lunes. 20.05.2024

Según algunos estudios realizados y teniendo en cuenta la práctica clínica diaria, se observa que el 85 por ciento de los pacientes hipertensos no aplican las medidas higiénico-dietéticas recomendadas y un 40 por ciento no cumple la terapia farmacológica. Aunque no hay definido un perfil claro del paciente incumplidor, en la práctica clínica diaria suele ser una persona que en ocasiones sigue las pautas establecidas y otras veces no. En estos casos, influyen factores de salud, familiares y laborales. En pacientes jóvenes hay una alta probabilidad de abandono del tratamiento e incumplimiento por el desconocimiento de los riesgos de su enfermedad. Así, las causas más comunes de incumplimiento son los olvidos simples en las tomas de medicación, el desconocimiento de porqué debe tomar la medicación, la aparición de efectos secundarios o el miedo a tenerlos, un escaso soporte social, sanitario o familiar y la propia decisión del paciente para incumplir, ya que algunos pacientes tienen sus propias opiniones sobre su enfermedad.

Y es que la concienciación de la enfermedad es un factor importante. La mayor parte de los pacientes en la consulta no siguen el tratamiento adecuadamente porque la hipertensión como enfermedad “no duele”, no son conscientes en la mayor parte de los casos de la importancia que tiene hacer bien el tratamiento. En este sentido, son los más jóvenes los que no  son conscientes de los riesgos de la enfermedad. Otro grupo de pacientes no cumplidores son los ancianos, por cuestiones sobre todo sociales-familiares, la soledad en la que se encuentran que no tienen quien supervise sus tratamientos o bien porque se les olvida o por errores en la toma de la medicación.

Como no hay síntomas evidentes en el día a día, el paciente hipertenso no es consciente y no lo siente.

Problemas a largo plazo

Por eso, el problema con los hipertensos es la dificultad de hacerles entender el peligro que están corriendo, cuando, salvo cefaleas en alguna crisis hipertensiva, no les duele nada y no se encuentran mal. Es una de las causas del incumplimiento. El número de pastillas que se tienen que tomar también es un aspecto a considerar, a lo que hay que añadir los hábitos de vida, las dislipidemia, la diabetes... que son patologías casi omnipresente en los pluripatológicos, de ahí la importancia para el cumplimiento, de las asociaciones de medicamentos.

Por eso,  se tiene que hacer mucho hincapié en que todas las personas deben tener su presión arterial medida por lo menos una vez cada dos años.

Todo esto repercute de forma muy importante en el Sistema Nacional de Salud porque se consumen muchos recursos y es necesario que se le conciencie de la importancia que tiene el autocuidado, la dieta y el ejercicio físico, con respecto al riesgo cardiovascular.

A la consulta acuden cuando se les ha programado la toma de tensión y para evaluar el tratamiento, pero en la mayoría de los casos se ve el incumplimiento terapéutico y todo lo que conlleva.

Cambio de pauta

Por eso, las consecuencias sanitarias que se derivan del paciente no cumplidor son importantes, porque frecuenta más la consulta de primaria. Además, el paciente no toma bien la medicación en muchos casos, el médico viendo que no hay un buen control piensa que el fármaco no es el adecuado y  modifica el tratamiento aumentando dosis, o añade algún fármaco más. Hay un aumento de la morbimortalidad con numerosos ingresos hospitalarios y eventos cardiovasculares con lo que esto conlleva en el consiguiente incremento de los costes al Sistema Nacional de Salud.

Para mejorar esta situación, es importante que el paciente tenga más información sobre la patología y sobre las terapias. Es fundamental que el médico ofrezca una información amplia sobre ambos aspectos, pero sobre todo que sea periódica y mantenida en el tiempo. Una buena relación entre el médico y el paciente es necesaria aunque no suficiente para conseguir un buen cumplimiento.

El control de la tensión arterial es muy importante en el cumplimiento terapéutico, por lo que se debe citar al paciente regularmente en consulta de enfermería para control de las constantes.

Seguimiento en la farmacia

Para saber el grado de cumplimiento se puede recurrir a la recogida de la medicación en la farmacia. Actualmente, saltan alarmas cuando el paciente no cumple con la medicación pautada por el médico. Lo que está claro es que si el paciente no quiere tomar la medicación, por mucho que se insista no lo va a tomar.

En este contexto, los médicos, personal de enfermería y farmacéuticos tienen que trabajar conjuntamente para que los pacientes hipertensos controlen más fácilmente sus cifras de presión arterial, mediante un seguimiento detallado, una mayor información y un mejor conocimiento de la enfermedad. Los olvidos de la toma de la medicación son la principal causa de incumplimiento, el miedo a la aparición de efectos adversos y la falta de soporte social, familiar ayudan a que el paciente no cumplimente. En este caso, la labor del farmacéutico cuando el paciente recoge la medicación y con la toma de la tensión en la propia oficina  y la del seguimiento que hacen periódicamente el personal de enfermería es importante para que el paciente pueda cumplimentar mejor el tratamiento.

Así, la farmacia también se debe de implicar en recalcar dicha información sobre todo la de la posología y el no cambiar el tratamiento prescrito por el médico.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina General Celia Sobrino Olazaran, Marta Saiz González y José Antonio Fernández Rodríguez, del Centro de Salud Dávila, en Santander; José Antonio Bartolomé Andrés, Miguel Angel Rodríguez Rodríguez, y la geriatra Mª José Mendiola Palacios, del Centro Médico Adeslas; José Antonio Hernández Pérez, Juan Carlos Antolín del Alamo, Fernando Torrequebrada Abella, Fernando Alava Marañón y Estrella Rad Moradillo, del Centro de Salud Burgos Rural Norte; los médicos de Atención Primaria Juan José Taracena Echeverria, Juan Luis Mendia Gorostidi, Ana María  Murguizu  García, María Dolores López Fernández, del Centro de Salud Beasain, y Ainhoa Ugarte Goñi, Jesús Sarria Ferradas y el cardiólogo Cristian Tiano Stefanidis, del Centro de Salud Amara Prim, en San Sebastián.