lunes. 20.05.2024

En los últimos años, España se ha convertido en uno de los países con mayor incremento de pacientes obesos y con sobrepeso. Los cambios en los hábitos de vida han hecho que casi un 25% de la población española sea obesa o sufra problemas de sobrepeso. En el caso de la población infantil las cifras son más preocupantes, colocándonos a la cabeza a nivel mundial. En nuestro país uno de cada seis adultos es obeso y más de uno de cada dos tiene sobrepeso. Estas cifras superan la media de los países de nuestro entorno. Además, las tasas de sobrepeso infantil son también muy altas. Dichas tasas implican un alto coste que se irá incrementando dado que la obesidad es un problema que va en aumento. Al objeto de resolver el problema varios países han elevado la fiscalidad con impuestos que gravan las grasas, los refrescos azucarados y la comida basura. Sin embargo, parece que estas medidas están teniendo un impacto limitado. Todas estas medidas no bastan por sí solas por lo que cualquier programa para reducir el sobrepeso y la obesidad debe incluir la introducción de cambios en el entorno y en las normas sociales como, por ejemplo la reducción del tamaño de las porciones de alimentos envasados, cambios en las prácticas de marketing, facilidades para el uso de la bicicleta y fomentar las actividades físicas en los colegios.

Este aumento de la obesidad en España se traduce en un incremento de los ataques del corazón, enfermedades del hígado, diabetes y cánceres relacionados con el estilo de vida sedentario. Un incremento en el gasto sanitario y social. Estas tasas implican un alto coste que se irá incrementando dado que la obesidad es un problema que va en aumento.

Patologías asociadas

De la obesidad derivan otras muchas patologías que no sólo acortan la vida, sino que la hacen que sea más dependiente. Además, inciden más en las clases desfavorecidas y, dentro de ellas, en las mujeres. La obesidad predispone a un estado de resistencia a la insulina y a una mala utilización de la glucosa por lo que el riesgo de padecer diabetes es mayor en el paciente obeso.

En la mayoría de las ocasiones la DM2 se produce como consecuencia de la obesidad por lo que las actuales tendencias de obesidad indican que el aumento de prevalencia de DM2 puede ser muy elevado. La obesidad también incrementa el riesgo de sufrir otras patologías, como hipertensión, que es tres veces mayor en obesos; cardiopatías, el corazón es insuficiente para poder llevar sangre por todo el organismo; dislipidemias,  niveles bajos de HDL, elevación de LDL e hipertrigliceridemia; alteraciones en la circulación venosa, como son las varices; problemas en articulaciones, artrosis y problemas respiratorios, como apnea del sueño.

No todos los obesos son diabéticos tipo 2, ni todos los diabéticos tipo 2 son obesos pero están muy estrechamente ligados. Tratar la obesidad se puede considerar como el primer factor en el que se puede intervenir para controlar la DM2, con cambios en los hábitos de vida, la alimentación,...  favoreciendo de manera exponencial el control de la diabetes 2.

Obesidad-HTA

La obesidad se relaciona con la HTA a través de la adiposidad visceral, que es el factor desencadenante de una serie de mecanismos patogénicos como disfunción endotelial, activación del sistema nervioso simpático, retención de sodio y agua, resistencia a insulina y otros. El objetivo del tratamiento de la población obesa sigue los mismos criterios que los de la población no obesa y, por lo tanto, hay que intentar alcanzar cifras de presión arterial de <140/90, <130/80 en pacientes con diabetes.

En cuanto a la apnea del sueño, los pacientes con obesidad central suelen presentar alteraciones respiratorias posiblemente debidas a un estrechamiento de la vía aérea por acumulación perilaríngea de grasa y una pérdida del tono muscular gloso-faríngeo.

También hay que considerar que las alteraciones lipídicas asociadas más características son la elevación de triglicéridos y disminución de HDL. Hay que recordar que las complicaciones más habituales en pacientes obesos y con DM2 suelen retinopatías, neuropatías, nefropatías, enfermedades cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca, pie diabético, glaucoma, infecciones,…

Prevención y control

La farmacia puede y debe intervenir en la prevención, abordaje y seguimiento del sobrepeso y la obesidad. Puede captar a pacientes y derivarlos al médico. EI IMC y el perímetro de la circunferencia de la cintura son datos fundamentales que el farmacéutico puede recoger y valorar el riesgo de enfermedad, el cual existe si la circunferencia de la cintura supera los 88 cm en mujeres o los 102 cm en los hombres.

En el seguimiento es fundamental la aportación del farmacéutico a la hora de indicar pautas de actuación y educación nutricional al paciente que deben ir acompañadas de consejos sobre alimentación saludable y ejercicio físico para conseguir una pérdida/mantenimiento de peso. Ante las consultas relacionadas con el sobrepeso y la obesidad, el farmacéutico debe explicar que se pueden perder kilos sin necesidad de pasar hambre ni recurrir a remedios “maravillosos" pero que los cambios que se aconsejan deben ser hábitos adquiridos para toda la vida para que el peso perdido no se recupere. Debe plantear unos objetivos de pérdida de peso razonables y realistas. Así, se debe optar por una reducción de la ingesta mediante una dieta adecuada, aumento del gasto energético mediante ejercicio físico y un programa de tratamiento conductual y de apoyo para la reeducación de los hábitos alimentarios.

En la farmacia se pueden impartir consejos en temas de nutrición para sus pacientes más complejos, como mal cumplidor, comedor compulsivo, costumbres muy instauradas en los pacientes. Las farmacias permiten reeducar a los pacientes a la hora de evitar la realización de dietas o remedio caseros, que llevan a una pérdida rápida pero poco efectiva de peso.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Diego Rodríguez Cañadas, José Luis Alcalá Martín y José Antonio Jiménez Pardo, de Almería; Bernardo Marín López, Marina Gallo Marín, Jaime Fernández-Dueñas Fernández, Daniel Rosado Álvarez, Amador Velarde Escoriza y José Javier Díaz Torres, de Puente Genil, Córdoba; Esther Molina, Ángel José Morales Mas, Joaquín Pechuan Asensio, Pedro Fernández López y Antonio Rimero García, de Granada, y los médicos de Familia María Paz Muñoz Izquierdo, María Rosa Mañes Morales, María Dolores Almarcha Riquelme y José Juan Atienza Gaona, de Albacete.