lunes. 20.05.2024

El porcentaje de mujeres diabéticas en las consultas de Atención Primaria oscila entre el 30-50% de las mujeres tratadas por estos médicos. Suelen ser amas de casa, de nivel sociocultural medio-bajo, con obesidad e hipotiroidismo. A esto hay que añadir que se suele asociar a ansiedad y depresión. El diagnóstico suele ser en torno a 55 años.

Generalmente, a estas pacientes les cuesta mucho aceptar la enfermedad que tienen. Muchas no le dan importancia hasta que tienen algún susto, como por ejemplo hipoglucemias. Al principio, la aceptación del diagnóstico es de mucha preocupación, pero a medida que se les van explicando las cosas y van conociendo más de la enfermedad, se dan cuenta de que haciendo bien las cosas pueden tener la enfermedad controlada y no tiene por qué darles problemas, se van adaptando y lo van aceptando. De hecho, el grado de implicación es bastante mejor en el caso de la mujer que en el del hombre.

Hay que tener en cuenta que, en líneas generales, la mujer es mejor como paciente, se lo toma más en serio, es más constante y es más fácil obtener mejores resultados con ella, porque suele hacer mejor la dieta, el ejercicio y tomar la medicación.

Menopausia

La menopausia, probablemente en parte relacionado con las alteraciones hormonales que esta conlleva, suele ir asociada con frecuencia a aumento de ansiedad, depresión, irritabilidad, problemas de sueño... que se intenta contrarrestar comiendo más, lo que implica aumento de peso, de media entre 5 y 7 kg, y  se asocia tanto al desarrollo de diabetes como a un peor control de esta.

La mayor prevalencia en las mujeres de obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, sedentarismo, nivel socioeconómico bajo, menor apoyo social para sus cuidados pueden ser responsables de esa diferencia entre mujeres y hombres. Las mujeres diabéticas tienen un 30% más de probabilidades de sufrir ictus que los hombres con el mismo tratamiento, mayor porcentaje de enfermedad coronaria y enfermedad renal. Son más resistentes a los tratamientos con insulina y sufren más episodios de hipoglucemia, y presentan menor adherencia a los tratamientos que los hombres.

Cambios destacados

En la menopausia disminuyen los niveles hormonales de estrógenos y progesterona. El descenso de estrógenos conlleva una reducción en la producción de insulina por las células beta y de GLP1 en las células alfa y un incremento en la liberación de glucagón por las células alfa. Además, aumenta la resistencia a la insulina y los niveles de glucosa en sangre se elevan. La glucosa que no es aprovechada puede transformarse en ácidos grasos y triglicéridos, aumenta la grasa que se deposita en el cuerpo y la grasa corporal se desplaza hacia el vientre, aumentando el perímetro abdominal. Al disminuir los estrógenos se producen sofocos provocados por la liberación de catecolaminas, endorfinas, prostaglandinas y otros neuropéptidos. Los sofocos y la sudoración nocturna provocan insomnio. La reducción de estrógenos facilita que las bacterias y levaduras proliferen en las vías urinarias y vagina con mayor riesgo de infecciones, y el descenso de estrógenos produce menor protección para las enfermedades cardiovasculares.

Mejor control

Aunque a todos los pacientes les cuesta hacer cambios en su estilo de vida y, en general, no es fácil, la mujer los acepta bastante mejor y es más fácil obtener mejores resultados con ella.

Las oficinas de farmacia sí pueden participar en el manejo de la diabetes tipo 2 en mujeres haciendo, también, educación sanitaria, tanto en lo que se refiere a medidas higiénico-dietéticas, como a la correcta administración de la medicación. Pueden controlar la adherencia al tratamiento en caso de que el paciente disponga de receta electrónica. El farmacéutico también tiene un papel importante en la detección precoz de la diabetes.

Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Sara Cascon, Patricia Javierre, Rosa Encina, Antonio Santos Bartolomé, Teresa Chillón Ares, de Zamora; Fernando Álvarez-Franco Cañas, José Antonio Vázquez López, Manuel Ángel Díez Estrada, Demetrio Ruano Rubio, Eulogia de Abajo Alonso y Maximino González Fernández, de León; los médicos de Atención Primaria Natalia Mariniuc, María Luisa Mateos Polo, María Jesus del Teso, Maria Begoña Santos Benito, Juan Pedro Benitez Ortiz y María Teresa Polo Rodríguez, del Centro de Salud Castro Prieto, y María Teresa Flores San Juan,  Jean Carlos Nuñez García, María Begoña Santos Alonso, María Luisa Moro Mateos y José Luis Pérez Moneo.