sábado. 18.05.2024

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid es un referente para otros colegios profesionales, asegura con orgullo su presidente, Luis González. En ese sentido, suelen alzar la voz cada vez que consideran inapropiadas algunas medidas ministeriales para contener el gasto farmacéutico, como es el caso de las subastas o las reducciones de precios que conducen a una política irracional del medicamento, asegura. Un año después de su reelección al frente del colegio madrileño, Luis González ha atendido a AULA de la FARMACIA para contarnos cómo es el estado de salud de la farmacia, el futuro que le espera al proyecto de Ley de Farmacia de Madrid y los nuevos proyectos del colegio madrileño.

¿Cuál es el estado de salud de la farmacia en España?

Estamos en un estado de recuperación, más lenta de lo esperado, porque todavía no hemos alcanzado el nivel de ingresos por recetas de 2006, pero una vez más de incertidumbre ante los nuevos cambios anunciados por Hacienda. Una nueva vuelta de tuerca para reducir el gasto en medicamentos dispensado en farmacia sería definitiva para la suerte de la economía del sector, y cercenaría cualquier posibilidad de invertir en el futuro de la profesión.

¿La situación es igual en todas las comunidades, o hay especificidades en la farmacia madrileña?

En Madrid no hay grandes diferencias con la situación en el resto de España. Es cierto que, durante la crisis, aseguramos los pagos de las recetas en tiempo y forma, sin retrasos como ocurrió en otras regiones, y que las ventas libres son más elevadas que en el resto, lo que permite compensar la caída del gasto público en recetas, pero eso no quita el impacto negativo de todas las medidas que se han adoptado en los últimos años. Si nos comparamos, hay que decir que la farmacia madrileña está mejor, ya que Madrid ha sido la región que ha registrado un mayor crecimiento (un +2,9%), solo por detrás de Andalucía y Cantabria, según los datos de IQVIA. Pero no hay que olvidar que todavía hay 27 farmacias en Madrid a las que se les aplicará este año el índice corrector de márgenes por encontrarse en situación de viabilidad económica comprometida (VEC), de las 880 que se encuentran en esta situación en España.

Ante esta preocupación por la política de recortes que se viene aplicando y las subastas de medicamentos, ¿qué medidas concretas consideran más apropiadas para impulsar la farmacia?

Las subastas serían la última medida que plantearía, porque sus resultados en Andalucía han sido desastrosos. Ya hemos dicho que la salud no se subasta. Por lo tanto, más que medidas creo que hay que cambiar el enfoque de la política farmacéutica, hay que hablar más de incentivar y menos de penalizar. Si se busca fomentar el uso del medicamento genérico o de los biosimilares propongamos incentivos u objetivos de gasto premiando a los farmacéuticos por objetivos, siempre y cuando se siga respetando la libertad de prescripción. Si queremos aumentar la adherencia a los tratamientos y reducir los problemas relacionados con los medicamentos (PRM), incentivemos al farmacéutico, promovamos la colaboración con los médicos y remuneremos los nuevos servicios de atención farmacéutica que la profesión ya ha demostrado que son coste eficientes para la administración. Con la receta electrónica también hemos generado un ahorro, ya que el 98% de los pacientes se lleva los medicamentos que verdaderamente necesita. Si estamos demostrando que generamos un ahorro para el sistema colaboren con nosotros. Dejemos de hablar de financiación y de gasto y hablemos más de inversión en salud.

Fomentar genéricos y biosimilares es otro pilar importante para el ejecutivo para contener el gasto, ¿en qué medida la farmacia debe contribuir a la sostenibilidad más allá de lo que marca la ley?

Los farmacéuticos siempre hemos sido aliados del sistema y de los pacientes. Promovemos el uso racional de los medicamentos y con nuestro consejo profesional y seguimiento farmacoterapéutico ayudamos a contener el gasto y evitamos consumos innecesarios y PRM que son causa de ingresos hospitalarios o atenciones en urgencias. Se podría considerar externalidades positivas de nuestra actuación profesional que deben tenerse en cuenta y potenciar como base de una política farmacéutica que se apoye más en el profesional y menos en el medicamento. Desde el año 2000, contribuimos, además, directamente a reducir el gasto público a través de un sistema de descuentos y deducciones que se ha cronificado y que hemos denunciado por ser una anomalía y un freno económico para el sector, pero que seguimos pagando a pesar de crisis o bonanzas.

