sábado. 27.04.2024

Un problema muy común y con tendencia al alza. Así es el estreñimiento, una patología que sufren entre el 12 y el 20% de los españoles1 y con un perfil que augura que estas cifras van a seguir creciendo, al ser determinantes elementos como el sedentarismo, la obesidad o los malos hábitos alimenticios. Teniendo en cuenta que estos factores están muy presentes en la sociedad actual, y con el aumento de la esperanza de vida en Europa, no es de extrañar que se dé por hecho que el número de casos se incrementará en los próximos años2.

Como punto de partida, hay que tener en cuenta que el estreñimiento en sí mismo no es una enfermedad, sino un síntoma. Como advierte la doctora Mercedes Ricote Belinchón, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y coordinadora nacional del Grupo de Trabajo de Aparato Digestivo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), el estreñimiento “puede deberse a una alteración asociada a cambios de dieta o de hábitos de vida, pero puede ser también un síntoma de enfermedades importantes”. Así, podemos estar ante una señal de aviso de patologías asociadas que pueden ir desde las neurológicas hasta al cáncer de colon. “Hay tantas cosas detrás del estreñimiento que nunca se puede hacer un diagnóstico definitivo. Hay que buscar la causa, el apellido; porque el estreñimiento sin apellido es solo un síntoma”, señala.

El perfil del paciente nos revela que estamos ante un problema que es el doble de frecuente en mujeres y que se dispara a partir de los 65 años. Una dieta baja en líquidos y fibra, el sedentarismo y la obesidad están también muy presentes, además del consumo de determinados fármacos que pueden ralentizar el tránsito intestinal o determinados hábitos en el día a día, como reprimir de forma frecuente o continua el deseo de defecar1.

La farmacia, fundamental

Tradicionalmente el estreñimiento ha sido considerado un problema menor, pero lo cierto es que tiene un importante impacto personal, social y sanitario: absentismo laboral y escolar, alteración de actividades habituales, vergüenza social… Todos estos factores provocan un gasto sanitario directo e indirecto más que considerable3, lo que nos tendría que hacer conscientes de que no estamos ante una cuestión ni banal ni marginal.

Para ello, es fundamental la labor que se desarrolla desde las farmacias. “Su papel es importante pues pueden y deben evaluar las características del estreñimiento y saber cuándo deben derivar al paciente a su médico, es decir, tienen que estar preparados para hacer un primer triaje”, apunta en este sentido la doctora Mercedes Ricote. Al ser una patología tan frecuente, subraya, muchos pacientes acuden antes a la farmacia que al médico, “por eso es tan importante que el farmacéutico esté capacitado para hacer una buena valoración de estos pacientes”.

A su juicio, ante un estreñimiento ocasional lo primero que hay que hacer es “recomendar un cambio de dieta y de hábitos de vida”. Si el problema persiste, el siguiente paso sería aconsejar el uso de algún producto, y aquí es donde hacen su aparición los laxantes, que son “seguros y recomendables siempre que no te automediques”.

Si realmente son tan seguros los laxantes, ¿por qué persiste entonces una cierta desconfianza en ciertos pacientes? “En ocasiones los problemas asociados a una medicación suelen ser secundarios al mal uso o abuso de la misma, y esto es lo que ha ocurrido con los laxantes”, apunta la doctora Ricote Belinchón. Una buena muestra de su fiabilidad es su uso cada vez más frecuente, y es que hasta el 68 por ciento de los pacientes con este problema los utilizan, tal y como pone de manifiesto una encuesta realizada en varios países europeos4.

Laxantes osmóticos: el macrogol

“No se puede abusar de algunos tipos de laxantes, pero con los osmóticos podemos tener mucho más tiempo a los pacientes en tratamiento siempre y cuando sepamos el origen del estreñimiento”, apostilla la coordinadora nacional del Grupo de Trabajo de Aparato Digestivo de Semergen. Los laxantes osmóticos producen atracción del agua a la luz intestinal, lo que disminuye la consistencia de las heces y facilita su transporte y evacuación.

Dentro de este tipo de laxantes, los macrogoles (polietilenglicol) aportan buenos resultados5 y obtienen de las guías de práctica clínica los niveles de evidencia y recomendación más elevados2 para combatir el estreñimiento crónico. Al respecto, la doctora Ricote Belinchón afirma que “los macrogoles se pueden usar durante largo tiempo y permiten que el paciente haga deposiciones con frecuencia casi normal. En general, tienen menos efectos secundarios y se toleran bien, lo que nos da cierta seguridad”.

La literatura comparada apunta que el macrogol es el fármaco de primera elección. Por ejemplo, la guía de la World Gastroenterology Organization, le confiere grado de recomendación 1 y nivel de evidencia A6. Los estudios desarrollados resaltan que es un medicamento seguro y que, en la mayoría de los casos, la aceptabilidad y la tolerancia por los pacientes son superiores a las del resto de laxantes7. La incorporación de electrolitos, además, evita que haya ganancia o pérdida de sodio, potasio y agua8.

La doctora Ricote Belinchón incide en que “los macrogoles están indicados en estreñimiento crónico, se toleran mejor que otros laxantes osmóticos, son efectivos, se pueden administrar durante más tiempo y necesitan menos complementos con otros fármacos”, de ahí que sean los más utilizados en estos casos. Eso sí, reitera que siempre hay que determinar primero el origen del estreñimiento y actuar como con cualquier otra patología crónica o aguda: “La causa es individual y el tratamiento también tiene que ser personalizado”.

REFERENCIAS

1. Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). Estreñimiento. Última consulta: septiembre 2020.

2. Sierra, J., et al. European Society of Neurogastroenterology and Motility guidelines on functional constipation in adults. Neurogastroenterology & Motility. 2019.

3. Mearin, F. Impacto del estreñimiento crónico en la calidad de vida: mucho más importante de lo que parece. Gastroenterología y Hepatología. 2013; Vol. 36; Núm. 7, 467-72.

4. Sierra, J., et al. Guía de práctica clínica sobre el manejo del estreñimiento crónico en el paciente adulto. Parte 1: Definición, etiología y manifestaciones clínicas. Gastroenterología y Hepatología. 2017; Vol. 40; Núm. 3, 132-41.

5. Lindberg, G., et al. World Gastroenterology Organisation Global Guideline: Constipation. A Global Perspective. 2011; Vol. 45; Issue 6, 483-7.

6. Ibarra Lorente, I., et al. Estreñimiento: una visión global. Boletín Farmacoterapéutico de Castilla-La Mancha. Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam). Última consulta: septiembre 2020.

7. Mínguez, M., et al. Utilización del polietilenglicol como tratamiento en el estreñimiento funcional y la impactación fecal. Revista Española de Enfermedades Digestivas. 2016; Vol. 108; N.º 12, 790-806

8. Divins, M.-J. Laxantes. Farmacia Profesional. 2016; Vol. 30; Núm. 4, 5-10.