sábado. 18.05.2024

La enfermedad Cardiovascular (ECV) es la primera causa de muerte en el mundo. Tiene una fuerte relación con el estilo de vida y factores fisiológicos y bioquímicos modificables, y es fuertemente dependiente de la edad y con diferencias entre el hombre y la mujer. 

Las medidas de prevención cardiovascular deben comenzar por cambios en el estilo de vida. Sin embargo, los profesionales sanitarios son conscientes que las tasas de cumplimiento de los cambios en el estilo de vida por parte de los pacientes no son las deseadas y distan mucho de alcanzar los objetivos planteados. Por eso, son necesarias intervenciones a distintos niveles, que promuevan la adopción y el mantenimiento de hábitos más activos y saludables en toda la población. 

Así, las medidas que se aplican hacia un estilo de vida cardiosaludable en el paciente adulto deben comenzar por el control médico preventivo a partir de los 30 años de edad, actividad física regular, nutrición cardiosaludable, suspensión completa del tabaquismo y control del peso corporal. 

En cuanto a la dieta, debería ser normocalórica o hipocalórica según el IMC del paciente, donde la dieta mediterránea es una buena opción a seguir. No solo es un patrón alimenticio, es un estilo de vida. La dieta mediterránea enriquecida con frutos secos y aceite de oliva virgen extra reduce en un 30 por ciento el riesgo de infarto de miocardio, de accidente vascular cerebral o de muerte por causa cardiovascular. 

Recomendaciones

Las características de la dieta mediterránea son el uso de aceite de oliva virgen como principal grasa, consumo abundante de verduras, hortalizas, legumbres, frutas y frutos secos, alto de pescado y marisco, y reducido de carnes rojas. Se debe preferir la carne de ave. 

También es recomendable moderar el consumo de sal, beber litro y medio de agua, y moderar el alcohol. La forma de preparar los alimentos deben de ser cocinando a la plancha, horno y vapor, y evitar los fritos.

Además de la alimentación, también hay que prestar atención al ejercicio físico. La inactividad física puede perjudicar la salud, mientras que un estilo de vida activo se asocia a una reducción en la frecuencia y en la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares.

Prevención en la farmacia

Los farmacéuticos pueden desempeñar un papel muy importante en la prevención y detección del paciente con riesgo cardiovascular con diversas medidas, como es el control de la presión arterial, ya que es crucial para el paciente reconocer la importancia de controlar su presión arterial, motivar a los pacientes a medirse la presión arterial, bien en la farmacia o bien en su propio domicilio, con regularidad.

También son claves a la hora de promover hábitos alimentarios y de estilo de vida saludables, y al identificar los pacientes candidatos a realizar un test o prueba de riesgo cardiovascular y comentarles la necesidad de acudir a su médico de Primaria.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Antonio del Ruste, Ramon Boria, Fernando Artero, Belén González Ara, Flor Tricas y Concepción Bayod, de Zaragoza, y los médicos de Familia Silvia Castells Juan, Dolores del Moral Chust, María Mora Moya, Pío Vera Lledó y Fernando Sapiña Ortolá, del Centro de Salud Cullera, en Valencia.