La hiperglucemia se define como una glucemia mayor de 200mg/dl en análisis sistemático o de glucemia capilar, sin otros problemas metabólicos o sin datos de complicación aguda grave. Cuando es temprana cursa con cansancio inusual, dolor de estómago, náuseas, olor frutal en el aliento y si es tardía con respiración rápida o dificultad para respirar, boca seca, sed, vómitos.
Las causas pueden ser falta de insulina o antidiabéticos orales, aumento de la ingesta de carbohidratos en la dieta, no realizar el ejercicio físico suficiente, existencia de una enfermedad o situación que aumente las necesidades de insulina, por ejemplo, infecciones, traumatismos, intervenciones quirúrgicas, embarazo...
Por lo general, la actividad física ayuda a disminuir los niveles de glucemia; sin embargo, si el nivel de azúcar se encuentra por encima de 240mg/dl, es necesario controlar la orina para detectar cetonas. En esos casos no debe realizarse actividad física porque puede elevarse más la glucemia. También será útil reducir la cantidad de alimentos que se ingiere. Si esto no da resultado habrá que modificar la dosis del antidiabético o, posiblemente el horario en que se administra la insulina.
Para evitar las hiperglucemias lo mejor es llevar un buen control de la diabetes. La clave está en aprender a detectar y tratar la hiperglucemia a tiempo, antes de que empeore.
Cetoacidosis
La cetoacidosis diabética es otra de las complicaciones. Cuando la glucosa no está disponible, se metaboliza la grasa corporal en su lugar. A medida que las grasas se descomponen, los ácidos llamados cetonas se acumulan en la sangre y la orina. En niveles altos, las cetonas son tóxicas. Esta afección se denomina cetoacidosis, donde los niveles de glucemia se elevan, generalmente por encima de los 300 mg/dL, debido a que el hígado produce glucosa para tratar de combatir el problema. Sin embargo, las células no pueden absorber esa glucosa sin la insulina. Los síntomas más frecuentes son respiración acelerada y profunda, sequedad en la boca y la piel, enrojecimiento facial, aliento a frutas (mal aliento), náuseas y vómitos, y dolor de estómago. El tratamiento más óptimo es administrar insulina, reponer líquidos y electrolitos y encontrar y tratar su causa.
Hipoglucemias
Por su parte, las hipoglucemias se consideran a partir de los 70mg/dl. Las principales causas son exceso de ejercicio físico, falta de ingesta de alimentos, ciertas formas de alcohol y algunos tipos de tumores que afectan el páncreas (insulinomas). También pueden aparecer tras la cirugía de estómago, en personas con insuficiencia renal, que están en diálisis, con enfermedad hepática, problemas con la glándulas tiroides, suprarrenal o pituitarias.
Si el valor es inferior a 70 mg/dl se debe tomar azúcares de absorción rápida. Se recomienda seguir la regla del 15: consumo de 15g de carbohidratos y esperar 15 minutos para volver a mirar la glucosa. Aunque la regla del 15 es una buena manera para recordar la cantidad de carbohidratos que es necesaria, esta cantidad depende de la edad y del nivel de glucosa. Como norma general es recomendable el consumo de entre 10-20g de carbohidratos.
Coma hiperosmolar
Con respecto al coma hiperosmolar, también llamado síndrome hiperglucémico hiperosmolar no cetósico (HHNS), hay que saber que los síntomas más frecuentes son boca seca, labios agrietados, sed excesiva (pero puede irse con el tiempo), piel seca y caliente sin sudor, fiebre alta, somnolencia o confusión, disminución de la visión, alucinaciones y debilidad en un lado del cuerpo.
Las infecciones constituyen el más frecuente de los factores desencadenantes, principalmente las infecciones respiratorias, urinarias y gastroentéricas. También se pueden dar por una insulinoterapia inadecuada a los requerimientos del paciente o a la administración de soluciones glucosadas, diuréticos, esteroides, difenilhidantoína,...
Los pacientes más susceptibles a sufrirlas son las personas mayores o en la diabetes tipo 2, los pacientes con alguna enfermedad o infección reciente y sus niveles de glucosa en la sangre es de más de 600 mg/dl. La mejor manera de prevenir su aparición es medirse la glucosa en la sangre con regularidad. Una vez que aparece, se trata en el hospital con insulina, hidratación y manejo de electrolitos.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores María Teresa Flores San juan, María Teresa Polo Rodríguez y José Luis Pérez Moneo, del Centro de Salud Capuchinos, Salamanca; Manuel Ramos Rodríguez, Manuel José Vicente Arroyo, Teodoro Moreno Sobrino y Juan Pedro Benitez Ortiz, del Centro de Salud de Guijuelo; Rosa Blasco Gil, Fernando Merino Muñoz y Roberto Lorente Urzaiz, del Centro de Salud Tudela Este, Navarra, y Jesús Varela López, Fernando Alvarez-Franco Cañas, Jesús Mosquera Barros, Eulogia de Abajo Alonso, Ana Mª Ramos Vallejo y Demetrio Ruano Rubio.