sábado. 21.09.2024

El porcentaje de pacientes diabéticos en la población inmigrante varía según los estudios, situándose desde el 15 al 6 por ciento de los diabéticos que se ven en las consultas. Su procedencia más habitual es Magreb, Hispanoamérica y Asia y, menos frecuente, los países de Europa del Este, África Subsahariana y China. La mayoría son diabéticos tipo 2 y hay un mayor número de mujeres. Suele aparece a edades más tempranas que en los españoles, de 40,6 años frente 53,1 años.

En general el concepto de salud y de enfermedad que tiene el colectivo inmigrante es diferente al de la población española, ya que tienen una mejor percepción de buena salud y presentan mejores estilos de vida, por lo que comparado con nuestra población tienen menos prevalencia de hipertensión, obesidad y dislipemias.

Diferencias

Los pacientes de Hispanoamérica tienen un IMC más elevado que los autóctonos y otros diabéticos inmigrantes, mientras que los autóctonos tienen una presión arterial más elevada que los inmigrantes. En relación con el perfil lipídico, se observan diferencias con valores de colesterol y triglicéridos más bajos en autóctonos y magrebíes, colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad más bajo en indostaníes y cLDL más elevado en el grupo heterogéneo. Los triglicéridos son mucho más elevados en la población indostaní. La presión arterial diastólica sigue también un patrón similar al del colesterol y triglicéridos, con cifras medias más bajas en autóctonos y magrebíes. Pero no hay diferencias significativas en el porcentaje de dislipémicos conocidos o fumadores activos. En lo referente a la HbA1c, presentan peor control que nuestra población. Por el contrario, los controles tensionales son más favorables en la población inmigrante.

Además, las complicaciones crónicas derivadas de su enfermedad (ACV, insuficiencia cardiaca...) son menores, determinado sobre todo por el menor tiempo de evolución de la diabetes en esta población que es más joven. Esto hace que el médico se enfrente a un paciente con grandes posibilidades de prevención.

Peor adherencia

La percepción en cuanto a la adherencia terapéutica en el paciente diabético inmigrante es que es peor que en el nativo. Son muchos los factores pueden contribuir a este hecho, como es la posición socioeconómica, la falta de residencia fija, los factores culturales, religiosos y de comunicación, la dificultad en la educación diabetológica y la búsqueda de asistencia cuando los procesos están más avanzados. A esto hay que añadir las diferencias en la forma de concebir la enfermedad y el acto médico. No tienen tan interiorizada la medicina preventiva por lo que les cuesta entender que estando asintomático haya que tomar una medicación a diario.

Así, los farmacéuticos realizan un papel muy importante respecto a la aclaración en posología y control de fármacos, ya que debido al escaso tiempo en las consultas de Atención Primaria y a la barrera idiomática no siempre acaban entendiendo el tratamiento.

Por eso, el papel del farmacéutico es muy importante en esta población. Pueden mejorar el control de la enfermedad en cuanto que aconsejan, informan, acompañan y estimulan el mejor cumplimiento terapéutico. Además, pueden contribuir a detectar pacientes con mayor riesgo para esta patología.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Oscar de Pablos Carballal, Vicente Nohales Requena, Juana María Garrido González, Ginés Ribera Rocamora, María Eladia Guirao Mirete y Francisco Ramírez Espín, de Murcia.