jueves. 19.12.2024

Las principales causas del incumplimiento terapéutico en el hipertenso son la pluripatología y polimedicación, pacientes que en ocasiones llegar a tomar un número muy elevado de comprimidos diarios y en algunos casos, sobre todo cuando llevan más de un fármaco antihipertensivo, deciden prescindir de alguno de ellos sin valorar las posibles consecuencias; la edad y la situación familiar, pacientes ancianos que en ocasiones viven solos y que acuden a control sin familiares/acompañantes presentan dificultades para cumplimentar el tratamiento crónico y a veces no saben para que sirve el fármaco que toman, desconocen si ya lo han tomado ese día, olvidos frecuentes en las tomas…

Otro grupo de pacientes que puede ser incumplidor son los jóvenes, que se sienten reacios a tomar una medicación de por vida porque no se sienten enfermos, por los efectos secundarios que presentan en la esfera sexual y por los efectos secundarios de los fármacos en general.

Para hacer frente a esta situación, los médicos y el personal de enfermería deben conocer las cifras de buen control y la efectividad de los distintos fármacos antihipertensivos. Además, deben de hacer comprender a los pacientes que se trata de una enfermedad crónica y los efectos a largo plazo que esta puede ocasionar.

Así, los controles de enfermería reglados y siguiendo un protocolo de actuación son imprescindibles para el control de la eficacia y de los efectos secundarios de los fármacos antihipertensivos. A esto hay que sumar las campañas de divulgación a nivel estatal por parte de la administración.

Cambio de envases

El incumplimiento terapéutico, por sus posibles consecuencias como por su prevalencia, supone un problema de gran magnitud y cobra mayor importancia cuando hablamos del tratamiento de las enfermedades crónicas. Se sabe que influyen muchos factores y el cambio de envase en el caso de los genéricos puede ser un factor adicional, al contribuir a la confusión de los pacientes. Las especialidades farmacéuticas genéricas (EFG) son medicamentos con la misma eficacia, seguridad y calidad que el original, caracterizándose por su bioequivalencia a la marca original.

Sin embargo, aún hay muchos pacientes que no comprenden bien en qué consiste la diferencia entre un medicamento de marca y uno genérico, e incluso a veces los confunden. En la mayoría de casos los pacientes suelen aceptar la sustitución de medicamentos de marca por genéricos, aunque existe un porcentaje que los rechaza.

Los factores que podrían mejorar la cumplimentación terapéutica en estas situaciones serían una correcta educación sanitaria a la población mediante campañas informativas, una información oportuna de forma individualizada, aumentando el tiempo dedicado a cada paciente para poder aclararle las dudas que pueda tener en la consulta y una adecuada motivación actualizando en conocimientos sobre el tema de los genéricos a los profesionales

Hay que recordar que la hipertensión es la gran olvidada por los pacientes en cuanto a factor de riesgo. Todos saben la gravedad de fumar o de la diabetes, pero pocos se conciencian del peligro de una cifra elevada y mantenida de tensión arterial. Por eso, las campañas televisivas como las que existen relacionadas con el colesterol podrían ser útiles.

Cumplidores

En cuanto a los mejores cumplidores, depende del tipo de paciente. Aquellos con mayor nivel educacional puede que se adhieran mejor al tratamiento aún siendo más jóvenes puesto que saben entender el proceso fisiopatológico y las consecuencias que se deriven de un mal control, de todas formas cuánto más joven es el paciente más dificultad para seguir una cadencia de citas y controles por encontrarse en edad laboral y tener más obligaciones.

Con los pacientes mayores se consigue una mayor adherencia a las citas, dada su mayor disponibilidad pero es más dudosa la correcta cumplimentación terapéutica, polimedicados, con dificultad para distinguir medicaciones y mayor deterioro cognitivo y sensorial.

En este contexto, el papel de la familia es fundamental en pacientes polimedicados para evitar la confusión por su pérdida de facultades a la hora de tomar la medicación y es importante en cada visita que el personal sanitario les recuerde cómo tomarla, incluso aportando cajas y escribiendo en cada una cómo y cuándo tomar o preguntarles en cada visita que nos recuerden cómo toman el tratamiento.

En la farmacia deben evitar cambiarles marcas puesto que hay presentaciones muy diferentes para un mismo principio activo y esto puede confundir. En personas mayores, es interesante que los hijos y familiares más jóvenes, distribuyan la medicación en pastilleros y supervisen el almacenamiento de medicación para asegurarse de la correcta toma del mismo.

Papel del farmacéutico

La Organización Mundial de la Salud destaca el importante papel que desempeña este profesional sanitario por sus conocimientos y por situarse como el más accesible a la población. Los farmacéuticos están entre los responsables del control del cumplimiento terapéutico (problemas relacionados con los medicamentos, efectos adversos o interacciones, etcétera) informando y asesorando sobre las medidas que refuercen actitudes o comportamientos, de modo que, al trabajar en coordinación con el resto de equipo asistencial de salud, el paciente se beneficia en el cumplimiento farmacológico/dietética por ser los profesionales más próximos al ciudadano.

El papel del farmacéutico es orientar, motivar al paciente para cumplir con el tratamiento prescrito y llegar a hacer su seguimiento para que sea correcto el uso del medicamento y disminuya el porcentaje de incumplimientos terapéuticos y específicamente, realizar el seguimiento de los tratamientos para la hipertensión, aconsejando también en el uso de dispositivos de almacenamiento semanal para minimizar los olvidos de dosis, colaborando siempre con los pacientes y con el resto de profesionales sanitarios.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Silvia Castells Juan, Mª Dolores del Moral Chust y María Mora Moya, del Centro de Salud de Cullera; Vanessa  Domínguez Úbeda, Mª José  Guijarro Sánchez, Juan Daniel  Jorqués Navarro, Herminio  Martín Vallés y Agustín  Oliver Bañuls, del Centro de Salud Alzira, y los médicos generales Vicente Valor Font, Gracia Verdu Mahiques, Concha Ferrer Casanova, Froilán Sánchez Sánchez, José Luis Lafuente Gutiérrez y Javier Vidal Fernández, del Centro de Salud de Xativa.