Todas estas medidas tienen un impacto mayor en la farmacia rural, ¿cuáles considera necesarias para cambiar la situación de estas oficinas VEC para que no terminen desapareciendo?

Nuestro proyecto de ley de farmacia ya planteaba soluciones realistas al priorizar los traslados de los farmacéuticos de la región para evitar que esas farmacias en situación de viabilidad económica comprometida se convirtiesen en oficinas subvencionadas. Es una de las soluciones propuestas. Además, habría que flexibilizar horarios y servicios de guardia de muchos farmacéuticos rurales que tienen que estar las 24 horas del día prestando servicio porque en algunos núcleos no hay dispensario o bien no están abiertos por la tarde. Hay que adecuar el servicio a las necesidades de la población. No tiene sentido mantener una atención farmacéutica de 24 horas cuando no existe esa demanda. Espero que en la próxima legislatura nos podamos sentar con el nuevo gobierno y podamos sacar adelante el proyecto de Ley de Farmacia de Madrid, ya que, mayoritariamente, se están dando cuenta de que es una norma muy necesaria que, parece ser, está sirviendo de ejemplo para otras autonomías.

Madrid ha sido la última autonomía en implantar la interoperabilidad de la receta electrónica, ¿qué ha supuesto para el farmacéutico madrileño?

Es un paso más en el desarrollo de la receta electrónica y un gran logro de la farmacia española, que ha permitido ganar más tiempo profesional, tanto de los médicos como de los farmacéuticos, para el paciente. Ofrece una garantía para dar continuidad a los tratamientos de los pacientes y resuelve una situación que generaba incomprensión y tensión en las farmacias y en las consultas médicas. También ha supuesto un coste importante, tanto en la implantación como en el mantenimiento de todo el sistema que ha corrido a cuenta del farmacéutico, y eso probablemente el ciudadano no lo sabe. Ahora la Comunidad de Madrid acaba de aprobar una ayuda de un millón de euros precisamente para costear parte de estos gastos, y hay que agradecerlo, porque es un reconocimiento y nos va a ayudar a mantener y conservar el parque tecnológico de las farmacias.

Tenemos receta electrónica y el Sistema Español de Verificación de Medicamento (SEVeM) pero el farmacéutico sigue teniendo que remitir el cupón precinto a la administración…

Eso no tiene ningún sentido. Yo abogo por la eliminación total del cupón precinto. Hoy en día todas las gestiones se hacen a través del teléfono, vía internet, y no se entiende que tengamos que seguir con el cupón-precinto. Además, como menciona, con el SEVeM se sabe quién ha fabricado el medicamento, quién lo comercializa, quién lo almacena, quién lo distribuye, quién lo dispensa y qué paciente se lo lleva. Además de saber qué médico lo ha dispensado. Tienen todos los datos. Si se ve o se sospecha que alguien ha hecho algo raro, que se investigue y por el bien de todos que se tomen medidas.

En su opinión, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el sector a corto y medio plazo?

Diría que son económicos y profesionales, por ese orden. Necesitamos reforzar nuestras estructuras y nuestro modelo para poder prestar una atención farmacéutica de más calidad que responda a las necesidades reales de una población más crónica y envejecida e invertir en nuevos desarrollos tecnológicos o formación. Para ello es necesario eliminar trabas económicas, como puede ser el sistema de deducciones y descuentos, e impedir que se siga abriendo más la brecha entre el canal de farmacia y el canal hospitalario. Los medicamentos deben estar en las farmacias a disposición de unos pacientes que no deben pagar un peaje o copago en forma de tiempo y desplazamiento a los hospitales para acceder a sus tratamientos. Por otro lado, debemos también potenciar la colaboración interprofesional e integrar la oficina de farmacia como establecimientos sanitarios en Atención Primaria y sociosanitaria. En Madrid, tenemos experiencias de éxito como el Centro de Salud Daroca, donde la colaboración entre médicos, enfermeras y farmacéuticos está siendo muy fructífera. Se trata de un modelo que, sin duda, hay que ampliar. Se debe regular también este aspecto, con el fin de evitar falsos conflictos de competencias que desde luego no ayudan en nada a los pacientes, hagámoslo, pero no torpedeemos lo que es una evolución natural que todo el mundo entiende y apoya.

