sábado. 21.09.2024

Según los datos del estudio Di@bet.es, la prevalencia de diabetes tipo 2 en España es aproximadamente el 13,8% y la prevalencia es 11,58 casos por 1.000 personas-año, siendo más alta en hombres que en mujeres. En los hombres aumenta a partir de los 18 años, alcanzando el máximo a los 75, y en las mujeres, la incidencia aumenta de forma continua. En mayores de 60 años, la incidencia es de más del 30%. En la población infantil también se está produciendo un aumento tanto de la incidencia como de la prevalencia. Según la ADA 2019, en Estados Unidos dentro de 40 años la prevalencia en menores de 20 años se cuadruplicará.

La diabetes tipo 2 es una de las principales causas de mortalidad, en las mujeres ocupa el tercer lugar y en varones la séptima. Los diabéticos tienen una mayor mortalidad que los no diabéticos, ya que sus complicaciones equivalen a las principales causas de mortalidad, sobre todo por enfermedad isquémica cardiaca, ictus, ceguera, problemas renales, amputación de miembros inferiores y complicaciones en el embarazo.  

Los principales factores responsables de su incremento en los últimos años son la obesidad, hipertensión, tabaco, alcohol, la falta de ejercicio y la urbanización, es decir, población con cambios en su vida hacia estilos de vida más modernos. Es por ello que la DM tipo 2 es un gran problema de salud pública por su elevada prevalencia, su alto coste económico y el número de muertes que provoca y que, además, irá incrementándose en los próximos años si no se toman las medidas de prevención y control oportunas.

Actuación precoz

La intervención precoz reduce el riesgo de complicaciones a largo plazo. Así se evita un gran número de complicaciones futuras y una rápida evolución de la enfermedad, de manera que se puede llegar a controlar y evitar su progresión mediante dieta y ejercicio. También se debe tratar lo antes posible con fármacos que proporcionen un control y eviten complicaciones agudas y crónicas. En resumen, es fundamental en este tipo de enfermedades un tratamiento precoz atendiendo a los factores responsables como estilos de vida, control de factores de riesgo y uso de fármacos apropiados.

La intervención precoz en la diabetes, incluso en los casos de prediabetes, cuando el paciente aún no cumple los criterios de diabetes, es esencial para concienciar al paciente de la importancia que tiene una dieta sana a base de fruta, verdura, alimentos asados o hervidos, sin fritos ni dulces y con control de hidratos de carbono y de la realización de ejercicio diario. Eso va preparando el terreno para cuando llegue la diabetes, y así los hábitos saludables ya están interiorizados por el paciente y llega entonces el momento de introducir la medicación.

Porque cuanto antes se actúe mejor para retrasar tanto las complicaciones macro vasculares como las micro vasculares, que son las que realmente afectan a la calidad de vida del paciente.

Recomendaciones

Las recomendaciones generales se dirigen a varios aspectos, entre los que destaca adaptar la alimentación, evitando comidas con alta cantidad de hidratos de carbono, mantener un hidratación adecuada y practicar ejercicio físico de forma regular para mejorar la presión arterial, el colesterol y la función cardiovascular.

Todo esto se debe acompañar de controles de glucosa con frecuencia, se recomiendan entre 5 y 6 controles al día, antes de cada comida y antes de dormir. Si se practica ejercicio se recomienda realizar un control antes del inicio de la actividad, otro a mitad del ejercicio y otro cuando se acabe.

También es bueno realizar revisiones oftalmológicas, cuidado de los pies y cumplir con la medicación.

En este sentido, hay un arsenal terapéutico bastante amplio: metformina, sulfonilureas, iDPP4, ISGLT2. Los iDPP4 y la metformina son los más seguros, las sulfonilureas pueden producir hipoglucemias graves, mientras que los SGLT2 favorecen la pérdida de peso y la metformina también produce una ligera pérdida de peso. Sin embargo, los iDPP4 no afectan.

Así, el grupo terapéutico de ADO que mayor seguridad y tolerancia ofrece al paciente diabético tipo 2 es el de iDPP4, con unos efectos secundarios similares a placebo. El margen de seguridad de este grupo es muy amplio y permite administrarlo a prácticamente todos los diabéticos tipo 2, sin miedo a interacciones farmacológicas, con alimentos o a efectos secundarios que obliguen a suspender el tratamiento. Tampoco tienen restricciones en cuanto a límites de edad, siendo además los ADO de primera elección en los pacientes diabéticos de mayor edad, justamente por la seguridad y tolerancia que ofrecen en este subgrupo de pacientes, que suelen estar polimedicados, debido a las múltiples patologías que van apareciendo con la edad.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Luis E. Alejos, Concha Belloch, Julia Estal, Alicia Catalán, Carmen Requena, Concha Mora Bresó, Concha Martínez, Lucia Villarroya, Ana Villanueva, José Simón Medina y Gloria Díaz.