lunes. 20.05.2024

Existe un mayor porcentaje de mujeres que tiene diagnóstico previo de hipertensión, lo que hace que se preocupen más por su salud y acudan con mayor frecuencia a consultar a los profesionales de la salud, aunque los porcentajes de tratamiento de la hipertensión son similares en los dos sexos, pues no existen diferencias entre ambos cuando se establece un tratamiento antihipertensivo después del diagnóstico. 

Las recomendaciones para la elección del tratamiento inicial antihipertensivo dependen de la capacidad de los fármacos de influir favorablemente sobre otros procesos que coexisten con la hipertensión, al tiempo que se evitan los que tengan efectos desfavorables o los que pudieran empeorar alguna condición previa del paciente, como por ejemplo los betabloqueantes no selectivos en pacientes asmáticos, diuréticos en pacientes con gota, o diuréticos ahorradores de potasio o bloqueantes de aldosterona en pacientes con insuficiencia renal.

Estos factores y otros, como fumar, la raza, la edad, los factores de riesgo cardiovascular, enfermedades concomitantes,…, son comunes a ambos sexos y siempre hay que tenerlos en cuenta a la hora de instaurar un tratamiento antihipertensivo. No obstante, también hay que tener en cuenta algunos factores asociados al sexo, como puede ser la HBP en hombres o la menopausia en mujeres.

En líneas generales, se observa un mayor cumplimiento en mujeres frente a los hombres, esto puede ser debido a que suelen acudir en mayor número y frecuencia a la consulta médica y, en consecuencia, son más conscientes de su enfermedad y suelen ser más responsables en el cumplimiento de las indicaciones o recomendaciones recibidas.

Riesgo cardiovascular

Hay diferencias significativas en la mayor parte de los factores de riesgo cardiovascular, ya que la prevalencia de diabetes suele ser mayor en las mujeres hipertensas y la proporción de fumadores suele ser menor en mujeres. Habitualmente también son más las mujeres diagnosticadas de hiperlipemia, pero no siempre existen diferencias significativas. Cuando hablamos de síndrome metabólico, también es más frecuente en mujeres, pero no suele haber diferencias en los tratamientos farmacológicos, aunque sí una tendencia a que las mujeres reciban más tratamientos concomitantes.

En cuanto a las complicaciones, no suelen existir diferencias significativas entre sexos. Entre las más habituales están las crisis hipertensivas; hipotensiones, sobre todo en periodo estival; los ACVs, normalmente se debe a un mal cumplimiento del tratamiento y/o de las recomendaciones higiénico dietéticas; edemas maleolares más frecuentes en pacientes en tratamiento con calcio-antagonistas con la llegada del calor y  alteraciones del filtrado glomerular en pacientes en tratamiento con diuréticos. 

Detección en la farmacia

Solo el 40 por ciento de los hipertensos controla su enfermedad, ya que muchas personas están sin diagnosticar. En este contexto, el papel que juega el farmacéutico en la detección y el seguimiento de los pacientes hipertensos es fundamental, ya que es uno de los actores más cercanos en el día a día del ciudadano. A partir de la detección de una HTA, su labor debe ser de colaboración con otros agentes sanitarios para prevenir enfermedades cardiovasculares y mejorar la calidad de vida del paciente.

Entre las acciones que pueden realizar los farmacéuticos está la educación sobre el correcto uso y la administración de los medicamentos; la evaluación y seguimiento de los factores de RCV, una vez el paciente había abandonado el entorno clínico; la detección precoz o cribado de los factores de RCV, realizando su posterior notificación a su médico para que efectúe el diagnóstico y tome las decisiones oportunas; la promoción y el refuerzo de los estilos de vida saludables y otras medidas complementarias, como la  automedida domiciliaria, que contribuye a prevenir la aparición de nuevos factores de RCV, a tratarlos o a controlarlos; la identificación y resolución de problemas relacionados con los medicamentos (PRM); las incidencias en el proceso de uso de los medicamentos, falta de adherencia, duplicidad, interacciones y la de resultados clínicos negativos asociados a los medicamentos (RNM), como estados de salud no deseados en el paciente asociados a la necesidad, inefectividad o inseguridad de los tratamientos farmacológicos.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Juan del Campo Gonzalvo, Anselmo Hernández Gil de Tejada, Francisco Román Llosa Fernández y José Francisco i Pica, del Centro de Salud Miguel Servet.