Centrándonos en la figura del farmacéutico ¿cuál es su papel en el sistema sanitario? ¿es el adecuado hoy en día?

El farmacéutico es el profesional sanitario experto en el medicamento más cercano a los ciudadanos. Sus conocimientos y los recursos que la red de oficinas de farmacia pone al alcance del sistema de salud están claramente infrautilizados. Por ello debemos potenciar su actuación para conseguir resultados en la adherencia a los tratamientos y en el seguimiento farmacoterapéutico. Contribuiremos así a mejorar los indicadores de salud de la población y hacer un uso más eficiente de los recursos a largo plazo.

A nivel formativo, ¿cómo están los farmacéuticos? ¿cuáles son sus principales necesidades?

Los farmacéuticos somos conscientes de que necesitamos actualizar nuestros conocimientos constantemente y desde los colegios nos hemos volcado en ofrecer una oferta formativa que se adapte a sus necesidades y que permita evolucionar en su actuación profesional. El Colegio de Madrid es además el primero en España en poner en marcha un proceso de recertificación de competencias. Es una garantía profesional más para los ciudadanos y el propio sistema. También es importante destacar que son muchas las farmacias que cuentan con profesionales que, además de su licenciatura en farmacia, tienen otra especialidad en la que también se han formado a través de otra carrera o especialización para poder ofrecer servicios de óptica, ortopedia, nutrición o dermocosmética, entre otros.

En el COFM acaban de presentar su Memoria Anual en la que aseguran que son ‘el colegio profesional farmacéutico de referencia en España’. ¿Cuáles son los puntos clave que lo distinguen?

Somos un referente no solo en número de colegiados, al agrupar a más profesionales que ninguna otra comunidad. Esto no es más que una consecuencia del modelo que estamos impulsando de favorecer la formación que hablábamos, con una oferta presencial y virtual combinada, gracias a nuestra alianza con el Colegio de Barcelona, y a agilizar nuestros procesos administrativos a través de una gestión online de altas, bajas o de cambios de modalidad. En la misma línea de acercar los servicios a los profesionales, el colegio acaba de lanzar el Servicio de Atención en Trámites Telemáticos ante la Administración, una asesoría presencial incluida en la cuota de colegiación para facilitar a los colegiados las comunicaciones, notificaciones y demás trámites que se debe realizar de forma telemática antes las distintas administraciones. Más allá organizamos también un congreso y feria de farmacia y autocuidado que no ha dejado de crecer en la última década, gracias al impulso también del Colegio de Barcelona, y que ha situado a Infarma entre los tres salones más importantes de los que se celebran en Europa. Hemos desarrollado nuestra propia sociedad mercantil para ofrecer una amplia gama de servicios profesionales de pago adaptados a las necesidades y a la operativa diaria de los farmacéuticos que es un éxito. Y tenemos también una voz propia en el ámbito de la farmacia, que nos ha permitido abrir nuevos espacios de colaboración con la administración regional para desarrollar campañas y servicios que esperamos seguir impulsando en el futuro.

Respecto al SATT que ha mencionado, ¿en qué medida contribuirá a reducir la burocracia para que el farmacéutico esté al día?

No tengo datos todavía de su utilización porque es muy reciente, pero se trata de una ayuda más para nuestros colegiados que seguro va a ser de gran utilidad. Tenga en cuenta que esta obligación de realizar de forma telemática todas las comunicaciones, notificaciones y demás trámites ante la administración lo marca la Ley 39/2015, por lo que hemos puesto a un personal específico para ofrecer una asesoría presencial que está incluida en la cuota de colegiación para facilitar a los colegiados su cumplimiento.

