lunes. 20.05.2024

La práctica del deporte es una actividad muy recomendable para la gran mayoría de las personas. Dentro de sus múltiples ventajas está que mejora la forma física y resistencia, ayuda a controlar las cifras de presión arterial, mejora la resistencia a la insulina y el control glucémico en pacientes diabéticos. También es recomendable para mantener el peso corporal y perderlo en pacientes obesos. Aumenta el tono y la fuerza muscular, mejora la flexibilidad, la movilidad de las articulaciones y reduce la sensación de fatiga.

Tiene pocos inconvenientes si se hace con la moderación y el control que exige el estado físico en que se encuentra cada persona. No obstante, hay que tener en cuenta que practicar deporte en exceso puede ser perjudicial a nivel articular y muscular, favoreciendo la aparición de contracturas y lesiones musculares, ligamentosas y articulares. A nivel cardiovascular si se realiza de forma extenuante puede también tener graves consecuencias.

Cada individuo precisa por su edad, condición física y enfermedades crónicas realizar un tipo de ejercicio determinado y durante un tiempo concreto. El exceso de ejercicio puede alterar el sistema cardiovascular (cardiopatía...), sobrecargar el sistema musculoesquelético (roturas musculares, tendinosas...) y ocasionar trastornos metabólicos, como hipoglucemias en diabéticos. Además, puede ocasionar comportamiento obsesivo por mantener imagen corporal determinada (vigorexia).

Chequeo previo

Es muy excepcional que consulten en Atención Primaria por abuso del deporte. Siempre que una persona decide iniciar algún tipo de ejercicio es imprescindible evaluar sus factores de riesgo cardiovasculares y su situación osteomuscular y si deciden realizar ejercicio más intenso se aconseja evaluación de examen facultativo. De hecho, en los polideportivos municipales se realiza una valoración física del individuo para la realización de ejercicio. Aunque no es gratuita es exhaustiva y realizada por médicos especialistas en medicina deportiva.

La realización de ejercicio físico es muy recomendable para todos los pacientes con diabetes, tanto tipo 1 como tipo 2. El principal obstáculo es la posible aparición de hipoglucemias al comenzar a hacer ejercicio o al intensificarlo si están en tratamiento con insulina o con fármacos secretagogos. Una adecuada educación diabetológica, enseñando a los pacientes a prevenir las hipoglucemias y manejarlas, es esencial. En diabéticos tipo 2 la utilización de fármacos que no produzcan hipoglucemias también sería importante.

Así, si se considera el ejercicio como tratamiento preventivo en pacientes diabéticos, hay que recomendar actividades aeróbicas, como  pasear, nadar, bicicleta,… El ejercicio debe mantener la frecuencia cardiaca entre el 50 y 70% del máximo permitido. Esto se calcula para hombres = 220 y para mujeres = 210.

Si observa alguna lesión, estos pacientes podrían realizar ejercicio suave, advirtiendo que si aparece la mínima sintomatología deben abandonar el ejercicio y consultar con su médico. Siempre se recomienda una evaluación facultativa especifica que valore qué tipo de ejercicio es el adecuado.

Los pacientes con ACV deben siempre realizar examen físico médico/deportivo si desean reiniciar algún tipo de actividad deportiva para evitar sustos innecesarios.

Estilo de vida

Un diabético debe conocer que su enfermedad es crónica. La alimentación es un pilar básico para retrasar o evitar las complicaciones de la enfermedad y debe ponerse en manos de un equipo sanitario que le asesore. Indiscutiblemente debe realizar ejercicio físico de forma regular. El tipo de ejercicio y su intensidad deben adecuarse a las características físicas y enfermedades del paciente. También es importante la adherencia al tratamiento farmacológico y esto se cumplirá si el paciente conoce su enfermedad.  

El farmacéutico comunitario es el agente que puede ayudar al paciente en colaboración con el resto de agentes sanitarios, a garantizar un adecuado uso de los medicamentos, informando al paciente de los beneficios que la medicación puede ocasionar y haciéndole conocer los efectos adversos del tratamiento para identificarlos y notificarlos si es preciso. Asimismo, el farmacéutico comunitario debe estar en contacto con el resto de profesionales sanitarios por si detecta incumplimiento, interacciones con otros fármacos o uso indebido.

En definitiva, el asesoramiento sobre el ejercicio físico de todos los profesionales implicados en la salud ayudará a su mejor integración en el estado salud/enfermedad del paciente.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Mercedes Irazazabal Velasco, Yolanda Hernando Sanz, Isabel Fernández Represa, Luis Fernández Pacheco Corchado y Mª José Mansilla Bermejo, del Centro de Salud Ensanche de Vallecas, y Margarita de Miguel Bermejo, Rafael Prado Valdivieso, José A. Pere Pedrol, Luis Ibañez Barbero y la endocrinóloga Inmaculada Moreno Ruiz.