Más de la mitad de las personas con diabetes mellitus son mujeres. Entre el 90 y 95 por ciento de la diabetes en mujeres es de tipo 2, porcentaje similar al de hombres. La diabetes continúa siendo más frecuente en varones que en mujeres, ya que casi un 70 por ciento de los casos son hombres, pero a partir de los 45 años esta tendencia empieza a invertirse.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad transversal que aparece en todas las etapas de la vida de la mujer, sobre todo debido a la elevada prevalencia de obesidad. Antes solo se diagnosticaba en mujeres adultas pasados los 45-50 años o en ancianas, pero esto ha cambiado y, actualmente, se diagnostica cada vez en edades más tempranas.
En líneas generales, el perfil socioeconómico de las mujeres con diabetes que se ven en las consultas de Atención Primaria es de nivel socioeconómico medio bajo, con niveles de ansiedad y estrés importante.
La diabetes la aceptan con preocupación, limitación y con una repercusión negativa en su calidad de vida, ya que en muchas ocasiones se les plantean retos de cambio de su anterior estilo de vida, otras responden con incremento de los niveles de ansiedad y depresión. Sin embargo, el grado de implicación es mayor en las mujeres cuando se trata de tomar medidas relativas al cumplimiento farmacológico, lo mismo sucede en relación a los cambios en estilo de vida, puesto que aceptan mejor las recomendaciones alimentarias y de la práctica de ejercicio físico diario.
Incumplimiento
También parece existir una menor frecuencia de adhesión al tratamiento en hombres que en mujeres, ya que el incumplimiento terapéutico viene a ser aproximadamente el doble en los hombres con respecto al de las mujeres.
La diabetes mellitus no presenta en general diferencias sustanciales en cuanto a diagnóstico, síntomas de presentación, métodos de control, tratamiento, tipos de complicaciones,… entre hombres y mujeres. Sin embargo, sí hay elementos diferenciales en cuanto al manejo en algunas situaciones concretas, o en cuanto a pronóstico o complicaciones. Por ejemplo, la depresión es dos veces más frecuente que en los hombres y el riesgo de depresión aumenta en las mujeres con diabetes.
También hay que tener en cuenta que la diabetes es un factor de riesgo para las enfermedades del corazón en las mujeres. La enfermedad cardiovascular es la complicación más frecuente de la diabetes. Además si ya ha sufrido un infarto de miocardio, ocasiona mayor mortalidad y menor calidad de vida que cuando ha sucedido en hombres. La probabilidad de mortalidad por esta enfermedad es seis veces superior en mujeres diabéticas y se acompaña de peor calidad de vida que los hombres. Esto puede ser debido a que las mujeres reconocen peor los síntomas, a que suelen tener más factores de riesgo asociados y peor control metabólico.
Menopausia
La menopausia coincide con el comienzo de la aparición de enfermedades crónicas, como la diabetes o la hipertensión, asociadas con frecuencia a los cambios metabólicos de la menopausia, al sobrepeso y obesidad, y al sedentarismo. Con la menopausia desaparece el efecto protector de los estrógenos, igualándose el riesgo cardiovascular al de los hombres en la población general, pero en mujeres diabéticas este riesgo es todavía mayor. Los cambios de nivel y equilibrio hormonal pueden hacer que su nivel de glucosa se descontrole. Las mujeres con diabetes también corren peligro de tener una menopausia prematura y, en consecuencia, todavía mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En lo referente a la mujer anciana, más allá de las limitaciones de movilidad derivadas de la obesidad, la diabetes suele provocar problemas visuales, renales y casos de ictus.
La diabetes en la mujer también se asocia a frecuentes infecciones por hongos y la incontinencia urinaria es más frecuente en mujeres diabéticas que en no diabéticas y que en varones diabéticos. Además, tiene mayor riesgo de adquirir candidiasis vaginal y en pliegues (axilas, ingles, debajo de las mamas). La frecuencia de infecciones urinarias es superior a la población general, sobre todo con mal control glucémico, siendo con frecuencia asintomáticas y pudiendo ocasionar a su vez mayor descontrol de la glucemia.
Hay que recordar que la disfunción sexual en la mujer suele manifestarse por disminución del apetito sexual, de la libido, dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), vaginismo, etc.
Apoyo en la farmacia
La farmacia continúa siendo un lugar de consulta para muchas mujeres con diabetes tipo 2, ya que es bueno que estimulen y promuevan estilos de vida saludables, con una dieta mediterránea, hidratos de carbono complejos solubles e insolubles, grasas insaturadas, dando información correcta, e incrementar los aspectos más negativos sobre comida rápida y azúcares refinados.
Los farmacéuticos están en una posición muy favorable para trasmitir la importancia de la dieta, ejercicio y los fármacos para prevenir las complicaciones diabéticas.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Tarsicio Forcen Alonso, Blanca López Aisa, Javier Mateo Cabrejas y Martín Mazquiaran Mendia, del Centro de Salud de Burlada, y Benito Ojeda Bilbao, Eugenio Álvarez Tutor y Rosa Mª Pérez Beriain, del Centro de Salud Chantrea, en Pamplona.