viernes. 03.05.2024

La prevalencia de los síntomas del trato urinario inferior (STUI) en mujeres es elevada. Hay estudios que hablan de que un 40 por ciento de las mujeres padecerán algún síntoma a lo largo de su vida. También es cierto que el hecho de que exista un elevado infradiagnóstico, sobre todo en las pacientes de edad avanzada, hace más difícil establecer grupos poblacionales. “Esta ausencia de diagnóstico se debe, sobre todo, a que en personas mayores los síntomas se asumen erróneamente y se atribuyen a una consecuencia del envejecimiento y la edad, evitando consultar sobre la patología por vergüenza o desconocimiento. Es también frecuente la aparición de estos síntomas en pacientes después del parto y en edad sexualmente activa, pero en este grupo de población el diagnóstico está más establecido, ya que son motivo de más consultas a los profesionales sanitarios”, indica Blanca Suárez Luque, formadora del Colegio Oficial Farmacéuticos de Ciudad Real, quien añade que “por tanto, no se puede decir que no afecte a un determinado grupo de edad. Son atribuibles a la disminución de los niveles estrogénicos, por ejemplo, pero también pueden aparecer en pacientes que hayan tenido una cirugía pélvica invasiva, pacientes con endometriosis o esclerosis múltiple”. 

Definición

En este contexto, hay que recordar que la Asociación Europea de Urología (EAU) define los síntomas molestos en relación con la micción con un concepto denominado síntomas del tracto urinario inferior (STUI). En esta definición se engloban un gran número de patologías que se van a manifestar con sintomatología común. La farmacéutica recuerda que los STUI se clasifican en tres grupos: los síntomas de llenado, donde se produce un aumento de frecuencia miccional por el día, nocturia, urgencia miccional, incontinencia urinaria; los síntomas de vaciado, chorro miccional débil o lento, chorro miccional intermitente, dificultad en el inicio de la micción, esfuerzo miccional; y los síntomas postmiccionales, como sensación de vaciado incompleto, goteo postmiccional.

Así, en la mujer, los STUI más frecuentes son los relacionados con la vejiga hiperactiva, caracterizados por urgencia, frecuencia, nocturia, pudiendo estar acompañado o no de incontinencia de urgencia.  

Alta prevalencia

Tal y como comenta la farmacéutica, se sabe que la prevalencia es alta y que con la edad aumenta la probabilidad de desarrollar STUI. El tratamiento según todas las guías va a ser siempre, en un inicio, conservador, y va a abarcar pautas no farmacológicas, que incluirá restricciones dietéticas, ejercicio específico para recuperación y fortalecimiento de la musculatura y cambios en el estilo de vida. En los casos en los que la estrategia no farmacológica fracase, se recurrirá al tratamiento farmacológico con b3 (mirabegron), antimuscarínicos o beta adrenérgicos que han demostrado su aplicabilidad en el manejo del STUI en la mujer.

En opinión de Suárez Luque, de un correcto establecimiento del tratamiento terapéutico, así como de las medidas higiénicas y dietéticas, va a depender la calidad de vida de la paciente. Para esto, “habrá que llegar a un correcto diagnóstico, y está claro que el abordaje debe ser multidisciplinar”.

El STUI va a condicionar a la paciente y la observación correcta del tratamiento. Si la paciente sigue correctamente las recomendaciones y restricciones dietéticas contribuirá, en la medida de lo posible, a la mejora de la calidad de vida de la mujer que lo padece, ya que este es el objetivo principal del tratamiento.