El deporte, en la medida adecuada y con asesoramiento, es siempre beneficioso. En exceso, como cualquier actividad, es perjudicial. Además, el ejercicio debe ser adecuado a la constitución patologías del paciente. Al realizar un deporte en exceso, sin asesoramiento previo, se puede incurrir en problemas de agotamiento, arritmias cardiacas, distress respiratorio, además de los posibles problemas osteomusculares (tendinitis, esguinces y luxaciones).
Pero la práctica diaria o con regularidad de un ejercicio físico moderado reporta beneficios innegables para la salud. Todos los estudios realizados muestran que el ejercicio físico moderado mínimo 30-40 minutos al día, 3-4 veces por semana, reduce la frecuencia cardiaca y regula los valores de presión arterial, además de conseguir una reducción de valores de colesterol LDL y aumento de valores de HDL, como consecuencia de esto se disminuye la posibilidad de tener eventos cerebro-cardiovasculares. Además, se reduce el insomnio y aumenta el tránsito intestinal por la tonificación de la musculatura de la pared abdominal. Aparte de los beneficios físicos, el ejercicio físico también produce mejoras a nivel mental y emocional. Siempre y cuando se realice de forma moderada no tiene por qué tener efectos adversos, que vienen dados cuando se practica de forma más intensiva.
Problemas
Entre los problemas que pueden surgir están las lesiones musculares por agotamientos en caso de entrenamientos demasiado intensos, destrucción de colágeno y elastina de las articulaciones por acidificación del organismo. Por eso, es necesario mantener una buena alimentación cuando se realizan ejercicios intensos, ya que el requerimiento nutricional del organismo aumenta.
Porque el abuso del deporte lleva consigo posibles lesiones musculares o de articulaciones que, en caso de ser muy graves, se derivan a Traumatología. Para evaluar el posible riesgo cardiovascular de un paciente, se emplean las tablas SCORE o Framingham que en función de su sexo, edad, tabaquismo, presión arterial, LDL, TG, HDL,... El ejercicio que recomienda un médico tiene que estar basado en el estado general del paciente según su edad y forma física. Para deportes de una exigencia física alta, se debe recomendar unas pruebas de esfuerzo y analizar si el paciente tiene algún tipo de enfermedad congénita cardiaca.
Hay que tener presente que el cuerpo no es una máquina, por lo que hay que cuidarla y no forzar. Generalmente, el paciente acude a consulta por otras patologías y se le aconseja ejercicios como normas de vida y complemento de sus patologías. Debe evaluarse la capacidad de hacer deporte en relación con problemas de obesidad, disfunciones osteomusculares, edad del paciente,...pero tras una evaluación exhaustiva, siempre es recomendable el ejercicio, sobre todo el aeróbico.
Tratamiento
El tratamiento de estos pacientes pasa por varias fases. La preventiva es la primera línea de tratamiento si observa alguna lesión. Los casos de AVC mejoran en gran medida con el ejercicio físico adecuado, además de valorar todos los posibles riesgos cardiovasculares medición de constantes, previos al ejercicio.
Si existe una buena relación medico-paciente, suelen consultar para solicitar información de medicamentos (esteroides, complejos polivitaminicos,...) que les han aconsejado o que han vistos en anuncios. El buen asesoramiento a nivel de farmacia hará que beneficien esos productos sin afectar a otras patologías que el paciente tenga.
Por otro lado, los pacientes no son conscientes del riesgo, por lo que hay que hacer un trabajo de concienciación y fomentar que sea consciente y piense por qué quiere hacer ejercicio, que tiene que ser por su bienestar y salud. Es suficiente 1 hora 3 o 4 veces a la semana. Cuando se sientan cansados, deben dejarlo y no extralimitarse, saber escuchar el cuerpo y disminuir la actividad del ejercicio cuando se intuya una posible lesión.
Los pacientes tienen que apostar por eliminar de su vida el sedentarismo y realizar un ejercicio que les motive y puedan realizarlo varias veces a la semana y de forma moderada para evitar lesiones. El farmacéutico tiene que recomendar al paciente un estilo de vida saludable y moderada.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas Antonio Del Ruste Navarro, Domingo Casbas Vela, María Ángeles Gay Romero, Gloria Sanz Rebollo y Concepción Sevilla Mermejo, del Centro de Salud San José Centro; los especialistas en Medicina de Familia Juan Carlos Guardiola Pérez, Ernesto Ferras Sandiñas, Juan Alcala Jorquera, Javier Valls Sanchis, Enrique Calatayud Climent y Miguel Vidal Martínez, del Centro de Salud La Fábrica, de Alcoy; Alfonso Navarro Talavera, Manuel Torres Sánchez y Pablo Martín Benítez, de Sevilla, y los médicos de Atención Primaria Miguel Serrano Cubero, Jesús Zumeta Fustero, Ángel Saz Gonzaga, Carmen Garces Romero y Manuel Botaya Marcial, del Centro de Salud Seminario.