sábado. 21.09.2024

El diagnóstico de la diabetes se lleva a cabo mediante una analítica de control, bien sea porque el paciente acude a la consulta con los síntomas propios de la enfermedad, pérdida de peso, mucha sed... , o bien por las analíticas de control que el médico de Atención Primaria realiza a los pacientes de forma sistemática. En caso de que los parámetros estén alterados se cita al paciente a los tres meses para repetir de nuevo la analítica pidiendo la glicada, y se le marcan unas pautas higiénico-dietéticas, en los casos en que en la primera glicada es muy alta además de dieta y ejercicio se prescribe metformina y se repite la visita a los tres o cuatro meses para además de hablar con el paciente y realizarle de nuevo la analítica, e iniciar el protocolo de seguimiento con la enfermera, que incluye los controles del pie diabético y seguimiento de las pautas de alimentación (abordar el tipo de cocción, las cantidades adecuadas, distribución de hidratos de carbono, proteínas, las frutas,…). En los pacientes que la diabetes tiene una evolución de más de 5 años se deriva al podólogo, odontólogo y oftalmólogo.

Son muy pocos los pacientes que vienen derivados de la oficina de farmacia y en las pocas ocasiones que esto sucede se repite la analítica, ya que tiene dudas de cómo se han realizado la prueba, si el paciente estaba en ayunas.

Riesgo asociado

Más de un 70% de los pacientes diabéticos presentan uno o varios de los factores de riesgo cardiovascular, y un 50-60% los presentan todos. Por eso, cuando un paciente llega a la consulta con alguno de los factores de riesgo cardiovascular se realizan las pruebas diagnosticas pertinentes para determinar si hay un síndrome metabólico. La obesidad es la que da la voz de alarma del resto de factores. Y a partir de aquí se van abordando las patologías, donde es clave mantener una buena adherencia al tratamiento y marcar una buena pauta higiénico-dietética, en este caso el seguimiento es establecido por parte de enfermería.

Así, en los pacientes que acuden a la consulta por HTA, dislipemia u obesidad siempre se sospecha que puedan ser diabéticos. De hecho, como se le realizan las analíticas de control pertinentes en un momento u otro la gran mayoría de ellos aparece una glicada que hace que se inicien unas pautas higiénico-dietéticas y metformina. Otra cosa es la percepción que tiene el enfermo de la diabetes, la HTA o la dislipemia. Son muchos los que dicen que como toman las pastillas ellos no son diabéticos o que solo tienen un poco de azúcar, es aún más si cabe en estos caso cuando se tiene que concienciar al paciente de la importancia de su enfermedad y las consecuencias que tiene no cuidarse y realizar todas las pautas que le son marcadas por la enfermera y por el médico, y no solo tomar la medicación.

Autocuidado

Las primeras pautas que hay que seguir son la dieta y actividad física, que junto con la prescripción de metformina es la pauta que se establece al conocer el diagnóstico de la diabetes. Respecto a la coordinación en el manejo de la diabetes hay un protocolo ya establecido en los ambulatorios, en el que médico y enfermería hacen un seguimiento exhaustivo de la enfermedad para que el paciente tome conciencia de la misma y sepa en todo momento que debe hacer tanto en la dieta, ejercicio. Es muy importante que el paciente se implique en el cuidado de su salud.

Es evidente que el paciente diabético requiere un exhaustivo seguimiento de la terapia instaurada para un control óptimo de la enfermedad. En este control, la figura del farmacéutico es esencial, teniendo en cuenta que la diabetes es una patología crónica que puede presentar una serie de complicaciones que acaben siendo graves o muy graves.

Educación en la farmacia

El farmacéutico, a través de sus funciones en la educación sanitaria del paciente con DM2, juega un papel importante para asistir al paciente ya que su participación cooperando con los médicos y otros profesionales sanitarios hará que se consigan mejores resultados que supongan un aumento de la calidad de vida del paciente diabético.

El diabético requiere una asistencia sanitaria continuada y, en cierta forma, de manera individualizada, que abarca muchos y diversos aspectos como la promoción de los estilos de vida saludables, la educación sanitaria, el control de los otros factores de riesgo posibles, el seguimiento óptimo del tratamiento farmacológico, las actividades de motivación... Por eso, el farmacéutico debe incidir en la educación sanitaria del paciente puesto que un buen comportamiento del paciente va a influir sin duda de manera positiva en la evolución de la enfermedad. Así, la figura del farmacéutico pasa a ser un elemento clave para manejar adecuadamente al paciente diabético.

No obstante, el farmacéutico debería integrarse más en el seguimiento del paciente con diabetes, al igual que lo hace en el control de la HTA o de la obesidad.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Eduardo Escrigas Galán, Manuel Abuín Rodríguez, Carlos Vicente Díaz Sueiras, Jesús Rafael Benito Grande Estévez, Mª Victoria Castro Ocampo, del Centro de Salud Narón; los médicos de Atención Primaria Alicia Taboada Duro, Antonia Ocaña Padilla y Gregorio Hinojosa Bareas, de El Masnou, y Josep Llaona Butiña y Juan José Antón Álvarez,  médicos de Atención Primaria, y Cecilia Mora Barreno, cardióloga, de Barcelona.