Otro proyecto estrella del COFM es el Servicio de Información de Desabastecimientos de Madrid (SIDeM), ¿cómo funciona y cuál es su utilidad?

Hemos pensado que debíamos hacer un seguimiento más exhaustivo todavía de estas faltas o problemas en el suministro de medicamentos a las farmacias que se han convertido en un importante trastorno para los pacientes y los profesionales, que deben invertir un valioso tiempo en su gestión. Con este fin, queremos disponer de una información completa para alertar a los propios farmacéuticos de las incidencias, como un sistema de detección temprana que permita una gestión más rápida de los desabastecimientos en aquellos casos que todavía no hubiesen sido notificados por los laboratorios titulares. Se trata de disponer de información en el plazo más breve posible, que lógicamente compartimos con la administración y con CISMED y que deben tener los médicos al prescribir. Gestionaremos así mejor el stock de medicamentos, atenderemos las consultas de los ciudadanos y contribuiremos a la continuidad de los tratamientos de los pacientes. Es importante que el ciudadano conozca o tenga una referencia clara de cuándo está previsto que se normalicen los suministros.

Un punto caliente en la farmacia es la idoneidad y legitimidad de la prestación de servicios asistenciales, ¿qué opina al respecto? ¿es un servicio más necesario que solvente?

Los farmacéuticos hacemos atención farmacéutica y como profesionales más cercanos a la población tenemos competencias reconocidas por ley no solo para ofrecer las máximas garantías en el uso de los medicamentos, sino también para hacer prevención y promoción de la salud o lanzar campañas de información sobre detección de enfermedades o promoción de hábitos de vida saludable en colaboración con las administraciones y con el resto de profesionales sanitarios. Estamos dispuestos a colaborar y a trabajar en resolver necesidades reales de la población. Si una persona me pide que acuda a su domicilio para dispensarle un medicamento porque no puede acudir a la farmacia o para revisar el botiquín y ofrecerle ayuda farmacéutica en su medicación, no dudaré un instante. La atención farmacéutica domiciliaria es una necesidad social en muchos pueblos donde el farmacéutico es el profesional más cercano. Si alguien piensa que nos debemos limitar a dispensar medicamentos, está equivocado y está anteponiendo sus propios intereses a los de los ciudadanos, además de ser una pérdida de oportunidad que el sistema no se puede permitir.

Son muchos los servicios profesionales que se ofrecen en las farmacias: SPD, consejos nutricionales, test del VIH… ¿cuántas farmacias en Madrid cuentan con ellos? ¿cómo se podrían impulsar?

No tenemos datos de las oficinas que prestan los servicios profesionales, pero es una información que deberíamos facilitar porque serviría de orientación para los ciudadanos que están buscando estos servicios. Es importante que alguno de los servicios que menciona, como los consejos nutricionales, respondan a unos protocolos definidos con el fin de que todos los farmacéuticos habilitados tengas una referencia clara y los resultados sean los adecuados. Es necesario para ello promover una formación que acredite al farmacéutico para prestarlos. En Madrid, estamos trabajando con la Consejería para promover un programa piloto para que los pacientes que tienen que ir a los hospitales a recoger sus medicamentos tenga la posibilidad de utilizar la farmacia como vehículo.

¿El COFM cuenta con algún acuerdo que pueda ayudar a financiar la puesta en marcha de algún servicio profesional?

Estamos trabajando en ello. Hemos lanzado distintos cursos de formación y es uno de los servicios incorporados por muchas farmacias de la Comunidad de Madrid que están contribuyendo, como dice, a mejorar la adherencia a los tratamientos. A través del programa Adhiérete del Consejo General, los farmacéuticos hemos demostrado que tres de cada cuatro pacientes mejora su adherencia y se producen menos tasas de abandono, por lo que no hay duda de que cumplen con su objetivo.

¿Por dónde pasa el futuro de la farmacia?

El futuro está en la formación, porque tenemos que estar muy formados. La mayoría de las personas al primer profesional sanitario al que acude es al farmacéutico, no sólo en las capitales sino en zonas rurales, por eso tiene que estar perfectamente formado. Una formación que pasa, principalmente, por los colegios profesionales.