jueves. 09.05.2024

El porcentaje de pacientes diabéticos que se ven en los centros de salud depende del área geográfica, de los que solo una pequeña cifra ha sido diagnosticado de forma precoz. Casi el 25 por ciento tiene un riesgo cardiovascular elevado y al 5 por ciento se le ha detectado la diabetes después de un ACV.

La gran mayoría de los pacientes con DM tipo 2 se controlan en Primaria. Por eso, el papel que juega el médico de AP es fundamental e imprescindible. Muchas veces es quien diagnostica y trata las muchas comorbilidades y patologías derivadas de la diabetes. Pero el diabético es un paciente complejo y debe ser valorado desde muchos aspectos. Hay que educarle en alimentación, ejercicio, reconocimiento y manejo de hipoglucemias, prevención de úlceras y pie diabético y autocontrol con autoanálisis en sangre y orina.

El tratamiento farmacológico, bien sea vía oral o subcutáneo, también se sigue en Primaria, con revisiones analíticas periódicas en función de su gravedad y evolución, ECG y control de presión arterial. Además, se establecen las derivaciones al oftalmólogo para el control de retinopatía diabética y el diagnóstico y tratamiento del resto de comorbilidades y complicaciones macro y microvasculares. 

Para llevar a cabo todo este proceso, una herramienta adecuada serían los grupos de educación diabetológica, donde se consiga motivar y capacitar al paciente y su familia en la gestión de la diabetes.

La causa principal del incumplimiento terapéutico puede estar en que el profesional no informe bien de la enfermedad al paciente diabético, así como consensuar los objetivos. El hecho de estar asintomático también afecta negativamente a la hora de ese incumplimiento terapéutico.

Percepción de la gravedad

En muchas ocasiones, los pacientes no son conscientes del alcance de su patología. La diabetes, a no ser que tengan complicaciones, no duele y no se percibe como que está dañando al sistema cardiovascular y neurológico. 

También, hay un número importante de pacientes que no entienden lo que es la diabetes, tienen el concepto erróneo de la enfermedad, miedo a los efectos secundarios de los fármacos y tienen falta de apoyo familiar y social. 

Por eso, son importantes las revisiones programadas, tanto por el personal médico como Enfermería, revisando los planes terapéuticos, las medidas higiénico-dietéticas y los tratamientos farmacológicos.

También, es importante usar posologías menos complejas, con dos o tres tipos de fármacos en un comprimido y de menos dosis diarias.

Prevención

Uno de los problemas a los que se enfrentan los médicos de Primaria que atienden a los diabéticos es el escaso tiempo con el que cuentan en las consultas. En cinco minutos es imposible hacer un correcto seguimiento al paciente crónico. Además, en la gran mayoría de los casos no se puede hacer prevención primaria de las complicaciones macro y microvasculares, ni neuropáticas. Por su parte, en algunos laboratorio de referencia están limitadas el número de peticiones de glicosilada y hay que justificar mucho cuando se hace una petición fuera del plazo establecido. 

La gran cantidad de fármacos que muchos diabéticos deben tomar en prevención secundaria, y en muchos casos su coste elevado, hacen que no puedan permitirse pagarlos, por ejemplo, el paso de una estatina, a una estatina con ezetimiba para mantener un LDL <70.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Ascensión López Serrano, del Centro de Salud Ignacio López Saiz, en Burgos; Ana Martínez Guerrero, del Centro de Salud Soria Norte, Purificación Cavia Naya y Vicente López de Silanes, del Centro de Salud Gamonal-Antigua, en Burgos, y  Carlos Flores Farrán y Mª José Mialdea Lozano, del Centro de Salud Eras del Bosque, en Palencia, y los cardiólogos Luis Mario Sollet López, Cristian Tiano Demolitsas, Ana Idoate Gastearena, el endocrinólogo Jorge Rojo Alvaro, y los médicos de Atención Primaria José Javier Lizaso Pellejero y José Ramón Chopitea Gabiola, de San Sebastián.