jueves. 09.05.2024

Aunque existe un efecto de clase, no todas las estatinas son iguales. Las diferencias en la absorción, biodisponibilidad, metabolismo y que sean naturales o sintéticas hacen que sus propiedades, potencia, efectos secundarios e interacciones sean diferentes. 

La eficacia hipolipemiante de las estatinas se fundamenta en su capacidad de reducir la biosíntesis intracelular hepática del colesterol y la concentración en plasma de CLDL. Dependiendo de la capacidad que tengan de reducir el CLDL, las estatinas se pueden clasificar en baja potencia cuando la reducción es <30 por ciento, potencia moderada cuando el descenso está entre el 30 y el 50 por ciento y alta intensidad cuando se alcanza una disminución del CLDL> 50 por ciento. 

A la hora de pautar reducciones del colesterol, hay que tener en cuenta la regla del 6, que se fundamenta en que al doblar la dosis de cualquier estatina se consigue una reducción adicional del CLDL de un 6 por ciento, lo que es interesante a la hora de tratar a pacientes de alto y muy alto riesgo. 

Evidencia científica

En este contexto, hay que recordar que algunos estudios clínicos han determinado que el efecto de ezetimiba más estatina equivale a duplicar tres veces, lo que se conoce como regla del 6. Así, agregar ezetimiba a la terapia con estatinas consigue una disminución gradual de los niveles de CLDL y con mejores resultados cardiovasculares frente al uso de estatinas empleadas a altas dosis. El estudio ACTE determina que en comparación con el aumento de la dosis de rosuvastatina de 10 a 20 mg al día, añadir 10 mg de ezetimiba a la dosis de 10 mg de rosuvastatina supuso un incremento de los parámetros lipídicos y alcanzó las recomendaciones establecidas sobre los objetivos de CLDL y logró mayores descensos de CLDL que la titulación de la dosis de rosuvastatina. 

Con las combinaciones se consigue una mayor reducción de C-LDL que doblando dosis de estatina, con sus posibles efectos secundarios. Las combinaciones son una buena opción para pacientes poco adherentes.

Relación directa

Los estudios prospectivos han demostrado que el aumento de LDL-C es una causa de accidente cardiovascular. Por eso, la recomendación de más bajo es mejor es clave a la hora de tratar a los pacientes de alto riesgo.

Además, la evidencia disponible muestra que la exposición a largo plazo a niveles más bajos de LDL-C se asocia con un riesgo mucho menor de eventos cardiovasculares en comparación con la exposición a corto plazo a niveles más bajos de LDL-C.

Así, la reducción total del riesgo cardiovascular debe ser individualizada y adaptada al nivel de riesgo del paciente.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Gabriel González Vázquez, María Pilar Alonso Álvarez, Camila Fraga González, María Elena Outeiriño López y Manuel Rey Rionegro, del Centro de Salud Maceda, en Ourense.