro de Salud de Illescas, y Francisco Vazquez García, Pedro Ángel Barba Gálvez, Pablo Ruiz Gervás, Luis Ángel Bautista Diez y Rafael Maroto Díaz, del Centro de Salud Villacañas, en Toledo.